Es un hecho que el ambiente laboral y el bienestar de los trabajadores influyen positivamente en la productividad empresarial. Factores como la conciliación, el desarrollo profesional o el propio entorno laboral, conforman una ecuación que eleva el sentimiento de pertenencia de los empleados hacia la empresa donde trabajan. A nivel personal también les proporciona una sensación de logro individual y de estar contribuyendo al éxito general de la compañía.
Sin embargo, existen factores ajenos a los empleados y a las políticas de retribución flexible que contribuyen a la eficiencia y productividad que requieren las empresas. En un entorno laboral donde la presión económica aumenta día a día, es fundamental que las compañías pongan especial foco en la creación y puesta en marcha de herramientas - en su mayoría tecnológicas - que faciliten las tareas diarias de sus empleados, promuevan su desarrollo y les permitan alcanzar y superar los objetivos establecidos.
Investigaciones recientes sugieren que los ejecutivos de TI ya están liderando esta tarea, al desprenderse que casi la mitad de ellos (46 %) menciona el "aumento de la eficiencia funcional" como una prioridad estratégica clave para su organización en los próximos dos años. La utilización de tecnologías avanzadas es cada vez más una necesidad y los equipos de TI deben implementarlo y situarse a la vanguardia de esta innovación, porque poco a poco, la irrupción de la conectividad y de herramientas de software avanzadas determinarán si una compañía se ha subido, o no, al tren de la eficiencia y el éxito empresarial.
Tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA) y la automatización, que contribuyen a la simplificación de las operaciones y la toma de decisiones, están transformando nuestra forma de trabajar e implantando nuevas competencias para cumplir objetivos y alcanzar el éxito.
Por ejemplo, los chatbots basados en IA se están volviendo habituales en el servicio de atención al cliente, ya que responden oportunamente, agilizando de esta forma muchas de las consultas. Mientras, la automatización está ayudando a las empresas a reducir las tareas manuales, permitiendo a los empleados centrarse en actividades más complejas e importantes. De hecho, la mayoría de los responsables de TI (68 %) está de acuerdo en que el ritmo de la transformación digital se está acelerando, mientras que dos tercios afirman que sus funciones han aumentado en importancia a la hora de establecer una estrategia general empresarial. Estos profesionales tienen la responsabilidad de guiar la transformación digital para garantizar que se realizan los cambios adecuados, de manera que las empresas puedan emprender su camino hacia la eficiencia y la productividad, sin dejar por ello de ser competitivas en el proceso.
Aprovechar al máximo estas tecnologías avanzadas requiere preparación. Los responsables de TI deben asegurarse de que estos nuevos sistemas logren integrarse con las plataformas existentes, además de que los flujos de datos se encuentren claramente definidos y sean precisos, y de que los cambios puedan aplicarse en toda la empresa de manera transversal.
La mayoría de los directivos de TI (75 %) ya han implementado capacidades básicas de automatización, como patrones basados en reglas que no hacen uso de funciones inteligentes para analizar datos y optimizar procesos y recursos, mientras que el 54 % afirma estar haciendo lo mismo con la automatización avanzada, que implica el uso de IA. La aplicación de asistentes virtuales de atención al cliente, o el uso de IA para mejorar los procesos automatizados de informes de gastos y procesamiento de facturas en un departamento financiero o de RRHH, son ejemplos claros.
Asimismo, casi un tercio de los ejecutivos de TI encuestados, reconocieron que las aptitudes de los empleados, la estandarización de los procesos y la reescritura de las políticas de cumplimiento aumentarían la eficiencia, y que el uso de la automatización básica y avanzada no es un escenario “plug and play “, por lo que es indispensable que los empleados cuenten con las habilidades adecuadas para adoptar dicha tecnología.
Para sacar el máximo partido de las tecnologías y mejorar la eficiencia, los responsables de TI deben asegurarse de que las estrategias de implantación sean adaptables, exhaustivas y personalizadas.
El reto de gestionar cada vez más datos y la dificultad de digitalizar las operaciones manuales son obstáculos importantes para los objetivos de los ejecutivos de TI a la hora de aumentar la eficiencia, por lo que deben dar prioridad a la integración de sistemas para mejorar la disponibilidad y precisión de los datos. A partir de ahí, un primer paso sería que ellos mismos evaluaran dónde pueden integrar tanto la IA como el Machine Learning (ML) en los procesos existentes, teniendo en cuenta los detalles y las necesidades de cada sector.
A medida que el futuro del trabajo sigue evolucionando, es importante que los ejecutivos de TI permanezcan ágiles y abiertos al cambio, adoptando las nuevas tecnologías y aprovechándolas para impulsar la eficiencia y la productividad empresarial.
Son estos profesionales los que reconocen que la implantación de la IA y la automatización avanzada es un camino por recorrer. Por ello, aquellos que tomen las medidas necesarias para prepararse para ello, serán los que más éxito tendrán a la hora de generar mayor eficiencia empresarial.
