El Observatorio Mujeres, Ciencia e Innovación presentó este lunes el primer informe ‘Mujeres e Innovación’, (ver informe completo) una nueva serie con la que se pretende informar acerca de la situación de las mujeres y de aspectos relativos a la igualdad de género en el área de la innovación.
Como explicaba en su presentación el ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, el informe debe ayudarnos a todos a reflexionar. “La igualdad entre hombres y mujeres es una prioridad para el Gobierno. Es es una cuestión de justicia social y, en lo que respecta a la ciencia y la innovación, es una necesidad, ya que no podemos perder la mitad del talento”.
Duque aludía a cómo estos ámbitos ejercen de palanca de modernización para los grandes retos globales tales como el envejecimiento de la población, la emergencia climática o la transformación digital. Y también en relación a otros asuntos a pie de calle, como la contribución a lograr mejores salarios o a la buena salud del sistema pensiones.
“Si queremos consolidarnos, hemos de incrementar el presupuesto en estas áreas. Además, hay que dar cabida al talento que se ha ido de España y quiere volver, al talento extranjero, al talento joven y al talento femenino”, detallaba el ministro.
Malas cifras y plan de choque
El informe muestra la existencia de desequilibrios en la presencia de mujeres en los sectores de ciencia e innovación. Entre las conclusiones, Pedro Duque destacaba un dato significativo. Según cifras del INE, el total de recursos humanos en Ciencia y Tecnología está formado por un 49 % de hombres y un 51 % de mujeres. Sin embargo, en los sectores de alta y media-alta tecnología (AyMAT), los porcentajes cambian: del total de la población empleada en estas áreas, el 74 % son hombres y el 26 % son mujeres.
“Es una diferencia muy amplia. Para cambiar esta situación –explicaba el ministro de Ciencia e Innovación- es importante fomentar la vocación de las niñas por las carreras STEM, especialmente en el área de las ingenierías”. Duque se detenía en el grave panorama de la ingeniería informática, donde la minoría femenina es especialmente acusada. “También hemos de impulsar la figura de grandes investigadoras e innovadoras. Son varias las iniciativas en marcha, pero no bastan y tenemos muchos más planes”.
Entre los pasos adelante, el ministro subrayaba los vinculados a la urgencia de acabar con el coste de la maternidad para las investigadoras. El ministerio aprobó en 2019 el Real Decreto-ley de medidas urgentes en el ámbito de la Ciencia, la Tecnología, la Innovación y la Universidad. Permitió así que las situaciones de maternidad no penalicen en los procesos de selección y evaluación en las convocatorias de proyectos I+D. “Hay que acabar con obstáculos visibles e invisibles y dar más relevancia política a la integración”.
Ausencia de datos
La secretaria general de Innovación, Teresa Riesgo, ponía en valor el trabajo que hay detrás de la elaboración del informe, teniendo en cuenta que, “en la actualidad, no hay datos accesibles para conocer el papel de las mujeres en los procesos de innovación”. “Eso sí”, añadía Riesgo, “los datos que hemos utilizado (procedentes de varias fuentes) son fiables; no trabajamos por intuiciones”.
La responsable pública explicaba que, al ser el primero de una nueva serie de informes, el objetivo ha sido realizar un sondeo de los datos disponibles e incorporar recomendaciones para futuros informes. El informe ha recogido y analizado información, inédita en su mayoría, relativa a emprendimiento y recursos humanos, programas de financiación de la innovación, actividades de intercambio y transferencia de conocimiento y composición de órganos de toma de decisiones.
Indicativos preocupantes
En el capítulo de emprendimiento y dirección empresarial, los datos del INE muestran que el total del empresariado con personal asalariado está formado por un 68% de hombres y un 32% de mujeres. Asimismo, el empresariado sin personal asalariado lo constituyen un 64% de hombres y un 36% de mujeres. Sin embargo, en la representación legal de las empresas que cuentan con el sello de 'pyme innovadora' (2.231 a 7 de noviembre de 2019), un 86% son hombres y un 14%, mujeres.
