La multinacional española Indra ha puesto en marcha su tecnología punta en el Túnel de Oriente en Colombia, el más largos de América Latina. Tras cuatro años de trabajos, el túnel de 8,2 kilómetros ha sido inaugurado el pasado 15 de agosto. Durante su inauguración, el presidente Iván Duque ha celebrado esta construcción que ha costado un billón de pesos (alrededor de 262 millones de euros, al tipo de cambio actual).
La compañía ha puesto en marcha un sistema de telepeaje con cobro electrónico, Mova Collect, en dicho túnel ubicado entre la ciudad de Medellín y el aeropuerto José María Córdoba, en la ciudad de Rionegro (departamento de Antioquia). Este sistema que permite el paso de los vehículos sin necesidad de parar, a velocidades de hasta 60 kilómetros por hora, reduce el tiempo de traslado de 45 a 18 minutos. La gestión de cobros y el seguimiento de los ingresos se harán mediante un sistema de backoffice (sin entrar en contacto directo con el cliente).
Además, junto con la colombiana Eléctricas de Medellín Ingenierías y Servicios S.A.S (Edemsa) ha puesto en marcha dos centros de control, uno principal y el otro de respaldo, desde los cuales supervisan todos los sistemas inteligentes de transporte, seguridad y cobro.
El proyecto cuenta con tecnología Indra Mova Solutions. Además de Mova Collect, ha implementado las soluciones inteligentes (Mova Traffic, Mova Collect, Mova Protect y Mova Comms). Mediante la plataforma de gestión integral de tráfico y túneles Horus de la compañía, el operador puede obtener información en tiempo real y ver todo lo que sucede en la autopista. Por otro lado, los sistemas de señalización variable proporcionan a los conductores información en tiempo real sobre el estado de la vía, la distancia de seguridad entre vehículos, los límites de velocidad o cualquier incidente.
Un sistema de Detección Automática de Incidentes (DAI), que integra la información procedente de cámaras y sensores a lo largo del tramo y envía alertas automáticamente al centro de control en caso de una incidencia o emergencia, permite reducir el tiempo de atención de la misma y se incrementa la seguridad del usuario.
El proyecto incluye también la implementación de los sistemas de comunicaciones, seguridad y sistemas inteligentes de transporte (ITS), sistemas de circuito cerrado de televisión (CCTV), contadores de tráfico, señalizaciones viales, postes de auxilio SOS, sistemas de detección de incendios, controles de iluminación, megafonía y control de ventilación (con anemómetros, luminancímetros y opacímetros).
El túnel cuenta asimismo con sistemas de medición de la calidad del aire y sensores de monóxido de carbono, que detectan en tiempo real los niveles altos de gases tóxicos y hacen que se activen automáticamente los ventiladores para expulsar la contaminación. En caso de algún incidente, un sistema de radio permite georreferenciar el lugar exacto en el que se encuentran las ambulancias, bomberos, policía y vehículos de operación y mantenimiento. También cuenta con sensores de visibilidad y un sistema de iluminación artificial de emergencia y evacuación, así como generadores de energía para garantizar la alimentación de todos los sistemas de seguridad.
El proyecto total Túnel Aburrá Oriente de unos 24 kilómetros está compuesto de tres túneles, 1,9 kilómetros en nueve viaductos, dos intercambios viales y cuatro kilómetros de pasos a nivel. Su concesión está formada por 74 empresas, entre ellas AIA, Coninsa Ramón H, Estyma, Termotécnica (Grupo Ethuss), Mincivil, SP, y Construcciones El Cóndor.
Su puesta en marcha tiene una larga historia. El primer contrato se firmó hace 22 años, sin embargo, durante este tiempo hubo desacuerdos entre los distintos dirigentes políticos sobre su prioridad. En 2011 el entonces gobernador de Antioquia, Luis Alfredo Ramos, giró el primer cheque para el cierre financiero pero un año más tarde se suspendió por temas ambientales. Tras unos nuevos estudios y licencia, en 2015 comenzaron las obras. Estas debían haber concluido en abril pero unas filtraciones en algunas partes del proyecto obligaron a retrasarlas.
En unos meses, el reconocimiento al túnel más largo de Latinoamérica se verá superado por dos obras en Colombia. El primero, el Túnel de La Línea, de unos 8,6 kilómetros, está previsto para 2020, mientras que el Túnel del Toyo, de casi 10 kilómetros, para 2022.
Indra en Colombia
El recorrido de la compañía en Colombia es largo. Hace poco más de un mes, la compañía se adjudicó un contrato de unos 10,5 millones de euros con la Concesionaria Ruta del Cacao, para suministrar toda la tecnología de gestión de tráfico, sistemas inteligentes de transporte (ITS), comunicaciones y sistemas de peaje para la autopista Bucaramanga-Barrancabermeja-Yondó. Un corredor vial que une la capital del departamento de Santander con los principales centros de producción petrolera del país.
También ha implantado su solución para la gestión integrada y centralizada de tráfico y túneles en la doble calzada Bogotá Villavicencio y en el túnel Parques del Río, en Medellín, como parte del proyecto de desarrollo urbano sostenible más importante de la ciudad. Además, ha implantado sistemas de peaje en las Autopistas de Los Llanos, las Autopistas del Café y Devisab, entre otras.
En otros proyectos, la compañía anunció en enero que sería la responsable de dotar el nuevo centro de formación de pilotos de GTA en Bogotá con un simulador de última generación del avión de pasajeros A320.