Cinco años para evitar los peores efectos del cambio climático

"Es tiempo de actuar y de hacerlo ya”, afirma la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ante el lanzamiento del 6º Informe de Evaluación del IPCC
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Quedan cinco años para evitar los efectos más devastadores del cambio climático –muertes, extinción de especies, sequías, inundaciones, incendios, desigualdad…–, y la solución pasa por “cambiar la relación con la naturaleza”. Así lo asegura el sexto informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático –más conocido como el informe IPCC–, un respetado estudio que marca cada cierto tiempo la agenda en cuestión de sostenibilidad.

El informe IPCC, elaborado por 234 científicos de 66 países, con la contribución de 517 autores, con la revisión de más de 14.000 artículos científicos y comentarios de más de 78000 expertos y autoridades, revela también que hay que exigir a los políticos tomar decisiones y cambiar el rumbo de nuestro planeta. Algo que es urgente. 

Vanessa Sánchez, técnica de Fundación Global Nature, indica que el informe dice textualmente que es “inequívoco que la influencia humana ha calentado la atmósfera, el océano y la tierra a un ritmo sin precedentes en al menos los últimos 2.000 años”. Esto es, que “no hay espacio para negacionistas”.

Principales datos

Algunos de los datos que aporta el informe del IPCC sobre el cambio climático destacan que en el periodo 2011-2020 la temperatura media en la superficie ha sido 1,09 ºC superior a la existente en el periodo 1850-1900, un incremento que ha sido mayor sobre las zonas terrestres (+1,59 ºC) que sobre las marinas (+0,88 ºC). De hecho se prevén subidas de las temperaturas superiores a los 1,5 ºC -o incluso a los 2 ºC-, a menos que la comunidad internacional logre drásticas reducciones de las emisiones de gases de efecto invernadero.

En el estudio también se recogen las emisiones de dióxido de carbono como causa principal de la acidificación global de los océanos. El nivel medio global del mar se ha incrementado unos 20 centímetros entre 1901 y 2018. Entre 1901 y 1971 el nivel del mar ascendió a una media de 1,3 milímetros al año. Pasando de a 1,9 milímetros al año de entre 1971 y 2006 a ascender a 3,7 milímetros al año en el periodo 2006-2018.

Asimismo, preocupan las actuales concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera terrestre de las que los científicos que no tienen precedentes al menos en los últimos 2 millones de años. Asimismo, las concentraciones de metano (CH4) y óxido de nitrógeno (N2O) son mayores que las registradas en los últimos 800.000 años.

“Estamos en una situación en la que cualquier décima conlleva un aumento de las consecuencias de forma exponencial que, además, se retroalimenta. En forma de grandes lluvias, sequías y falta de precipitación, gotas frías, huracanes, ciclones, nevadas, calor y frío extremos”, explica Sánchez sobre el cambio climático. 

¿Soluciones?

Por parte de la FGN, Sánchez indica que las medidas que se apliquen han de ser” inmediatas, contundentes y a gran escala. Soluciones como nunca habíamos imaginado. Reducir emisiones y, además, buscar alternativas para mitigar y adaptarnos”.

Por otro lado, según la información proporcionada por el Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico, hay que “conocer las respuestas del clima y el rango de posibles consecuencias, incluyendo aquellas que se traducen en impactos de baja probabilidad, pero elevada gravedad. Esto resulta esencial para los servicios climáticos, la evaluación de riesgos climáticos y la planificación de la adaptación al cambio climático". 

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Reacción de Teresa Ribera

Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica, ha afirmado que “es tiempo de actuar y de hacerlo ya”. Según ella, las nuevas aportaciones del informe del IPCC “no dejan margen a la duda, ni caben paliativos. Las alteraciones del clima se suceden a un ritmo cada vez más acelerado y la evidencia científica nos empuja a los gobiernos y al conjunto de la sociedad mundial a acelerar el ritmo de transformación de nuestro modelo de desarrollo y de nuestro sistema económico para hacer frente a la gran amenaza que representa el cambio climático”.

“Esa transformación es inaplazable y no podemos posponer la adopción de medidas correctoras no ya con el horizonte de 2050, sino ni siquiera el del 2030”, ha apuntado.

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