La Comisión de Reconstrucción Social y Económica, que inició su andadura la semana pasada, va a contar con una ayuda que será importante a la hora de valorar la innovación dentro de esa reconstrucción social y económica que pretende. Aparte de la influencia que tendrán los ministerios implicados en el tema, que son varios, va a contar con los consejos que puedan emitir organizaciones como la Fundación Cotec y el Foro de Empresas Innovadoras que, conjuntamente con la prestigiosa comunidad IND+I, catalizada por el Ayuntamiento de Viladecans, han elaborado un manifiesto para que la reconstrucción se haga sobre las bases de la innovación y la industria.
El manifiesto, que se complementa con el documento 'Los pilares de un futuro más próspero y sostenible', establece, como ya habíamos adelantado, la creación de un Consejo Nacional de Innovación e I+D, que se configura como asesor del Gobierno, de ahí la propuesta de que dependa de la Presidencia del mismo, y una Agencia para la Transformación Digital y la Transición Ecológica de la Industria, también dependiente de Presidencia del Gobierno, todo ello con el fin de ayudar a configurar un nuevo esquema organizativo de la propia industria señalando, además, aquellos sectores que pueden considerarse como prioritarios.
En este sentido, se consideran como tales la Economía de la Salud; el Sector Agroalimentario, ampliamente entendido y que se extiende a la hostelería; la Movilidad; la Construcción; la Sociedad creativa y emprendedora; y el Turismo. Este amplio abanico engloba los sectores más significativos del PIB español.
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Realmente, este no es un problema de España en exclusiva ni de un área de la UE; se trata de un problema que hay en Europa frente a los dos gigantes que son Estados Unidos y China, un tema ya conocido y que ha dejado atrás, por diversas razones, a los países de la Unión Europea. Entre otras cosas, por una mala adecuación de su capacidad administrativa a los nuevos tiempos; unos nuevos tiempos que deben ser ligeros en burocracia.
Por eso, está bien que instituciones como las citadas estén en una comisión que, por su composición, adolece del pensamiento fluido y pragmático que necesita esta “reconversión” del pensamiento europeo en general y el español, en particular.
Conocemos muy bien como en España los dogmatismos nos han cerrado las puertas al desarrollo en demasiadas ocasiones en los últimos 200 años. Ahora que empieza una nueva época y conocida la experiencia dura y cruel que ha sido y será el COVID-19, estas instituciones pueden ser muy útiles a una comisión que debe encauzar la labor legislativa de las Cortes y las acciones del Gobierno.
Estamos a dos años de recordar, no de celebrar, ese bicentenario de la entrada en España de aquel ejército denominado como 'Los Cien Mil Hijos de San Luis' y que acabó con los brotes del liberalismo en España. En la Comisión deberían ser conscientes de que la entrada del pensamiento que propone la investigación, el emprendimiento y el esfuerzo para lograrlo es la mejor solución para abordar los problemas y generar soluciones. Fuera de esto será imposible lograr el objetivo para el que se ha creado.