Brett Scott, el antropólogo y escritor que ha publicado su segundo libro ‘CloudMoney’, ha reflexionado sobre la intersección entre la tecnología, la industria y el mundo de las finanzas de alto nivel y cómo afecta a la sociedad y a las diferentes comunidades junto a Marta Peirano en el Espacio Fundación Telefónica.
Scott comenzó hablando de cómo acaba un antropólogo convirtiéndose en trader y en trabajador con los contratos de derivados exóticos. El escritor contestó que “históricamente la antropología empezó estando asociada al estudio de cómo una sociedad poderosa interfiere en las sociedades menos poderosas”, estando así relacionado con el colonialismo y todos sus procesos. Este proceso sigue siendo el principal de la antropología y por esa razón, como antropólogo, estudia el comportamiento de diferentes atributos que pertenecen a nuestra sociedad.
Por esta razón, nació este nuevo libro, para que se entienda la intersección entre la tecnología, la industria y el mundo de las finanzas. El libro refleja que el mundo financiero es un complejo sistema nervioso, teniendo como los principales impulsores del dinero (cuya principal virtud es el valor que le damos las personas) a los bancos, que a su vez son los que conducen el dinero entre las diferentes comunidades que forman la sociedad.
Scott explicó que no solo existe una forma de dinero. Para diferenciarlo bien, hace dos grandes distinciones: por un lado, el efectivo, y por otro los bitcoins, paypal y criptomonedas, las cuales son consideradas “dinero ficticio” o “dinero digital”. En ‘Cloudmoney’ explica, a través de metáforas, que la situación digital de hoy en día es como si fuera llevada por un Casino, que sería el banco en el cual tenemos guardado nuestro dinero, te ofrece las fichas correspondientes que tu pagador te da. Es decir, que el dinero que entra al banco y que es entregado, no es el mismo que el que entra, sino que el banco da la cantidad correspondiente, pero con las fichas que el propio banco tiene.
Hablando del efectivo, es considerado en el mundo financiero como la primera forma en la que se ha usado el dinero y que actualmente se está perdiendo, teniendo un principal desplome con la llegada del covid, porque muchos expertos en finanzas empezaron a expandir que el efectivo era uno de los principales medios por los que se propagaba el virus.
Por lo tanto, el cash se encuentra en una lucha, especialmente debido a las nuevas tecnologías y las nuevas formas de pago como las tarjetas de crédito, el móvil o los relojes inteligentes. “Este método de pago se considere ya como algo antiguo, solo se usa en momentos excepcionales, como es el caso de que tenga lugar algún fenómeno meteorológico que haga que se caiga internet y, no se pueda pagar a través del mundo digital”, asegura Brett Scott.
¿Hacia un mundo totalmente digital?
Actualmente existe un debate geopolítico con el término del efectivo, ya que, en el ámbito internacional, depende del entorno al que vayas, hay muchos países, como China, que quieren que el sistema internacional financiero cambie para que sea completamente digital y el dinero se mueva digitalmente.
Pero este cambio lo que provoca en los bancos centrales de los países es que se desestabilizaría, porque costaría mucho cambiar todo el método tanto de pago, como de divisa, para que el sistema financiero cambie, pero al ser China, un país que se está convirtiendo en una superpotencia, hace que muchos países, con los que tiene acuerdos, con los que importa y exporta, se replanteen este método porque terminarían ganando por todos los lados.
Brett Scott también trató sobre las criptomonedas, ya que es un método de pago descentralizado, que desde un principio estaba descentralizado cuando surgieron con la creación del bitcoin, “pero que, con el paso del tiempo, que desgraciadamente, avanza demasiado rápido, se ha convertido en un sistema centralizado formado por millones de personas”.
Scott comentó que el principal problema de las criptomonedas es que al ser un sistema digital que “no es llevado por ninguna comunidad de alto standing, sino por las personas que forman parte de esa red”, hace que el mercado pegue estos altibajos de que hoy te despiertas y las criptomonedas han subido y te acuestas con la noticia de que han bajado, ya que no es un sistema estabilizado.
Además, las criptomonedas están siendo compradas por diferentes grandes empresas que las utilizan para sus propios fines. Estas grandes tecnológicas se están empezando a meter de lleno en este universo, lo que hace que el sistema de las criptomonedas cambie y empiece a ser más viable. Al ser una nueva vía de intercambio, en un principio nacieron sin ninguna autoridad que se hiciera dueña de esta gran innovación, pero con el tiempo y la gran cantidad de personas que usan hoy en día usan este método, las grandes empresas sirven como intermediarios entre este nuevo método y las personas que están del otro lado.
Lo que ilusionaba en el mundo de las criptomonedas es que se podía tener una gran escala coordinada sin tener intermediarios centrales. Y esto era la idea. Pero desde el bitcoin, que Scott considera “una genialidad desde el punto de vista tecnológico y muy innovador”, se ha utilizado para implementar un tipo de fichas de valor muy crudo.
La mayoría de las criptomonedas se venden y se compran con dinero, aunque no se han convertido en el sistema monetario por si mismas, por eso son tan volátiles, porque no están realmente vinculadas a un aspecto del mundo real y hace que mucha gente no quiera formar parte de este mundo. Como señala Scott, “los seres humanos preferimos que haya estabilidad”. Dicho de otro modo, las criptomonedas sería bueno verlas como si fueran un parásito de la gestión financiera. Es decir, que un sistema que dice ser autosuficiente en el fondo es dependiente del sistema que está intentando sustituir,(el efectivo).
Lo que pretende Brett Scott es proteger el sistema monetario actual, pero al ser “una persona idealista”, piensa en otras alternativas monetarias más interesantes como las monedas locales o los sistemas de crédito mutuo. Aunque si tuviera que apostar por uno de estos sistemas alternativos pensaría en los sistemas de crédito mutuo: “un sistema de emisión de promesas en el que, si tu tienes algo que yo quiero, yo te doy una promesa de que luego te lo voy a pagar. Es la mejor forma, de que el sistema financiero no acabe tan digitalizado como se quiere”.