Integrada en Ocean Conservancy, Ingrid Giskes dirige la iniciativa Global Ghost Gear (GGGI). Desde su nacimiento en 2015, el proyecto se ha dedicado a resolver el problema de las redes y equipos de pesca fantasma, abandonados o perdidos en océanos de todo el mundo, cuyos efectos sobre las aguas y quienes las habitan son devastadores.
“Los océanos son fundamentales para la sostenibilidad; producen la mayoría de nuestro oxígeno, así como un porcentaje importante y creciente de la alimentación global”, recuerda Giskes. La responsable de GGGI cree que ya no hay excusas para que todo el que pueda reme en una sola dirección y proteger con toda la firmeza posible un recurso del que no podemos prescindir.
En 2017, GGGI desarrolló el marco de mejores prácticas para la gestión de pesca. Un buen número de empresas del sector han adoptado estos principios, al igual que distintos gobiernos lo tienen en cuenta a la hora de diseñar sus políticas de pesca y el tratamiento de la basura marina. En paralelo, la iniciativa ha trabajado en construir y exponer la evidencia científica que alerta de las graves consecuencias de las malas praxis para el medio ambiente.
Desde entonces, la iniciativa GGGI se ha convertido en la única alianza internacional e intersectorial (presente en 20 países ha involucrado a 130 organizaciones académicas, empresas, ONGs, gobiernos nacionales y locales) dedicada a la eliminación de redes y otros equipos de pesca fantasma. “Este tipo de basura es el más perjudicial para el medioambiente acuático y submarino”, apunta. De hecho, los aparejos de pesca fantasma representan entre el 46 y el 70 % de todos los macroplásticos flotantes actuales.
España se adhiere al proyecto
El Gobierno de España, a través del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, se sumó en abril al proyecto GGGI. “La administración española trabajará estrechamente en esta y otras iniciativas. Por ejemplo, será parte de la Convención para la Protección del Medio Ambiente Marino del Nordeste (OSPAR) donde se establecerán metas nacionales y regionales vinculadas al reciclaje y al ciclo de vida de los desechos de la industria (EPR, por sus siglas en inglés).
La Subdirección General para la Protección del Mar será la encargada de dirigir la implementación del compromiso de España con GGGI. “Incluirá el reconocimiento de los daños causados por las redes fantasma, la evaluación de su impacto y el trabajo (también regulatorio) que hay que acometer para reducir de forma significativa la basura marina”, detalla Ingrid Giskes.
España es el primer país mediterráneo que se une a la causa. “La salud de los ecosistemas marinos sí importa. Creo que trabajando juntos podemos lograr mucho más que si lo hacemos en solitario”, apuntaba la vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico durante la Conferencia Our Ocean 2022, organizada por GGGI. “Alentamos a otros países a unirse a esta iniciativa y comprometerse a lograr un océano más limpio, más seguro y más resiliente”.
Más compromiso
Preguntamos a Ingrid Giskessobre por el posicionamiento de Europa en lo relativo a la preservación del medioambiente o al propósito de llevar a cabo una correcta transición ecológica. Opina que el Green Deal o la filosofía de los fondos de recuperación Next Generation también ponen de manifiesto voluntades aún por concretar. “Es un mito que Europa y los países occidentales le den mayor importancia a la sostenibilidad. Tenemos socios en todo el mundo cuya dedicación es grande. Lo más importante pasa por reconocer que la conservación no es algo que nos separa, sino que nos conecta. Debemos encontrar juntos las soluciones que precisamos para asegurar un planeta y un futuro sostenibles”.
En cuanto a la empresa privada, Ingrid Giskes no oculta que su papel es clave. “Cada decisión que toman tiene un efecto en el medio ambiente”, asegura. GGGI cuenta con 57 compañías dentro del proyecto. Entre ellas están Nestlé, Aldi, Lidl o Jealsa. “Invitamos a todas las que quieran a sumarse a la iniciativa. Necesitamos su ayuda para luchar contra las redes fantasma y la basura marina”.
Los objetivos para el presente año pasan por lanzar versiones en español de sus herramientas de capacitación para pesqueras y acuicultura. Además, pretenden conseguir más de 500.000 registros de datos en su portal antes del final de 2023. Todo ello mientras sellan “compromisos ambiciosos” con miembros y socios.