¿Cómo se descomponen los residuos orgánicos? ¿Cuánto tardan? ¿Qué se puede recuperar? Eso ha intentado descubrir el centro Itene, dentro del proyecto Waste4Soil, con un dispositivo que monitoriza, en tiempo real, la descomposición de residuos orgánicos. Lo ha instalado en el Living Lab de Cataluña de Irta y, gracias a él, podrá comprobar la logística de los residuos de procesamiento de alimentos.
Según el centro, el proyecto Waste4Soil tiene como objetivo desarrollar soluciones tecnológicas y metodológicas para «reciclar los residuos del procesado de alimentos y convertirlos en fertilizantes a través de un enfoque circular, sistémico y con múltiples actores a nivel regional que implique a todos los agentes de la cadena alimentaria, cerrando así circuitos específicos —nutrientes, materia orgánica, agua, etcétera—».
De ahí la necesidad de, primero, comprobar cómo se descomponen los residuos orgánicos generados del procesado de alimentos. «La implementación de este dispositivo supone un avance clave en el marco del proyecto Waste4Soil», recuerdan desde Itene. Y, segundo, de que pasen a ser mejoradores del suelo.
Ahora, residuos como por el ejemplo el orujo de aceite de oliva, los residuos de mataderos o las aguas residuales de la producción láctea podrán mantener o mejorar las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo.
Funcionamiento del dispositivo
El dispositivo de Itene está equipado con sensores de alta precisión y tecnología de comunicación en tiempo real. Así, mide simultáneamente su localización y gases clave como amoníaco (NH3), sulfuro de hidrógeno (H2S), metano (CH4) y dióxido de carbono (CO2), además de registrar humedad y temperatura. «Estos parámetros —explican— son fundamentales para analizar la descomposición de los residuos orgánicos y mejorar su posterior tratamiento».
Por otro lado, la información se transmite en tiempo real a una plataforma digital gracias a un sistema de comunicación GPRS de bajo consumo, permitiendo el monitoreo continuo del proceso y la ubicación de los residuos. De hecho, la tecnología se integrará en la plataforma web y aplicación móvil GEMYO —de la propia Itene, junto con Wings y Certh—, para que los usuarios accedan a datos en tiempo real y reciban alertas sobre el estado de los residuos.
Como ya se ha mencionado anteriormente, el dispositivo se ha instalado en el Living Lab de Cataluña del Irta. ¿Por qué este lugar? «Ofrece un entorno controlado que simula condiciones operativas reales de la logística de recogida y distintos procesos de tratamiento de residuos orgánicos para ser transformados en mejorantes del suelo», aseguran.
Por último, cabe recordar que en noviembre de 2024, se desplegaron las dos primeras unidades de demostración en régimen estático, «permitiendo evaluar la precisión, durabilidad y adaptabilidad del dispositivo a diversas condiciones ambientales». Y que, adelantan, a lo largo de 2025 se prevé su instalación en contenedores de transporte de residuos, extendiendo el análisis a lo largo de toda la cadena de gestión.