Iván Cordón (UNAV): "Hemos creado un lugar donde las grandes empresas y la startups estarán cómodas para avanzar juntas"

Hablamos con el director de Innovación del DATAI de la Universidad de Navarra de la puesta en marcha de SofIA, el espacio de innovación abierta dedicado a Inteligencia Artificial
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Iván Cordón, director de Innovación del DATAI de la Universidad de Navarra. Imagen: UNAV.

La inteligencia artificial (IA) y la ciencia de datos son tecnologías que ya están integradas en todos los sectores y mercados. Su correcta aplicación resuelve problemáticas no solventadas hasta la fecha, pero otros retos aún están pendientes de ser abordados. SofIA, el programa de aceleración de empresas que ha puesto en marcha el Instituto de Ciencia de Datos e Inteligencia Artificial (DATAI) de la Universidad de Navarra (UNAV) junto a compañías de referencia en sus respectivas áreas de actividad da buena muestra del carácter trasversal y el afán de aplicabilidad pretendidos por la IA y el Big Data.

En la primera edición del programa, presentado esta semana en Madrid, participan AXA Seguros, BBVA AI Factory, Carrefour y Laboratorios Cinfa. Las empresas han planteado retos vinculados a la inteligencia artificial: la prevención de los siniestros, el empoderamiento del cliente en la gestión de sus finanzas, la mejora de la experiencia de compra o la producción eficiente.

Las startups interesadas pueden enviar sus propuestas a la UNAV hasta finales de junio desde la web unav.edu/sofia. El día 27 de ese mismo mes se celebrará un pitch para seleccionar la más competitiva en cada uno de los retos. A partir de entonces, dispondrán de seis meses para aportar una solución. Un periodo en el que contarán con el acompañamiento de la UNAV.

Acelerar la transferencia

Con una trayectoria a caballo entre la empresa y la academia, Iván Cordón es actualmente director de innovación del DATAI. Como explica a este periódico, la motivación principal para dar vida al programa SofIA ha tenido que ver con la idea de potenciar y agilizar la transferencia de conocimiento, un viejo anhelo de la relación universidad-empresa. “Empieza a calar que la innovación tiene que llegar el mercado o pierde toda su utilidad. Servirá de poco si se queda en un paper”, añade Cordón.

El experto ha aplicado buena parte de su experiencia previa en epicentros tecnológicos como Londres, donde son habituales este tipo de programas en los que la universidad nutre de conocimiento a las compañías privadas. Tras un periodo de co-creación para dar forma a SofIA junto a las empresas que forman parte del programa, Iván Cordón señala que han tratado de ayudar a dos eslabones principales de la cadena. “Las grandes empresas innovarán más rápido. No siempre es fácil en este tipo de corporaciones, donde hay que pasar muchos filtros antes de completar los procesos. En paralelo, las más pequeñas tienen la oportunidad de probar su tecnología en una empresa importante”.

La UNAV como garantía

El valor diferencial del programa reside, según Cordón, en que bebe de algunas de las esencias de la UNAV, cristalizadas en un sello de calidad reconocida. “No estamos enfocados en la mera aceleración de las startups, preferimos hablar de espacio de innovación y no de aceleradora. La prioridad no es financiera ni ayudarles a ir a la caza del inversor. Lo que nos proponemos es crear un lugar donde, tanto la gran empresa como la startup, estén cómodas para crear y trabajar juntas durante seis meses. Es un win-win, al margen de lo que suceda después entre ellas”.  

Para el director de innovación del DATAI, que la UNAV sea la encargada de seleccionar las startups es otra garantía a considerar. “La experiencia previa del DATAI asegura que los emprendedores que lleguen a formar parte del programa tendrán muchas posibilidades de éxito en el cumplimiento de los retos propuestos”. La intención de Cordón y su equipo es darle a SofIA continuidad en el tiempo. “Vamos a analizar esta primera edición y, si todo va bien, seguiremos adelante, quizá añadiendo nuevas verticales”.   