El acceso a los recursos y programas de fomento de la innovación y el emprendimiento también muestra importantes desigualdades. En las empresas financiadas por el Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI), un 23 % son mujeres frente a un 77 % de hombres. Este porcentaje se eleva, para las mujeres, en las áreas de industria de la alimentación (36% mujeres) y disminuye, sin embargo, en la de fabricación de maquinaria, hasta el 11,6%.
En las empresas financiadas por programas del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo la situación es similar. Así, según datos de este Ministerio acumulados para el periodo 2014-2018, en estas empresas hay un 19% de mujeres y un 81% de hombres. Por otro lado, los datos muestran que en los años 2017 y 2018 aumenta la brecha entre empleo masculino y femenino en las empresas financiadas.
Mientras tanto, el análisis de los programas de ayudas a proyectos de Desarrollo Tecnológico en Salud (DTS) del Instituto de Salud Carlos III indica que, en 2018, un 74% de los proyectos admitidos estaban liderados por hombres. Además, refleja que, de media, los hombres solicitan un 7% más de financiación y obtienen un 13% más que las mujeres.
Mujer, innovación y brotes verdes
En el capítulo de intercambio y transferencia de conocimiento, los datos muestran que en producción científica y en patentes, España está por encima de la media de la UE. En lo que respecta a la producción científica, los datos de la Comisión Europea para el periodo 2013-2017 muestran que en España un 41% es de autoría femenina, mientras que en la media de la UE el porcentaje es del 37,5%. Por lo que se refiere a patentes, según estos datos, en el mismo periodo, hay un 16,7% de mujeres entre los primeros inventores, cuando la media de la UE es del 9,10%.
Por su parte, los datos sobre el personal que participa en proyectos de investigación muestran que un 43% de los profesores que participan en investigación son mujeres, un porcentaje que cae al 35,2% al hablar de actividades de transferencia de conocimiento. En el CSIC, un 36% de su plantilla son mujeres y el 23% participa en transferencia de conocimiento.
El estudio de la participación en órganos de toma de decisiones sobre innovación en 2018 muestra que existe equilibrio en la composición de la mayoría de las comisiones de selección de convocatorias de ayuda a proyectos de innovación y reindustrialización.
Otra buena noticia procede de Red Innpulso, municipios catalogados con el distintivo Ciudad de la Ciencia y la Innovación por cumplir una serie de parámetros. Si en España el número total de alcaldesas ronda el 20 %, en el caso de esta red, las mujeres son mayoría.
Brecha de género: recomendaciones y tareas pendientes
El informe concluye con un capítulo de recomendaciones. Este apartado propone que la monitorización de la innovación y de las políticas para su fomento incorpore la inclusión de datos relativos a las personas y, por tanto, a la participación de mujeres y hombres. Además, sugiere que se pongan en marcha estudios específicos sobre aspectos diversos de la innovación, para avanzar en el conocimiento.
“Necesitamos datos”, insistía Teresa Riesgo. “No son tan difíciles de conseguir. Lo que precisamos es que estén bien recogidos. Que sean homogéneos”. Por otro lado, el trabajo persigue que las brechas de género identificadas se vayan cerrando progresivamente hasta lograr la plena igualdad. Y es que, segúns eñalaba Riesgo, “la innovación influye mucho en el empleo y en el futuro laboral de las personas. Es por tanto relevante para el bienestar de la población”.
La secretaria general de innovación especificaba dos puntos en los que esta tipología de informes han de esclarecer realidades. Por un lado, en lo encaminado a solventar la ausencia de datos en el ámbito del emprendimiento femenino. De este modo, “con ayuda de las OTRIS, la CRUE, los OPIs y Centros Tecnológicos podremos recabar esta información y presentarla en dos o tres años”. Además otra asignatura pendiente es para Riesgo recoger lo que atañe a la innovación social. “No toda la innovación es tecnológica”, concluía.