Un medio de comunicación es una criatura y como tal hay que celebrar, desde el primero, sus aniversarios. Nosotros los celebramos todos los años, pero en el décimo nos teníamos que hacer notar, máxime cuando la pandemia nos ha atornillado a las sillas durante más de dos años y ahora podemos disfrutar de la cercanía y el saludo físico. Estos diez años de Innovaspain, que ya van camino de once, se superpondrán con otro décimo aniversario: el del Anuario de la Innovación en España, que comenzamos a publicar en 2013.
En este periodo hemos pasado de cero, que todos tenemos al comenzar, a cerca de 20 millones de páginas vistas en un año, con un mes de septiembre en el que hemos superado los 1,8 millones, una cifra récord para nosotros en un mes. Desde el principio, la carrera no ha sido fácil. La iniciamos en plena crisis económica, superamos el segundo obstáculo de la pandemia e iniciamos un periodo de incertidumbre y de una crisis que ha roto, entre otras cosas, la denominada globalización en muchos aspectos.
Siempre me ha recordado la trayectoria de Innovaspain a esas travesías marinas por mares revueltos que buscaban cosas nuevas o valiosas, por los referentes que ya tenían en sus tierras de partida. Querían conocer. Por eso me fascina el llamamiento del valiente Ernest Shackleton cuando buscaba la tripulación para hurgar en la tranquilidad y silencio de la Antártida: “Se buscan hombres para un viaje peligroso. Paga reducida. Frío intenso. Largos meses en la más completa oscuridad. Peligro constante. Es dudoso que se pueda regresar a salvo. En caso de éxito recibirán honores y reconocimiento”.
Supongo que no habría cola para apuntarse en el 4 de la calle Burlington, pero su heroica travesía quedó como un gran ejemplo para las generaciones futuras, como bien refleja Jesús Alcoba en “La brújula de Shackleton”, para mí uno de los mejores libros editados en la última década; no ya por el relato de la aventura en sí, sino por las enseñanzas que deja una situación extrema que pone en peligro la supervivencia, en este caso de una empresa, una idea o una investigación.
Así es el espíritu de los proyectos y la innovación que, en el caso de Innovaspain, ha sido contar la que se ha hecho en España en la última década, que ha sido prodigiosa dadas las circunstancias y nuestra historia de los últimos tres siglos, en los que los obstáculos primaban sobre los acicates para la labor del investigador o inventor. A pesar de ello ahí están los nombres de Jorge Juan, Ramón y Cajal, Severo Ochoa, De la Cierva o Torres Quevedo, por citar a cinco de los más conocidos, dos de ellos con el honor de haber sido galardonados con el Premio Nobel en 1906 y 1959, respectivamente.
Afortunadamente, ahora hay muchísimos más nombres. No han llegado al Nobel todavía, pero sí que han trabajado y trabajan en la investigación de soluciones que facilitan la vida desde sus profesiones y objetivos. Son el ejemplo del presente y del futuro y eso es lo que, esencialmente, hemos contado y seguiremos contando. Nombres del pasado como los de Gertrudis de la Fuente, la primera bioquímica que hubo en España o del presente como Pilar Górriz, Isabel Trillas, María Vallet, Esther García, María Blasco, Gadea Mata, Cruz Rodríguez Oroz, Gabriela Morreale, Nuria Oliver o Rosa Menéndez, primera mujer en presidir el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Todas ellas aparecen nuestra sección dedicada a las “Mujeres Steam”: investigadoras, profesionales de la empresa, emprendedoras, innovadoras… Una larga lista de nombres, algunas con reconocimientos mundiales que se asemejan al Premio Nobel, pero en su especialidad. Todos tienen que ser referentes de la innovación, que no es otra cosa que el resultado del esfuerzo por investigar y desarrollar una idea plasmada en un producto, un servicio o una organización.
Como titulamos, ha sido una década prodigiosa para Innovaspain y también para el conjunto de la innovación por el número de personas comprometidas -que es creciente- y porque, por fin, el motor y la gasolina que se necesita ha llegado y parece que va creciendo, si esta crisis que hemos empezado a vivir no trunca ilusiones, trabajo, esfuerzo y dinero para desarrollar el mundo de las ideas.