Madurez y déficits

“Es verdad que la ciencia de datos y la IA están alcanzando un grado de madurez importante”, asegura Cordón. “Aún no son un vino reserva, pero sí un buen crianza”. Opina que el desembarco de estas tecnologías en las empresas ha dejado de ser algo revolucionario para convertirse en un imperativo. “Pensamos que aquellas corporaciones que no fundamenten sus estrategias en los datos y los utilicen con rigor no podrán competir y desaparecerán”.

El directivo establece diferencias en cuando al grado de madurez de las soluciones disponibles. “Hay que tener cuidado porque muchas son ‘enlatadas’ y no se adaptan a la resolución de un desafío concreto. No olvidemos que los retos propuestos en SofIA son complejos en esencia: ya han intentado solucionarlos otras empresas y no han sido capaces”.

Iván Cordón asegura que buscan dar un paso diferencial. “Nunca elegiríamos una empresa con la que la UNAV no trabajaría. Debemos distinguir el grano de la paja: aquellos que hacen IA y la aplican desde un punto de vista innovador frente a los que son poco o nada trasgresores. La frontera entre unos y otros es muchas veces difusa pero, a la vez, es lo que marca la diferencia.”

Otras brechas

En las dificultades de los grandes procesos de innovación, el director de innovación del DATAI vislumbra más grietas culturales que tecnológicas. “La tecnología no es el problema, ya que avanza a un ritmo trepidante, sino las personas y la cultura. SofIA agiliza los ciclos de innovación incorporando aire fresco a la gran empresa y personas con una mentalidad flexible. Si las compañías no valoran en su justa medida estas tecnologías y su poder transformador, la situación seguirá estática”.

Iván Cordón llama a que el cambio cultural sea lo más ambicioso posible. “Cabe preguntarse si España puede ser líder y vanguardista en IA y datos. Tenemos la Estretegia Nacional de Inteligencia Artificial y es un buen paso, pero si no se produce un cambio cultural, seguiremos a rebujo de Reino Unido y a años luz de EEUU y China”.

Cordón añade un asunto “que no es baladí” como es el de la regulación generada en Europa para proteger a los usuarios en la utilización de sus datos personales. “A medio plazo, creo que llegaremos a un punto intermedio, donde el usuario decidirá de qué forma quiere que se utilicen sus datos. Hoy día, que una empresa como Google maneje mi información para determinadas cosas me parece fantástico, aporta valor a mi día a día”.


Representantes de las empresas que participan en el programa SofIA: de izquierda a derecha, Cinfa, Carrefour, Axa; Ivan Cordón, director de Innovación de DATAI de la Universidad de Navarra, Accenture y BBVA. Imagen: UNAV.

Para el responsable del DATAI, es una buena noticia que la UE esté fomentando las buenas prácticas alrededor de los modelos de IA. “Deben ser explicables, es decir, que puedan destriparse para entender cómo funcionan a la hora de tomar decisiones; determinar si están o no libres de sesgos. Es hacia donde la IA debe avanzar.”

En materia regulatoria, Cordón marca una línea entre dos ámbitos de la IA. “Aquella que afecta directamente al humano, ha de tener esa componente legal muy definida y bien atada. Pero hay otra inteligencia artificial, meramente industrial, donde estos aspectos no son tan prioritarios. El máximo interés aquí es probablemente añadir capas y más capas de IA hasta lograr tal precisión que redunde en los resultados económicos de la empresa”.

Talento renovado

La demanda de empleo cualificado experto en nuevas tecnologías es superior a la oferta de talento. Así lo advierten empresas e instituciones públicas. En la UNAV intentan equilibrar la balanza con masters de IA o Big Data dirigidos a jóvenes y no tan jóvenes. "Es una formación necesaria, igual que otra que impartimos con empresas o, a título personal, más ad hoc, en materias como la programación, muy habilitadoras".

En Navarra, la UNAV forma parte de las conversaciones con la administración para hacer de la IA un sector estratégico en la región. “Elaboramos distintas propuestas, también en el ámbito de la Formación Profesional. Promovemos nuevas formaciones técnicas porque no todo el mundo tiene que ser ingeniero”, concluye Iván Cordón.   

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