“Soy un friki del agua”. Así se define Israel Guzmán, artífice de Whater. Y para entender esta pasión se remonta a su infancia y juventud, a las aguas de Menorca, de la costa almeriense o a su primer trabajo como fontanero. “Montaba piscinas, pero me interesaban todos los aspectos de la hidráulica y la química”. Con 19 años pone en marcha una primera empresa de tratamiento de aguas. En 2009 da el salto a una multinacional. “Toqué techo. La inquietud por innovar me llevó a volver a las andadas en 2015”.
De nuevo como consultor independiente tiene un primer éxito. Patenta el Vasso Filterglass, un vaso filtrante nacido del anhelo de poder beber agua en cualquier lugar gracias a que incluye una cápsula potabilizadora. Su obsesión-amor por el agua va in crescendo. “Me hice vegano como respuesta a la ingente cantidad de agua que consume el sector ganadero”, apunta Guzmán.
Un día, desde Menorca, su abuela le informa de que ha llegado una carta para informarle de que evite consumir agua del grifo ya que está contaminada con nitratos. La normativa europea, gracias al empuje del movimiento Right2Water, exige garantizar el acceso a agua potable y a que las administraciones informen a sus ciudadanos sobre la calidad del agua que van a consumir.
Información e innovación
“Existe la normativa, pero no una herramienta para que el consumidor opine y se informe. Esto nos lleva a darle forma a Whater.app. Somos expertos en resolver problemas complejos. Ofrecemos a las administraciones todo lo necesario para que tomen decisiones, informen a sus ciudadanos e incentiven el consumo de agua del grifo en lugar de embotellada”, añade. “Somos el Trip Advisor del agua del grifo, por mucho que le moleste al oligopolio que controla el agua del país”.
La hermana de Whater.app es Whater.tech. “Aquí hablamos de I+D y de tecnología. Nos ponemos la camiseta del cliente para ir al origen del problema. Hemos cambiado el paradigma a nivel de ingeniería de agua. En lugar de depurar por completo un pantano entero contaminado, por ejemplo, con pilas, vamos al foco de esa contaminación y la eliminamos. El conocimiento y el ahorro que aportamos es brutal”, asegura Guzmán.
Una innovación clave para el tratamiento del arroz
El experto y su equipo acaban de alzarse como ganadores de “Ebro Talent: Caring for Innovation”, el programa de innovación abierta dirigido a la industria agroalimentaria desarrollado conjuntamente por la Universidad Loyola y Ebro Foods. “El premio es fruto de solucionar lo que otros no pueden por desconocimiento o por precio”.
Whater.tech ha propuesto una idea basada en la reutilización y revaloración del agua residual que genera el procesado del arroz. Estos residuos, altamente orgánicos, están muy contaminados y es necesario tratarlos antes de su vertido. La empresa apuesta -a través de diferentes tecnologías, como la utilización de microalgas o una solución desarrollada por la startup basada en ácido hipocloroso- por reutilizar estas aguas para riego y convertirlas en un eficaz fertilizante orgánico.
“Lo habitual es macerar el arroz -junto a la ‘cascarilla’ hongos, bacterias, etc- en cubas de 15 toneladas. Cuando termina el proceso, la cuba se vacía y se vuelve a llenar. Imaginemos que cada noche vaciáramos una piscina con capacidad para mil personas en lugar de depurar el agua”, describe el emprendedor.
Su solución consigue recircular el agua de la cuba con un doble ahorro: por una parte, del propio consumo de agua (una reducción de entre el 30 y el 40 %) y, por otro lado, con un menor número de camiones necesarios para transportar los vertidos hasta los puntos habilitados para su tratamiento. “Instalar una depuradora implicaría un coste enorme”.
