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Izaskun Lacunza: rigor, igualdad y colaboración para poner en valor el conocimiento científico

Licenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos y doctora en Ciencias Químicas por la Universidad Autónoma de Madrid, Lacunza dirige FECYT desde el mes de abril. Hablamos con ella para conocer la estrategia de la Fundación a escala nacional y europea
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Izaskun Lacunza, directora general de FECYT. Imagen: FECYT.

La Fundación Española para la Ciencia y Tecnología (FECYT), fundación pública del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, cataliza la relación entre la ciencia y la sociedad. Lo hace  impulsando el crecimiento de la cultura científica española y fomentando la transferencia de conocimiento a través de la divulgación, la educación, la formación, la información y el asesoramiento. Desde el mes de abril, Izaskun Lacunza es la directora general de la Fundación.

Lacunza explica en una entrevista con Innovaspain que asume su nueva responsabilidad desde una triple vocación. “Me apasionan la ciencia y el servicio público. Tengo el convencimiento de que el conocimiento científico puede mejorar nuestras vidas. Por otro lado, soy europeísta. Creo en la construcción de una Europa donde la ciencia y el espacio europeo de investigación contribuyan a un mayor bienestar”.

Una nueva dimensión de la ciencia

Licenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos y doctora en Ciencias Químicas por la Universidad Autónoma de Madrid, Izaskun Lacunza ha estudiado también en el Programa Ejecutivo en Gobernanza en el Sector Público de ESADE. Hasta su nombramiento, era directora del departamento de Políticas públicas de FECYT y coordinadora de la Oficina de Ciencia y Tecnología del Congreso, la Oficina C, una iniciativa pionera de asesoramiento científico al poder legislativo.

“De manera general, FECYT trabaja, desde distintos puntos de vista, en aumentar el valor social de la ciencia”. Asegura que, además de favorecer la consolidación del mencionado espacio europeo de investigación, la Fundación trata de fortalecer las carreras de la comunidad científica. “En este punto no hablamos solo del personal de investigación, sino de periodistas, comunicadores, técnicos de evidencia científica, bibliotecarios de investigación… nuestro entorno son todos los profesionales próximos a la ciencia”.

Cultura científica y ciencia abierta

En este marco de acción, el principal pilar de FECYT es, “por la experiencia acumulada”, la promoción de la cultura científica y la innovación mediante el apoyo a proyectos que han favorecido el entendimiento de la sociedad española hacia estas cuestiones. “La idea final es que estas acciones también aumenten la confianza de la ciudadanía en la ciencia. Nos empoderan frente a movimientos desinformativos mientras contribuimos a poner en valor el conocimiento científico”. La estrella de esta línea estratégica es la convocatoria Cultura Científica y de la Innovación, que ya ha impulsado más de 3.800 iniciativas en todo el país, con más de 67 millones de euros invertidos.

Otro de los objetivos de la Fundación tiene que ver con el fomento de la ciencia abierta en España, como pieza en el tablero del movimiento Open Science International. “Los resultados de las investigaciones financiadas con dinero público deben estas disponibles y ser abiertos a la ciudadanía. Un mayor impacto de la ciencia está ligado a la transparencia, la participación, la cooperación y la rendición de cuentas. De nuevo, se trata de poner el acento sobre el valor social de la ciencia. España tiene una estrategia de ciencia abierta en la que es clave identificar a los actores importantes. FECYT es un elemento fundamental para su puesta en marcha”, asegura Lacunza.

Ciencia y política

FECYT busca tender puentes entre dos mundos, conocimiento científico y gestión pública, no siempre bien conectados. “La comunicación ha mejorado desde la pandemia, pero aún se nos olvida que, cuando hablamos de transferencia, el sector público es un receptor de conocimiento científico, no solo la industria. Necesitamos más herramientas, mecanismos y profesionales que actúen como enlace”.

En esta línea, FECYT es la responsable de la Oficina de Ciencia y Tecnología del Congreso, la Oficina C. “Es uno de nuestros proyectos más queridos”. La oficina presta servicio a todos los grupos parlamentarios gracias a un equipo integrado por cinco técnicos de asesoramiento científico. “Las peticiones que recibimos tienen que ver con temas de interés: envejecimiento, incendios, desinformación…”. La Oficina C responde mediante informes “breves y sencillos, agnósticos políticamente y sin recomendaciones”, elaborados tras entrevistar a 20-25 personas de la comunidad científica dentro y fuera de España.

“El objetivo es que, en el proceso de deliberación democrática en el Congreso, la dimensión científica adquiera un carácter fundamental dentro del debate”. Izaskun Lacunza afirma que, hasta la fecha, el feed back que reciben de ambas partes –política y científica- es muy positivo. Los informes son presentados a puerta cerrada con la Oficina C como mediadora de un diálogo constructivo. Después, estos documentos son públicos y accesibles para todos los interesados.  

