La hoja de ruta para que España sea líder en SAF

Javier Aznar, socio de PwC, fue el encargado de presentar este informe de Cepsa, Iberia, Iberia Express, Vueling y Biocirc
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Javier Aznar durante la presentación del informe sobre el SAF. (Imagen: Cepsa)

Con sólo 16 medidas se podría posicionar a España como líder en SAF, el combustible de aviación sostenible. Así se asegura en un informe de PwC, presentado ayer de la mano de Cepsa, Iberia, Iberia Express, Vueling y Biocirc. Bajo el nombre ‘¿Cómo hacer de España el líder europeo de SAF? Hoja de ruta para acelerar la descarbonización del transporte aéreo’, en el estudio se plantean cuestiones económicas, regulatorias y de colaboración público-privada. Una nueva industria está a punto de nacer y España puede ser pionera.

Al evento asistieron personalidades como Maarten Wetselaar, CEO de Cepsa, o Marco Sansavini, presidente y CEO de Iberia. Pero el encargado de presentar la hoja de ruta fue Ismael Aznar, socio de PwC, que lo primero que hizo fue, como suele suceder con esta innovación, poner en pie qué es el SAF.

“El SAF son los combustibles sostenibles de aviación, que pueden llegar a reducir hasta un 90% las emisiones de gases de efecto invernadero de la aviación”. Y puso en contexto que, por la normativa europea, España tendrá que incorporar 5,9 millones de toneladas de SAF para 2050, lo que equivaldría a una reducción del 60% de las emisiones de CO2”.

Según Aznar, hay que tener en cuenta que la aviación es un sector donde es difícil mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que el SAF es la tecnología idónea para ello. Es más: es una apuesta clara por la Organización de Aviación Civil Internacional, apostar por su incorporación en el sector.

Por eso reiteró que, más allá de este beneficio ambiental, este combustible supone una oportunidad. “Una oportunidad para España y una oportunidad industrial. Hemos estimado que, para producir el SAF necesario para atender la demanda en nuestro país, habría que poner en marcha unas 32 plantas de producción. Hablamos de más de 22.000 millones de inversión y un impacto en el PIB superior a los 56.000 millones de euros”. Todo ello, sin contar, subrayó, la posible creación de 270.000 puestos de trabajo distribuido por todo el territorio.

“Pero materializar esta oportunidad no es algo que vaya a ocurrir por sí solo”.

Principales retos

En la presentación del informe, Aznar señaló que hay varias barreras que superar. La primera es clara: ¿cuánto vale el SAF? “Evidentemente, supone unos costes mayores que los del queroseno. Además, necesitamos un marco regulatorio que aporte certidumbre, que aporte confianza a los inversores”.

Asimismo, no es sencillo acceder a la materia prima, muy dispersa por todo el territorio y por todos los sectores: agricultura, forestal, cocinas de toda España -se puede hacer a partir de aceite reutilizado-… Por otro lado, tampoco es fácil contar con incentivos para realizar innovaciones, tecnologías que faciliten su producción.

E incidió sobre el tema del coste: “Si no logramos mitigar el coste que supone incorporar SAF, corremos el riesgo de perder esas inversiones, de que no se concrete o no se materialicen esas inversiones o de que los costes no sean soportables para el sector aéreo y, al final para los usuarios finales, los viajeros”.

España, continuó, es un país periférico europeo cuya actividad económica relacionada con el exterior es, en buena medida, dependiente de la aviación. “No sólo turismo, sino otros sectores económicos. Hay que adoptar estas medidas para que se permita mitigar ese sobreesfuerzo”.

Las 16 medidas

En cuanto a las medidas regulatorias que propone el informe, cabe citar: agilizar permisos y autorizaciones administrativas; desarrollar infraestructuras para el transporte y mezclado de SAF; establecer un mecanismo de incentivos para la recogida de aceites de cocina usados; establecer un mecanismo europeo para facilitar la trazabilidad; establecer objetivos y medidas en la normativa de residuos para facilitar la utilización de biomasas; establecer objetivos y medidas en la normativa de residuos para facilitar la utilización de residuos municipales y desarrollar una base de datos nacional para el entendimiento del mercado.

Por otor lado, respecto a las medidas económicas, indica el informe: impulsar el desarrollo de la industria SAF a partir de los ingresos procedentes de subastas de los derechos de emisión; incentivar fiscalmente vía deducción en el impuesto de sociedades por la inversión en tecnologías de descarbonización; incentivar fiscalmente vía créditos fiscales la producción de SAF; acceso a derechos de emisión gratuitos por parte de compañías aéreas y llevar a cabo un programa de ayudas destinadas a la gestión de biomasa forestal y agraria para la producción.

Por último, para las medidas transversales proponen un Plan de Acción Nacional de SAF; más alianzas público-privadas; despliegue de infraestructuras básicas de producción a nivel europeo y reforzar las alianzas internacionales.

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