Han pasado diez años desde que Innovaspain inició su andadura, en septiembre de 2011. Tiempo de profunda crisis, pero animados a creer en que esa “destrucción creativa” que acuñó Schumpeter, la innovación, iba a devolvernos a tiempos mejores y, lo que era más importante, a reconocer, de una vez por todas, el valor de las ideas, la investigación y el desarrollo, pasos que habitualmente preceden al éxito en el mercado de productos y servicios que, por su novedad, son señalados como innovadores.
En España había un claro déficit de interés por estos procesos y el fenómeno de las startups estaba pasando de puntillas pero, por fin, este año pasado ha cerrado con una cifra de inversiones en este ámbito que hay que resaltar por extraordinario. Que coincida con el año celebramos nuestro 10º Aniversario desde que decidimos continuar con el proyecto y presentarlo en público en junio de 2012 no es casualidad.
Superar los 4.000 millones de inversión en startups españolas es una cifra mágica que ha multiplicado por cuatro los números del año pasado y por dos los de los años 2020 y 2019 juntos, y más si nos retrotraemos a los cinco últimos años, que entre todos no alcanzan esta cifra récord.
Captar inversiones no es fácil, y menos en pequeñas empresas recién nacidas. Un buen principio de la segunda década del siglo XXI, después de veinte años en los que se han producido bastantes efectos adversos a la inversión en general y a las startups en particular, basadas habitualmente en procesos de investigación de entornos universitarios.
Pero en este año que comenzamos también conviene volver sobre el reciente pasado y recordar que fue hace quince años, en 2007, cuando para muchos comienza la gran revolución basada en la utilización y aplicación de la tecnología a todos los aspectos de la economía. “¿Qué diablos ocurrió en 2007?, se pregunta Thomas L. Friedman para titular el segundo capítulo de su excelente y muy recomendable libro “Gracias por llegar tarde”. Ocurrió que el 9 de enero de ese año, Steve Jobs enseñó a John Doerr, “el legendario inversor de fondos de riesgo que financió Netscape, Google y Amazon” el primer iPhone.
No fue solo eso, según el relato de Friedman: la empresa Hadoop presentó su producto revolucionario que permitió aumentar la capacidad de almacenamiento de los ordenadores, haciendo posible el denominado big data. Facebook, Twitter, el código abierto, Android, el bitcoin, el Kindle de Amazon, IBM empezó a trabajar en “Watson”, Intel presentó lo que sería la nueva generación de procesadores y solo son algunos ejemplos.
Es decir, 2022 es un año de efemérides pero también de realidades que vamos a ver. No en vano, quince años es el periodo que marca las diferentes generaciones y son los nacidos a partir del año 2000 los que empiezan a posicionarse en el mercado de trabajo, un tema a tener en cuenta.
Ya habrá tiempo para contar lo que ha sido la evolución de Innovaspain como medio de información que se atrevió y se atreve a contar las cosas innovadoras que pasan en España y también en el ámbito enorme del español. Tenemos un año por delante para seguir abriendo un camino que, ni mucho menos, ha concluido. Por eso la noticia del volumen de inversión en startups españolas tiene una importación que no debe pasar desapercibida. Abrimos un nuevo escenario, una nueva realidad y hay que aprovecharla.
1 comentario en «Récord de inversiones en startups españolas»
Así es. De lo que iba el cambio político de 2011 era esto: del valor de las ideas (filosofia) en la vida en general y también en economía.