La inteligencia artificial se encuentra en un punto crucial para ayudar a la industria farmacéutica a mejorar y alcanzar nuevas cotas de desarrollo y eficiencia. Así se ha puesto de manifiesto durante la segunda jornada de Biospain 2018, en la que se ha explicado cómo esta tecnología puede impactar y ayudar al sector salud.
Carlos Galmarini, responsable de biología celular y farmacogenómica en PharmaMar, ha afirmado que “necesitamos traducir los datos en un lenguaje que las máquinas puedan entender” y que, en este sentido, la clave pasa por ver “cómo podemos tomar ventaja de esta nueva realidad”. Así, tras repasar ejemplos prácticos de inteligencia artificial aplicada al sector salud, entre ellos un programa que permite comparar el rastro genético de un número significativo de casos de cáncer en poco tiempo, ha destacado que “podemos usar este tipo de inteligencia artificial para crear organizaciones más inteligentes e investigaciones más eficientes”. Un nuevo paradigma que facilitará la obtención de resultados más rápidos y precisos porque la inteligencia artificial “puede ayudarnos a ser más inteligentes”.
En la misma línea Ciriaco Maraschiello, representante de Aptuit, ha defendido que la inteligencia artificial puede ser una herramienta muy útil para impulsar la creatividad y la productividad de la industria farmacéutica en la que se está avanzando poco a poco, como demuestra el hecho de que tanto dispositivos como personas, “estamos todos conectados”. Sin embargo, ha declarado que “no debemos temer a la inteligencia artificial. No nos reemplazará, sino que hará nuestras vidas más fáciles”.
Ejemplo de la ayuda que supone y supondrá la inteligencia artificial es que, entre otros avances, permitirá monitorizar a los pacientes a distancia sin necesidad de estar en el hospital. En definitiva, un cambio de escenario y “una innovación revolucionaria con cambios disruptivos” en la forma de pensar, de ver el negocio, etc. “Las tecnologías disruptivas traen grandes cambios a los que tenemos que ver la manera de adaptarnos”, ha constatado Maraschiello.
DIGERIR Y CAPITALIZAR LOS DATOS
A su juicio, la información tan valiosa que facilitan los datos los convierten en una nueva fuente de riqueza mundial. “Generamos toneladas de datos así que hay que buscar una forma de ayudarnos a digerirlos”. Son muchos datos, “producto de años y años de investigación y no podemos olvidarnos de ellos, tenemos que capitalizarlos”. De ahí que haya finalizado su intervención recordando que la inteligencia artificial tiene mucho que ofrecer a la biotecnología en cuanto a diseño, investigación y desarrollo de nuevos medicamentos.