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terapia asistida con animales
Terapia asistida con animales. Foto: Purina y HCSC.

Terapia asistida con animales para ayudar a pacientes con trastornos alimenticios 

El Hospital Clínico San Carlos de Madrid ha puesto en marcha, en su área de psiquiatría, un taller dirigido a adultos que padecen TCA con una perra golden retriever. Hablamos con Vanessa Carral Portilla, psicóloga de Dogtor Animal y directora del proyecto, sobre cómo funcionan las iniciativas de este tipo y qué las hace únicas

Cada semana, el Hospital Clínico San Carlos de Madrid recibe a una golden retriever, junto a un equipo de técnicos especialistas de la institución Dogtor Animal, para brindar un tipo único y novedoso de terapia asistida con animales. Los destinatarios son un grupo de pacientes adultos, en su mayoría mujeres, con Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA). El programa refuerza el acompañamiento que brindan otras intervenciones dentro del área de psiquiatría del hospital para ayudar a los pacientes a “aprender a volver a disfrutar sus vidas y generar espacios relacionales saludables”, cuenta a Innovaspain Vanessa Carral Portilla, socia fundadora y co-directora de Dogtor Animal.

El proyecto forma parte de un estudio científico para evaluar el impacto de la intervención con animales en adultos, y fue puesto en marcha por Dogtor Animal en colaboración de Diversión Solidaria, fundación que trabaja en terapias complementarias en hospitales, y con el apoyo de la empresa Purina, que otorga ayudas económicas a múltiples investigaciones sobre el efecto positivo en la salud del vínculo humano-animal. 

En España, alrededor de 400.000 personas, en su mayoría jóvenes mujeres, tienen algún tipo de trastornos de la conducta alimentaria, según datos de la Fundación Fita y de la Asociación Española para el estudio de estos trastornos. El taller surge después de que el hospital identificara que varios pacientes adultos con TAC sufrían de carencias afectivas y emocionales y un fuerte sentimiento de “soledad no deseada".

Un apoyo canino especial, sin importar la raza 

Los caninos han demostrado que pueden contribuir al bienestar “con cariño y afecto incondicional”, explicó Sònia Sáez, veterinaria y responsable de Comunicación de Purina España, al dar a conocer la iniciativa. Fomentar emociones positivas y vínculos seguros ayuda a que las pacientes “disfruten al máximo de experiencias que rompan su rutina y recuperen, por un instante, la sonrisa”, agregó por su parte María Parra, directora general de Diversión Solidaria.

El equipo de especialistas eligió a una golden retriever para liderar estos talleres ya que es una raza con muy buena recepción a nivel social y con cualidades muy valiosas para la intervención terapéutica, explica la co-directora de Dogtor Animal, pero esto no implica que sea la única opción. 

“La terapia asistida con animales se realiza fundamentalmente con perros, pero también trabajamos con algún otro animal de manera esporádica. Y siempre decimos que nuestro equipo animal es muy variado y no buscamos una raza en específico, sino un individuo con ciertas cualidades”, señala Carral Portilla, quien lleva casi dos décadas de especialización en psicología clínica y educativa con animales. Sus primeras prácticas de intervención fueron, de hecho, con delfines y lobos marinos en Estados Unidos y Australia. 

Vanessa Corral, en el centro, junto al equipo de intervención.

El hilo conductor: la pirámide de necesidades

El programa del hospital de Madrid se basa en la pirámide de Linda Michaels, que sería la pirámide de necesidades de Abraham Maslow en su versión canina, cuenta la psicóloga. Cada sesión de los talleres versa en general sobre un peldaño de esta estructura, explicando sus componentes. “Luego, hay un pequeño elemento de psicoeducación que nos hace reflexionar sobre que no somos tan distintos y que podemos tener las mismas necesidades”, detalla Carral Portilla. 

La base de la pirámide canina está relacionada con las necesidades biológicas, explica, lo cual involucra una alimentación equilibrada y adecuada, ejercicio físico acorde a cada perro, atención veterinaria, acceso a agua potable y fresca y poder estar en un entorno saludable, con temperaturas adecuadas. Luego, si vamos subiendo la pirámide, nos vamos a encontrar las necesidades más sociales, como tener contacto con otros perros y con otras especies, como la humana, de manera saludable. 

“Si subimos un peldañito más, nos vamos a encontrar esas necesidades emocionales de sentirse amado, de sentirse seguro, de sentirse acompañado. Y en el último peldaño, esas necesidades cognitivas de estimulación mental, de entrenamiento amable. Y toda esa pirámide lo que hace es un perro equilibrado”, señala.

"Pequeñas píldoras" con una mirada holística 

El aprendizaje de esta pirámide genera un vínculo muy especial entre las pacientes y el perro de asistencia, pero también con sus mascotas en casa, y apunta a que aprender del autocuidado. “Si vamos a hacer todo ese esfuerzo para que nuestro animal sea feliz y sea equilibrado, por qué no hacemos el mismo esfuerzo para nosotras mismas en lugar de restringirnos en muchos de estos peldaños”, indica la especialista. 

Un componente clave de estas intervenciones, señala Carral Portilla, es que los animales "no mienten" con lo cual el vínculo “se basa en la verdad”.  Al mismo tiempo, hay una “naturalidad” y espontaneidad en la relación con los caninos, sin los aspectos más estructurados o formales que pueden darse en una terapia tradicional, lo cual refuerza la creación de un espacio seguro y confiable. 

Los TAC restringen varias áreas de la vida dando como resultados “cuadros de salud mental muy complejos”, señala Carral Portilla, con posibles casos de depresión, ansiedad o trastornos de personalidad. La terapia asistida con animales es complementaria y tiene en este sentido una visión holística: “vamos dando pequeñas píldoras con el objetivo final de ofrecer una mejor calidad de vida no en un área concreta sino a nivel general”. 

De una pseudociencia a una terapia con impacto probado 

Carral Portilla cuenta a Innovaspain que creció en un pueblo de Cantabria rodeada de animales, que ha tenido gatos toda la vida, y que gracias a esa experiencia, conoce de primera mano lo positivo que puede ser el vínculo con animales. Pero cuando comenzó su carrera, aún era para muchos una disciplina considerada más como “parapsicología” o pseudociencia. “Al día de hoy sí que ya vemos evidencia científica de este tipo de intervenciones, pero yo me lancé un poco a la piscina siendo consciente que era una rama de la psicología poco habitual”, relata. 

Las Intervenciones Asistidas con Animales (IAA) son ahora una discplina que se implementa en distintos ámbitos, desde la salud a la educación y lo social. El taller del hospital madrileño se distingue por apuntar específicamente a adultos con problemas crónicos alimenticios. 

Varios hospitales españoles han puesto a prueba la terapia asistida con animales caninos en los últimos años con resultados positivos en otros grupos como adolescentes con TAC, niños con trastornos del neurodesarrollo. También hay programas en empresas para la prevención y manejo de la ansiedad y el estrés y en instituciones públicas para el desarrollo e inclusión de adultos mayores y personas con discapacidades. Carral Portilla ha participado además en exitosas iniciativas para el acompañamiento con animales de menores en juzgados

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