«Los pájaros nos inspiraron a volar, las bardanas inspiraron el velcro e innumerables inventos más se inspiraron en la naturaleza. Parece lógico, entonces, mirar la arquitectura del cerebro en busca de inspiración sobre cómo construir la máquina inteligente». La frase es de Aurélien Geron, autor del Best Seller Hands-on Machine Learning with Scikit-Learn, Keras, and TensorFlow, uno de los libros de referencia sobre inteligencia artificial (IA) escritos en la década pasada. Para Luis de Juan, ingeniero informático, matemático y fundador de la startup Menhir, «el libro es la Biblia de la IA».
De Juan ha explicado durante un webinar organizado por el IEBS Digital School las posibles aplicaciones de la inteligencia artificial a las fintech, un sector en el que esta tecnología puede tener –y de hecho ya lo está teniendo– un gran impacto. Por ejemplo con la optimización de costes, una de las grandes obsesiones de la banca. De hecho, como ha explicado De Juan, «están naciendo muchas startups fintech que están haciendo las cosas mejor que los bancos tradicionales gracias a ser compañías data-driven y con un nivel de agilidad elevado».
Ejemplo de esta tendencia es su propia startup Menhir. La plataforma trabaja con bancos, fondos y servicers para entender cómo distribuir de la manera más eficiente los créditos dudosos. «Al comprender por qué fracasan algunos préstamos, imaginamos un mundo en el que, gracias a nuestro software, tanto las familias como las PYMES puedan acercarse a los servicios financieros sin miedo al apalancamiento», explica De Juan.
Menhir ha desarrollado una serie de modelos basados en inteligencia artificial que comprenden la forma en que los préstamos secured son recuperados y, mediante una valoración del intangible, diseña el plan de recuperación óptimo para una cartera. «La inteligencia artificial es una herramienta realmente útil que bien usada puede aportar muchísimo a la sociedad y hacer unas finanzas más seguras», confirma De Juan.
En este sentido, el experto resalta la importancia de los datos ante el auge de una tecnología que, según los últimos datos de Forbes, el 65% de los expertos en administración de finanzas esperan cambios positivos con su uso en los diferentes servicios financieros. «Se necesitan datos, no solo se trata de innovar o de tener el mejor equipo de tecnología», apunta De Juan, que deja una reflexión para los futuros profesionales en inteligencia artificial: «No empecemos la casa por el tejado. La aplicación de la IA es el último paso; explotar los datos que tenemos nos permitirá generar un valor mayor que la propia tecnología en sí».