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De la Inteligencia Artificial al efecto “Barbie”

inteligencia artificial barbie

La vuelta a la normalidad después de las vacaciones va a ser complicada, y no por las rutinas a las que estamos acostumbrados fuera del tiempo de las mismas, sino porque los cambios que se están produciendo abarcan casi todas las actividades que podamos imaginarnos. Encajar en la vida de cada uno los retos que plantean las novedades no va a ser nada fácil. Todo incide en nuestro futuro de una u otra manera. 

Quizás por ello elegí, para relajarme, ver “Oppenheimer”: tres horas de película tensa y con referencias a diversos momentos históricos en los que, nada más y nada menos, se dirimió el futuro de esos años, también de cambio, que fueron los últimos 50 del siglo XX, a los que hay que sumar las dos primeras décadas del siglo XXI. Nada nuevo porque los siglos no empiezan el primer día del calendario que avisa de que estamos en otro siglo, sino, como es costumbre, unos años después.

La pandemia sufrida nos avisó de ese momento. A partir de ahí han sucedido diversos temas que nos avisan de que hemos entrado, de verdad, en el nuevo siglo y en estos próximos meses hablaremos, cómo no, de la Inteligencia Artificial, poco accesible para muchos a nivel de conocimiento, pero también de temas mucho más cercanos al día a día de nuestras vidas.

He comenzado hablado de una película, pero la “bomba” ha sido otra: “Barbie”. Hace poco más de una semana, la productora del film, Warner Bros, daba a conocer que la recaudación de las tres primeras semanas desde el estreno de la película: a nivel mundial había superado los 1.000 millones de dólares de recaudación. Un auténtico récord que cito porque, detrás de la película, se percibe un cambio en lo que es el mundo del márketing basado en nuevas directrices apoyadas en la tecnología y con un cambio en la forma de expresarse las empresas en todos sus niveles.

Las estrategias de comunicación utilizadas por Mattel, empresa fabricante de la famosa muñeca, han dado la vuelta a muchas cosas. Para empezar, cómo aprovechar un éxito de hace más de seis décadas aprovechando las tecnologías de hoy, y otra cuestión no menos importante, que la historia vende, sobre todo si es sobre el éxito. 

Otro tema que después del verano nos va a acercar a ese nuevo mundo es el coche volador. El todavía reciente anuncio de la concesión de la Certificación de Aeronavegabilidad Especial de la Agencia Federal de los Estados Unidos a la empresa Alef Aeronautics, para las pruebas del desarrollo de su prototipo de coche volador, nos llevará a nuevos paradigmas, máxime cuando las pruebas pueden empezarse dentro de dos años escasos.

Y para terminar por donde comenzamos, señalemos la Inteligencia Artificial como el centro, ya casi hipnótico, del futuro en el que nos adentramos. Capacidad es igual a energía y esa es la ecuación de la que dependerá su desarrollo. A partir de ahí, los avances son ahora imprevisibles en cuanto a su desarrollo porque estará dictado por la capacidad de generar energía a estos nuevos cerebros.

Por citar dos datos recientes: solo en energía solar y eólica, lo invertido a lo largo de 2022 fue de 483.000 millones de dólares, a los que habría que sumar las cifras dedicadas a otras formas de energía y a la eficiencia de los sistemas de transporte, distribución y consumo de la energía eléctrica. El acto tan diario de dar a un interruptor y que se encienda una bombilla o se encienda un ordenador lo vemos tan normal que no reparamos en lo que hay detrás.

Por eso aprovechemos estos últimos días de agosto y, nunca mejor dicho, recarguemos las pilas porque, con estas tres pinceladas y todo lo que hay detrás, seremos testigos y sujetos del gran cambio que viene.  

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