Minsait ha presentado esta semana en el Círculo Ecuestre de Barcelona su Informe Ascendant de Madurez Digital. Bajo el nombre ‘IA, radiografía de una revolución en marcha’, la compañía de Indra ha abordado el contexto y grado de adopción de la inteligencia artificial por parte de las empresas y las administraciones públicas, asegurando que un 90% de las más de 900 empresas españolas encuestadas no tiene un plan estratégica para implantar la IA.
Salvador García Ruiz, director ejecutivo Indra Barcelona, y Leticia Gómez, responsable de Estrategia y Gobierno de IA en Minsait, fueron los encargados de presentar el informe. Concretamente, fue la segunda que más expuso las principales conclusiones del estudio.
“Según los resultados del informe -señaló-, observamos que el 65% de organizaciones que se han analizado realizado durante este estudio han iniciado ya su camino en la inteligencia artificial. La principal motivación, que es una prioridad para casi tres cuartos de las organizaciones analizadas, es la eficiencia de procesos. Es decir, utilizar inteligencia artificial para ahorrar en costes y en tiempos y destinar recursos, liberar recursos para destinar las otras tareas de mayor valor añadido”, afirmó.
Del mismo modo, indicó que, en torno al 34% de las empresas, consideran una prioridad soportar las decisiones en datos tomadas por inteligencia artificial, que luego son consumidas por el equipo de management, por seres humanos, dentro de la organización para apoyar sus capacidades de gestión y de decisión.
"Y luego, hay otra prioridad importante para un 31% de las organizaciones entrevistadas, que es perfeccionar la experiencia de clientes externos y también clientes internos o usuarios internos. Y dentro de todo esto hay algo llamativo, y es que este ranking de prioridades no es homogéneo entre países. Es verdad que en España hemos visto que es una constante en las organizaciones públicas y privadas españolas, pero por ejemplo, en Italia vemos que la eficiencia operativa tiene la misma relevancia que la experiencia de cliente”, demostró Gómez en el informe Ascendant.
Quién son los más aplicados
Ambos representantes apuntaron también que, según Ascendant, el 90% de las organizaciones no tienen un plan estratégico de cómo implantar la inteligencia artificial. “Y cuando hablamos de plan estratégico, no empezamos pensando en un documento denso, largo, que se tarda meses en hacer, sino un documento sencillo, donde esté la visión y una hoja de ruta a corto plazo”, acordaron.
En cuanto a los sectores, la primera “sorpresa” para Leticia Gómez fue que, teniendo en cuenta que el grado de adopción de la IA de los diferentes sectores entre uno y cuatro, solamente hay tres sectores -seguros, telco y banca-, que se acercan mínimamente al tres.
“Eso quiere decir dos cosas -explicó-. Una es que incluso entre los sectores más avanzados, el nivel de adopción es bajo. Y segundo, seguramente por intuición, los sectores donde tradicionalmente se invierten más en tecnología es donde el grado de IA es más evolucionado. La buena noticia es que aquí todo el mundo tiene recorrido”.
Barreras
Asimismo, las empresas se encuentran varias barreras, como la escasez de talento, que es también una constante en el sector de servicios tecnológicos. “Un 36% de las empresas, más de un tercio, es relevante, no encuentran perfiles cualificados. Y teniendo en cuenta la rápida evolución de estas técnicas, como es, por ejemplo, la inteligencia generativa, es más difícil todavía encontrar perfiles con experiencia”.
“Y no solo eso -continuó en la presentación de Ascendant-, es que si ya hay escasez de perfiles, un reto especialmente importante es encontrar lo que nosotros denominamos los superperfiles, que son aquellas personas que tienen experiencia en todo el amplio espectro de la inteligencia artificial”.
Por otro lado, un 31% de las empresas encuestados acusan la incertidumbre en cuanto a la regulación. Es cierto que ya hay algo más de estabilidad, como recordó Gómez, pero ahora el gran reto está en llevar todas las directrices europeas a la práctica real de las empresas. Y luego hay otras barreras relacionadas con la tecnología; por ejemplo, la tecnología tiende a considerarse poco madura y poco contrastada para casi un 30% de las empresas.
“Lo preocupante es la resistencia al cambio (…) Pero también lo positivo, que lo decíamos antes de los tres sectores que van más avanzados, es que ya están implantando sus planes. Y, al mismo tiempo, están avanzando”.