Este proyecto se verá complementado con la creación de la Oficina Nacional de Asesoramiento Científico, un nuevo organismo que, como explicaba su director, Pep Lobera,  tendrá “el cuerpo en la ciencia, la cabeza en presidencia del Gobierno y el músculo en la transferencia de conocimiento». FECYT contribuirá al buen funcionamiento de esta iniciativa “desde la idea de fomentar el progreso del ecosistema de ciencia y tecnología español asesorando donde nos reclamen”.

Europa en el centro

De vuelta a la esfera continental, FECYT refuerza la participación de España en el sistema europeo de investigación. “Europa cuenta con programas de I+D atractivos, en sintonía con las capacidades de España en ciencia y tecnología”. Lacunza detalla cómo desde la Fundación ayudan a los científicas y científicos, “y al sistema de investigación en general”, a que participen “mucho y bien” en esas convocatorias. “A lograrlo ayuda nuestra presencia en foros de interés, donde la ciencia abierta es uno de los asuntos principales. La conversación con nuestros pares europeos resulta de gran utilidad para actuar de manera alineada”.

Adicionalmente, FECYT ofrece servicios a la comunidad científica española, como el CV normalizado, que posibilita el intercambio de información curricular de investigación entre los diferentes agentes que precisan acceder a esos datos.

Convergencia público-privada

En la Fundación actúan –“aunque no es nuestra actividad principal”- para que las esferas pública y privada tengan nuevos puntos de encuentro. “Para empezar, la convocatoria de Cultura Científica y de Innovación está abierta al sector privado. De hecho, alrededor de un 30 % de los fondos van a parar a este segmento”.

El programa de mentorazgo REBECA by EURAXESS (REsearchers BEyond aCAdemia) acerca a la academia y la empresa. Tiene por objeto poner en contacto al personal investigador en fases tempranas de sus carreras, con profesionales dedicados a actividades relacionadas con la ciencia y la tecnología más allá del ámbito de la investigación académica, que ejercerán de mentores, para dar a conocer opciones profesionales diferentes a la investigación académica.

“REBECA es un proyecto muy humano, que quiere conectar a personas con intereses comunes. Ya hemos mentorizado a cientos de jóvenes investigadores del país. De los 78 mentores de la última edición, 54 proceden del ámbito privado”. Además, desde hace unos años, FECYT coordina el Consejo de Fundaciones por la Ciencia, del que también forman parte fundaciones privadas. “Es un foro de intercambio de información y proyectos, donde aproximamos a la empresa los proyectos de FECYT”.

Las brechas

Como fundación de carácter nacional, FECYT tiene la ambición de llegar a todos los territorios del país. «Los proyectos de Cultura Científica y de Innovación ayudan a conseguir nuestra presencia a lo largo y ancho de España», asegura Izaskun Lacunza. «A la convocatoria concurren proyectos muy locales, autonómicos, de universidades… La capilaridad es notable. El equilibro territorial está en la base de todo lo que hacemos. Llevamos a cabo sesiones informativas en las diferentes Comunidades Autónomas. Queremos llegar a todas ellas». La directora de la Fundación añade que las herramientas digitales facilitan estas labores. «El entorno online -todos sus actos están disponibles en streaming- ha supuesto para FECYT un salto cualitativo. Ahora alcanzamos hasta el último rincón».

La perspectiva de género es igualmente una dimensión trasversal del conjunto de acciones de FECYT. Los informes que elabora la Fundación -Mujeres en Ciencia y Mujeres en Innovación- se han convertido en referentes. «Tenemos en cuenta la perspectiva de género desde distintas ópticas, incluida una más reciente, como es la integración del género en la investigación».

Lacunza alude a algo que va más allá de la igualdad en las plantillas, la gestión o el liderazgo dentro del sistema. «Nos referimos a la influencia del género en cómo se investiga. Las políticas científicas son hijas de su tiempo. Si son estructuradas en en un marco sexista y sesgado, se olvidarán, por ejemplo, de analizar el impacto según el género de un medicamento cuando se llevan a cabo los experimentos con animales, dejará más de lado la investigación de enfermedades con mayor prevalencia femenina o cosas menos obvias, como el diseño curricular de las ingenierías”.

FECYT colabora en foros europeos bajo esta perspectiva integradora que requiere tareas formativas y de concienciación destinadas a la comunidad científica. La Fundación es la artífice FEminist Leadership In SciencE – FELISE, un programa de mentorazgo que pone en contacto a investigadoras jóvenes con otras más senior. La idea es apoyar su desarrollo profesional y reflexionar conjuntamente sobre los cambios institucionales necesarios para lograr la igualdad de género en la investigación y la enseñanza universitaria.