Indra se ha adjudicado el contrato para implantar cuatro nuevas estaciones ULS (Up-Link Station), con las que se ampliará el segmento terreno del sistema europeo de posicionamiento global Galileo. Estas estaciones son las que se encargan de enviar a los satélites los mensajes con datos de navegación, generados a partir de la verificación de la información de sus relojes embarcados y de su posición orbital, la cual puede verse alterada por la gravedad de la Tierra, la Luna o el viento solar.
Estas se sumarán a las diez estaciones Up-Link que Indra ya ha puesto en operación, así como a otras seis que está desarrollando como parte de un contrato cerrado anteriormente. Todas ellas se encuentran distribuidas por todo el planeta para asegurar que los satélites mantienen contacto permanentemente con alguna de ellas en todo momento, monitorizando la posición de éstos y enviando las órdenes para su control. “Estas estaciones refuerzan el segmento terreno de Galileo para que pueda asumir el control de la constelación de 30 satélites que estará en órbita en 2020, cuando se complete el sistema”, explican.
“Es gracias a estos mensajes que los satélites pueden enviar datos precisos a los teléfonos móviles y sistemas de posicionamiento que todos empleamos. Una desviación de tan solo una milmillonésima parte de segundo en los datos enviados equivale en la Tierra a un error de posición de 30 centímetros, por lo que los mensajes que envían las estaciones de Indra juegan un papel clave para asegurar la precisión de todo el sistema”.
Así, de su perfecto funcionamiento dependen algunos de los servicios más peligrosos del proyecto Galileo, como pueden ser el de búsqueda y rescate en el mar –uno de los primeros que entró en operación en diciembre de 2016 cuando arrancó el sistema–. A esta primera capacidad se han ido sumando progresivamente otras relacionadas con la gestión de emergencias y respuesta en situaciones de crisis, el transporte, la navegación, la construcción, etcétera.