Los retos demográficos y de sostenibilidad, la incertidumbre socioeconómica y los cambios de tendencias de consumo son algunos de los factores clave que han impulsado una gran transformación tecnológica en el sector agroalimentario. Esta transición se ha convertido en oportunidad, según algunas de las principales conclusiones del informe ‘El Estado de la Innovación Abierta en el sector agroalimentario‘, presentado por Eatable Adventures.
«Estamos ante un entorno cambiante y muy dinámico. Las empresas necesitan generar innovación para mejorar su competitividad, pero en muchas ocasiones no tienen la estructura o capacidad para hacerlo internamente de forma eficiente», explica Mila Valcárcel, Managing Partner de Eatable Adventures. En este sentido, la responsable apuesta por una mayor colaboración entre todos los actores que conforman el sector agroalimentario. «Los entornos colaborativos con startups, centros de I+D o universidades, proporcionan una grandísima ventaja, ya que permiten a las empresas innovar de forma disruptiva, ágil y eficiente, con una gestión mucho más eficiente del riesgo».
Según el estudio, el 100% de las empresas consultadas afirma haber invertido en innovación en los últimos dos años, durante el periodo analizado (2020- 2022). Además, la inversión en innovación es independiente de la facturación o el tamaño de las corporaciones, tanto grandes como pequeñas empresas eligen innovar. De hecho, el año 2021 supuso un punto de inflexión ya que la inversión en proyectos foodtech experimentó un crecimiento del 85% respecto al 2020, alcanzando la cifra de 51,7 billones de dólares a nivel global. Un dato muy positivo, que apunta a una gran madurez en este ámbito y que proporciona un entorno favorable para estrechar alianzas win to win con agentes externos.
La innovación abierta no se queda atrás. Eatable Adventures ha advertido de «las enormes presiones» a las que está sometido el sistema agroalimentario, junto con las nuevas necesidades del consumidor, que demanda unos productos mucho más saludables, funcionales y producidos de una forma más sostenible. Esta situación, no obstante, hace que el sector se haya convertido en un entorno muy favorable para la puesta en marcha de valiosas alianzas.
Explicado en cifras, la mayoría de las empresas prioriza sus propios recursos internos para generar innovación, según apunta el 89% de las empresas encuestadas. Sin embargo, el 78% de las empresas consultadas afirma recurrir a fuentes externas para transformar su empresa, consolidándose, por lo tanto, esta vía de colaboración para generar sinergias y nuevas oportunidades de negocio.
«Las grandes empresas de la industria agroalimentaria están adoptando, de forma mucho más recurrente, modelos de innovación abierta que les permiten llevar su productividad y eficiencia a otro nivel. El sector está experimentando un proceso de transformación muy similar al que vivió en su momento la industria tecnológica», apunta Valcárcel. Esta tendencia, según apunta el estudio, se está asentando entre las empresas líderes del sector de Alimentación y Bebidas en España como Mahou San Miguel, Pascual o Europastry, pero también se está extendiendo en mercados más emergentes en la región de Latinoamérica, con empresas que están liderando la transformación del sector, como Sigma o Alianza Team.
Mayor innovación en el futuro
Prácticamente la totalidad de empresas encuestadas (93%) afirman que tienen previsto invertir en innovación en los próximos tres años. A la hora de plantearse cuáles son las herramientas que mejor se adaptarían a sus necesidades, emerge nuevamente la colaboración con universidades y centros tecnológicos (78%), seguida por el deseo de realizar pruebas pilotos (75%), a la par que el codesarrollo con entidades externas (75%) y potenciar la cultura de innovación de las empresas (75%), lo cual refuerza, una vez más, la prioridad de la innovación en la estrategia de crecimiento de las compañías.
«Las compañías que se sumergen en el mundo de la innovación abierta, disminuyen el riesgo que implica innovar. Los riesgos en este caso son compartidos entre las partes, favoreciendo la capacidad de innovar dentro de las compañías. El sector ha experimentado una gran disrupción gracias a la incorporación de nuevas tecnologías en toda la cadena de valor: Blockchain, Inteligencia Artificial, Nuevos Ingredientes, Bioprinting, etc. son algunos de los ejemplos que están presentes en el día a día de las corporaciones», reflexiona Valcárcel, que acaba con un mensaje claro para el sector: «Quien apueste y se atreva a abanderar la vanguardia será, cuanto menos, un referente para el futuro del agro español y su potencial camino hacia el progreso».