La innovación que necesitan las instituciones públicas para responder a la emergencia en Iberoamérica

La SEGIB presenta el informe “Instituciones que aprenden” donde propone una estrategia de innovación pública para acelerar el proceso de transición institucional tras la pandemia
Informe SEGIB

¿Cómo innovar las instituciones? La crisis desatada por la pandemia de COVID-19 plantea más que nunca esta interrogante y exige que las instituciones públicas sean capaces de tejer alianzas entre sí y de proponer soluciones innovadoras. Partiendo de esta problemática la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) ha presentado este jueves el informe “Instituciones que aprenden”.

Dicho informe da comienzo a la Agenda de la Innovación Pública (AIP) en el marco de la XXVII Cumbre Iberoamericana que se celebrará en noviembre en Andorra. El objetivo de la AIP es reunir a los principales referentes de Iberoamérica para visibilizar y compartir las experiencias más innovadoras en el sector, así como diseñar las líneas futuras de la innovación pública en la región.

Universidades, parlamentos, organismos internacionales y gobiernos. La innovación pública se ha transformado en los últimos años en un proceso necesario para modernizar las administraciones. El informe parte de la noción de ecosistema y concibe a las instituciones como redes, como conjuntos de nodos y enlaces.

Con el objetivo de ahondar en esta modernización, la SEGIB ha propuesto en su informe un modelo de innovación pública para la era post-Covid, que fue realizado Raúl Oliván director general de Gobierno Abierto e Innovación Social en el Gobierno de Aragón. En este detalla una estrategia de innovación pública y gobierno abierto para acelerar el proceso de transición institucional tras la pandemia.

Lo “open” (abierto), “trans” (transdisciplinariedad), “fast” (agilidad), “proto” (maquetas, proyectos piloto), “co” (colaborativo) y “tec” (tecnológico o digital) son los seis ejes del modelo “HIP”, el hexágono de la innovación pública. Se trata de seis vectores en torno a los cuales las instituciones clásicas deben transformarse para convertirse en un ecosistema de innovación.

“La innovación pública y el gobierno abierto son dos partes de la misma moneda, hasta tal punto que abrir es la forma más directa y barata de innovar”, ha afirmado Oliván. “Abrir no solo significa dejar que entren las ideas desde fuera o pedir opinión, supone también liberar códigos y compartir información”, ha añadido. El informe reivindica la dimensión del tiempo como uno de los seis vectores clave, con metodologías dirigidas a multiplicar la productividad.

Como ha explicado Oliván, dicho modelo ha sido diseñado a partir de la ciencia de redes y el análisis de 105 metodologías de las agencias más innovadoras del mundo, con el que se pretende impulsar la transformación de las organizaciones jerárquicas y cerradas en redes abiertas, tomando como referencia los ecosistemas de innovación y creatividad.

“Los ecosistemas [de innovación] son, al final de todo, conversaciones”, ha enfatizado Oliván, donde lo “open” tiene que ver con abrir los gobiernos. 

Estas son algunas de las conclusiones del informe: 1. La crisis de confianza acelerada por el proceso de pandemia exige una respuesta de gobierno abierto a la innovación pública. 2. La innovación no puede trasplantarse pero sí se pueden reproducir los ecosistemas donde germina esa innovación. 3. Los ecosistemas de innovación y creatividad son sobre todo conversaciones. 4. Cierto grado de libertad y aleatoridad son necesarios para la innovación; hay que transitar de las jerarquías a las redes. 

Los 22 países de Iberoamérica necesitan acelerar su modelo de transformación institucional, ha asegurado Oliván. Él confía en que el modelo HIB pueda lograr este cambio sistémico.

El informe incluye un estudio de casos de varios laboratorios y el proyecto piloto “Frena la Curva” donde se usó el modelo HIP, una herramienta de autodiagnóstico y el HIP-SIM, un software de simulación y visualización de ecosistemas de innovación.

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