La clave ha sido la estabilización del ácido hipocloroso y la experiencia previa de Whater.tech en el lavado de frutas previo envasado. “No sabemos si nuestra intervención afecta al sabor, porque hasta ahora hemos trabajado con productos de sabor intenso como fresas o frambuesas. Para saber cómo afecta el tratamiento de oxidación al sabor neutro del arroz pondremos en marcha una planta piloto con Ebro Foods hasta lograr el equilibrio perfecto en el proceso de recirculación, filtrado y oxigenación”.
Diversificar
Saniwhater es la tercera ‘pata’ de la empresa. “En 2020, pensamos que nuestro expertise en la generación y estabilización de ácido hipocloroso podría ser útil en la lucha contra la pandemia”. De este modo registraron y empezaron a comercializar un producto cosmético como alternativa al hidroalcohol. “Ponemos al alcance de todo el mundo nuestras capacidades en el tratamiento de aguas complicadas. El ácido hipocloroso se utiliza como desinfectante y es bueno incluso para la piel, los ojos o como colutorio".
Israel Guzmán cree que ha llegado el momento de ponerle el freno a este huracán de actividad. Se centrará en el día a día de Whater.app, donde ejercerá como CEO. En Whater.tech y Saniwhater, da un paso a un lado, delega la gestión y adopta las funciones de asesor. “En Whater.app preparamos una ronda de financiación porque tiene visos de convertirse en una solución útil a escala global. La misión final es poder dar información del estado del agua en cualquier lugar del mundo. A día de hoy, en África existen más móviles que puntos de agua potable”.
¿Y en España? El experto admite que la calidad del agua del grifo es muy buena. Lo es en comparación de países de nuestro entorno, como Francia. Pero hay problemas. “Quizá el más grave sean los intereses cruzados entre el agua del grifo, el agua mineral embotellada y el agua filtrada. Los grandes incluso hacen negocio con dos de las tres variables, con lo que todo se complica aún más”.
"Vamos hacia un monopolio total en el control del agua"
“Estos negocios seguirán existiendo”, argumenta Israel Guzmán. “Lo que quiero es darle al consumidor las herramientas para que se defienda. Esto no gusta a las grandes corporaciones, que preferirían suprimir la opinión del consumidor sobre el agua que bebe. Que el agua sea potable no significa que sea de calidad o que tenga un buen sabor. El Canal de Isabel II, sin ir más lejos, es uno de los organismos que se salta la normativa y no informa de la calidad del agua. La otra guerra a la que habrá que hacer frente será entre la opción pública y la privada”.
El CEO de Whater.app considera que vamos camino de la monopolización total del agua. “El nuevo planeta a conquistar son los datos. A rebufo del PERTE del agua, y con la excusa de digitalizar el sector, las corporaciones instalarán dispositivos que les permitirán saber todo lo necesario sobre los hábitos de consumo. Quién sabe si no será el principio de una factura del agua por tramos”.
Con un 95 % de la red de distribución del agua en pueblos de menos de 5.000 habitantes –“y por tanto lejos del interés de las corporaciones”-, Israel Guzmán cree que su empresa tiene la misión de dotar a las pequeñas poblaciones y a sus ciudadanos de herramientas con las que cumplir la legislación y saber qué tienen entre manos.
“Muchas veces predicamos en el desierto, somos Quijotes luchando contra gigantes, pero podemos detectar problemas y solucionarlos. Más de mil puntos en España no tienen agua potable (un 0,04 % del total). El sector necesita de un organismo independiente que equilibre las fuerzas”. Whater colabora con varias ONG y pretende crear una comunidad de consumidores concienciados con el agua. “No todo puede quedar escondido tras las cortinas de las empresas. Demandamos información transparente, y en el sector brilla por su ausencia”.
En este momento, Whater.tech forma parte de la aceleradora Cajamar Innova en Almería, donde la startup trabaja en un reto lanzado por Tedagua para el aprovechamiento de las salmueras procedentes de la desalación del agua del mar. Adicionalmente, Whater.app ha sido seleccionada por Andalucía Open Future para integrarse en su aceleradora El Cubo de Sevilla.