María Laura Cuya desborda energía. Recibe una pregunta y, al contestar, desglosa una muy detallada tesis doctoral sobre tecnofinanzas (fintech, en inglés). No tiene que decir que su trabajo le apasiona, se nota a leguas. La empresaria peruana de 51 años ve en el sector una plataforma para humanizar. Primero, a través de su startup Innova-funding, que permite a cualquier pequeño empresario facturar y obtener liquidez. Pero, además, con su figura: su auge, como CEO de esta firma y como presidenta de la Asociación Fintech de la nación andina, es una grieta en el techo de cristal en América Latina, una región que aún no deja atrás la sombra del machismo.
Cuya conoce de fondo al sector de las finanzas (trabajó 15 años en la banca). Sin embargo, ella siempre se sintió limitada: "Era la oveja negra de la familia. Soy la chancona [aplicada] de la clase". Después de una travesía con otros proyectos y como consultora, decidió fundar en 2016 Innova-Funding. La plataforma permite que las pymes y los trabajadores autónomos subasten sus facturas en línea ante inversores interesados en ampliar sus carteras. Con esta propuesta, la empresaria encontró la forma perfecta para, por una parte, acercar a gente que trabaja en la cadena de producción (por ejemplo, ganaderos y agricultores) al sector financiero y, por otra, poner dinero en la mano de gente que tiene facturas por cobrar pero no liquidez para seguir produciendo.
En países como Perú, donde solo el 7% de las 2.400.000 pymes está en el sector financiero, es como un maná caído del cielo. Una de las satisfacciones que el proyecto le ha brindado a Cuya es que hay un patrón muy claro dentro de las personas que han subastado sus facturas en Innova-Funding: “Hay muchos proveedores de la construcción y de servicios. Pero en especial dentro de la cadena agroalimentaria, nos ha ido súper bien con ellos”. La fundadora de la startup explica que, en general, el principal nicho de la empresa son los mercados que intentaron acercarse al sistema —como la banca o los fondos de inversión— de la forma tradicional pero se toparon con pared.
Hasta el momento hay más de 1.000 inversionistas que han comprado facturas a través de Innova-Funding, en su mayoría personas naturales. Para garantizar la seguridad y la legalidad de las operaciones, todas las inversiones se hacen con base en compliance (cumplimiento normativo, en español). Es decir, con controles internos para garantizar que todo esté en orden. No ha habido ni un caso de impago.
Una mujer exitosa en un mundo de hombres
Reuniones donde todos le dan la espalda y debe alzar la voz. Simposios sin mujeres. Comentarios fuera de lugar. A María Laura Cuya le ha pasado más de una vez. En América Latina el mundo empresarial sigue siendo un juego de hombres. De acuerdo con un informe de la empresa Aequales —consultora social que brinda herramientas para cerrar la brecha salarial—, las mujeres solo ocupan el el 23% de los puestos directivos, y, en promedio, ganan 10% menos que sus compañeros. Para Cuya la cosa está clara: “Todavía es un tabú [hablar de machismo en las empresas], no hemos roto el techo de cristal todavía”.
Las desigualdades no la detienen. La peruana, que además fue la primera en abrir una asociación de tecnofinanzas en América Latina, presume que en Innova-Funding el 60% de los 18 empleados son mujeres. Cuya ve con gusto cómo el número de alumnas a las que da clase en la Universidad del Pacífico de Lima crece cada semestre. “Me da mucha alegría ver que ya hay más mujeres que hombres”, cuenta.
La visión colaborativa de la empresa no se reduce en su clientela. La startup organizará por segundo año consecutivo una feria de emprendimiento (del 6 al 7 de mayo). En la edición pasada, entre asistentes virtuales, oradores y espectadores, se registró un total de 15.000 participantes. El objetivo, señala Cuya, es apoyar a las empresas emergentes para despegar en un contexto tan difícil como el de la pandemia.