El GSIC (Global Sports Innovation Center) y la Cámara de Comercio e Industria España-Israel se han reunido en Madrid, junto con varias startups y empresas relacionadas con la innovación, para apostar por la industria del deporte como motor de relaciones y colaboraciones entre diferentes compañías y países.
Los negocios de este tipo, los que unen la innovación, la tecnología y el deporte, suponen al año en Israel y España más de 2.000 millones de euros, una cifra que puede multiplicarse si, como ha explicado Gil Gidrón, presidente de la Cámara de Comercio e Industria España-Israel, se promueven las relaciones entre las empresas, se apuesta y se potencia de verdad la innovación y se continúa facilitando el éxito de los negocios.
Iris Córdoba, directora del GSIC, la filial de Microsoft para el sector deportivo e innovador, ha asegurado que el deporte es una oportunidad de negocio muy grande, al igual que el crecimiento del sector de esta industria. “Este es un centro mundial, con muchos socios, y nuestro compromiso y el de Microsoft es aglutinar a empresas referentes para generar oferta y demanda de la que surjan proyectos, tanto en España como en Israel,” ha subrayado Córdoba.
El GSIC, por otro lado, es un claro exponente de este tipo de relaciones, ya que empezó con 22 partners, y actualmente, tras dos años de trabajo, ya tiene más de 100 empresas asociadas; tanto grandes, como medianas y pequeñas. No hay empresas más potentes que otras en el sector deportivo. Si, por ejemplo, una startup tiene la mejor idea, no habrá nadie que pueda ganarle en innovación, y en este siglo es un valor más importante que el número de trabajadores que haya en la compañía.
Como colofón al acto de unión entre empresas israelíes y españolas, el consejero de Economía e Innovación de la Embajada de Israel en nuestro país, Ami Levin, ha subrayado “el gran interés” de las empresas de su país (tecnológicamente hablando, de las más poderosas del mundo) en hacer negocios con compañías de España. Ha considerado también el papel de la innovación israelí como “importante”, pero que todavía no habían tenido la oportunidad de aplicar su tecnología en ambientes deportivos, al contrario que el GSIC.