Eduardo Jáuregui fundó Irisbond en 2013 y desde entonces la empresa no ha dejado de evolucionar gracias a sus soluciones basadas en I+D+i. Sus avanzados algoritmos de software, fruto de la inteligencia artificial, captan el movimiento de los ojos y lo traducen en movimientos precisos dentro de una pantalla. Ahora, el mundo del eye-tracking (tecnologías de seguimiento ocular) avanza un paso más gracias a esta empresa vasca, que propone un software que permitirá a empresas de cualquier sector (automoción, robótica, medicina, gaming, neuromarketing, retail…) poner en marcha sus proyectos de control de dispositivos utilizando únicamente los ojos.
Si bien inicialmente el software fue concebido como un dispositivo para permitir la comunicación alternativa a personas con discapacidad como la parálisis cerebral o la ELA –ha sido su principal función en los últimos años–, este desarrollo está evolucionando como modelo SaaS para ser totalmente adaptable acorde a las necesidades del proyecto. "Las aplicaciones son infinitas, desde acceder a diferentes funcionalidades durante la conducción de un vehículo, detectar los movimientos oculares de los cliente de una tienda para comprender qué atrae su mirada o elegir en nuestra televisión qué serie queremos ver sin necesidad de tocar el mando", explica Jáuregui.
También cambiarle la vida a una persona con discapacidad. "Permite que pueda comunicarse con total libertad con su entorno y el mundo", cuenta Jáuregui respecto a problemas como la parálisis cerebral o la ELA. El software capta el movimiento ocular y lo traduce en movimientos precisos dentro de una pantalla. De esta manera, cualquier persona puede acceder a toda la información de forma natural, intuitiva y sin el uso de las manos.
Para Jáuregui y su equipo, lo imposible no es un hecho, sino un desafío. "En Irisbond nos retamos a superarnos, a inventar productos globales, diferentes e innovadores que hagan más fácil nuestra relación con lo que nos rodea. Hablamos de tecnología con propósito". En un contexto en el que el mercado global de eye-tracking está valorado en 287 millones de dólares en 2018 y se espera que crezca un 27,4% anual hasta 2025, el uso social de esta tecnología es para Irisbond igual de importante que las ventas o la propia innovación. "Nos enorgullece que lo que hacemos tiene impacto social a muchos niveles. Queremos ayudar a mejorar la vida de las personas y de la sociedad porque creemos que esa es nuestra responsabilidad", valora Jáuregui.