Isabel Fernández: “El aprendizaje no puede ocurrir solo con tecnología. Hacen falta las personas”

La rectora de la Universidad Alfonso X El Sabio (UAX) desde el pasado septiembre confía en una educación híbrida, personalizada y más cercana que nunca a la empresa
Isabel Fernández es rectora de la Universidad Alfonso X El Sabio.

Si algo caracteriza a la trayectoria profesional de la nueva rectora de la Universidad Alfonso X El Sabio (UAX), Isabel Fernández, es su perfil claramente tecnológico. Tras una dilatada carrera en empresas vinculadas al sector, desde septiembre comenzó un nuevo reto en "la universidad de la empresa", como reitera durante su entrevista con Innovaspain.

“El aprendizaje no puede ocurrir solo con tecnología. Hacen falta las personas”, concluye en una declaración de intenciones que resume en forma de titular. Porque la tecnología sirvió a la UAX para medir la interacción que había en el aprendizaje durante el confinamiento. Recuerda que, durante la crisis económica global que se inició en 2008, el reto en el sector de la distribución en alimentación, donde trabajaba, era mejorar los canales de comunicación.

“Las personas mayores fueron las primeras confinadas y no podían salir de casa e ir a las grandes superficies y que no tenían las competencias digitales desarrolladas. Si lo piensas bien son los mismos requisitos que ahora llevamos a la educación”.

Empresa y universidad se fusionan en la esencia de la UAX, según desarrolla Fernández. “Nuestra sociedad no puede ser sostenible si no formamos a los profesionales de otra manera”. Es por eso que uno de los compromisos de la institución es asegurarse cada curso de que la oferta formativa tiene “agilidad” como para estar actualizada y garantizar la empleabilidad.

Además de ser personalizada. A través de la tecnología que el alumno “que pueda ir más rápido”, lo haga. Para ello, remite a distintas herramientas a disposición de los estudiantes: desde boot camps hasta formación extra “para ir un paso más allá”. La UAX, añade su rectora, ofrece un proceso de acompañamiento no solo educativo, también administrativo. “Y ser capaces de dar servicio personalizado a un número de estudiantes no solo de grado, sino de ciclos formativos, posgrado, investigadores”, razona.

Hacia una correcta blended education

Este mes supone la recta final para la comunidad educativa de la UAX: últimos exámenes y evaluaciones. En un curso atípico, que Fernández prefiere definir como “más dinámico y normalizado de lo que pudiera parecer al principio”, la institución dejó patente que estaba preparada para la coyuntura.

“En términos de digitalización, personalización y manteniendo un aprendizaje que debe ser casi presencial  y desarrollando habilidades psicomotrices”, precisa Fernández.  

De cara a la reflexión posterior al fin del curso académico, una de las lecturas gira en torno al modelo de educación híbrida (blended education). La rectora lamenta que este término, con el que está de acuerdo, se haya desvirtuado. “Se ha utilizado tanto que se entienden muchas cosas. No quiere decir que unos estén en clase y otros en casa. Pero sí en el sentido de que el canal es híbrido”.

“La pandemia nos obligó a vivir en los extremos. Pero en el medio, hemos aprendido a graduar”, valora. Un modelo más “rico” en recursos, canales y cuya complejidad se traslada a las universidades. En ese sentido, desde la educación superior se ha perdido el miedo a que ponentes internacionales de primera línea “den una charla viniendo y perdiendo un día de ida y vuelta” estén más reticentes. Al no tener que moverse de casa, pueden ser más accesibles.

Pero este modelo también debe ser justo con quienes quieren vivir la etapa universitaria en sus carnes. “El estudiante de 18 años viene al campus precisamente para vivirla”, refrenda. Y que la comunidad educativa pueda moverse entre entornos virtuales y presenciales sin dificultad, porque “si no se puede, la tecnología no es transparente”.

En ese proceso, la UAX desarrolló aulas híbridas al servicio del aprendizaje y no de la tecnología “per se”, cuyo modelo se fue “evolucionando y sofisticando”.

UAX Skills School

Para una institución que cuenta con casi 90 programas formativos y se compone de 12.000 estudiantes, el grado de personalización depende del título y la madurez de cada estudiante. Un proceso que se quiere potenciar con el nuevo proyecto de la universidad: UAX Skills School.

“Para que seas un profesional altamente empleable, tienes que saber ciertas cosa. Desarrollar un pensamiento analítico o un pensamiento crítico. Tener habilidades de storytelling, es decir, ser capaz de contar historias a través de los datos. O bien, trabajar en diversidad: no solo cultural, sino tener facilidad para trabajar con personas de distintos países”, desgrana la rectora.

Algo más del más del 30% de los estudiantes de la UAX son internacionales. Tanto los procedentes de fuera de España como los de dentro reciben clases de un claustro que, en su mayoría, sigue vinculado a la empresa. “Cuando nosotros presumimos de ser la universidad de la empresa, y trabajamos para ser la universidad de la empresa, desde mi posición y la del claustro sabemos lo que necesita la empresa”, zanja.

De ahí que UAX Skills Schools se presente como una iniciativa vanguardista. “Las soft skills las necesitan todos”, subraya. Unas habilidades que no se exigen a nivel oficial, pero que vienen requeridas por lo que pide el entorno empresarial. Desde el Observatorio de la Empleabilidad, la UAX trabaja con las empresas y desarrolla estas competencias. “Pasarán a ser el ADN de nuestros egresados. Y de cara a profesiones que van a ir evolucionando, nuestro compromiso con la empresa y los estudiantes es irlas evolucionando”.

Estas competencias van acompañadas de una metodología learning by doing (aprender haciendo). Fernández ejemplifica este punto: “los alumnos de un título tienen que aprender con estudiantes de otras profesiones o entrando en empresas. Bien sea empollando o bien sea haciendo”.

The Valley Business School

Otra de las grandes noticias de este curso para la UAX fue la incorporación del Grupo The Valley. Dos instituciones que no podían ser “más complementarias”, cree Fernández. “The Valley Business School tiene un ecosistema probado de emprendimiento, de formación a esos emprendedores. Tiene un ecosistema en el que hace una visión vertical de la industria, del retail, etc. Además hacen formación continua para preparar el reskilling de esos universitarios. Tiene una conexión constante con la empresa, el emprendimiento, de innovación, de conocimiento vertical”.

En base a las necesidades del tejido empresarial, la demanda de perfiles va orientada a “profesionales digitales y de datos”. Además del sector cuyo valor se ha disparado desde la crisis sanitaria: el área de Salud, en el que la UAX “es una referencia”, admite su rectora. Por último, la demanda en áreas de conocimiento como ADE y negocios son puntales de la institución.

Como nexo entre estudiante y empresa, la UAX está presente en varias redes de emprendimiento. A través de un formato “más open”, lo describe Fernández, se ha integrado en redes como Explorer, apoyada de manera importante por Banco Santander, o SECOT, “donde hay primeros espadas que hacen acompañamiento”.

Apenas ocho meses en los que Fernández está diseñando la estrategia para asentar el lema que acompaña a UAX como universidad de la empresa. Con el bagaje a sus espaldas, afronta lo que queda de su mandato con optimismo: “Tenemos una diversidad de necesidades que es un reto”.

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