Javier Carrera (Lliria, Valencia, 1983) advertía hace tres años en entrevista con Innovaspain que era “esencial” que se estableciera una mayor conexión entre ingeniería, computación y biología “para empujar la medicina hacia retos que ni siquiera ahora podríamos llegar a imaginar”. Hoy, parece más cerca de esta meta.
La revista Science publica este viernes un artículo, en donde él es uno de los autores principales, que describe la primera plataforma de simulación de la bacteria Escherichia coli, y resume casi una década de investigación en la Universidad de Stanford (Estados Unidos).
Se trata del primer motor tecnológico capaz de integrar todo el conocimiento acumulado durante décadas de la E. coli, la bacteria mejor estudiada en biología molecular, que tendrá implicaciones en la medicina y biotecnología industrial.
Facilitará un mejor entendimiento de los procesos biológicos clave que gobiernan estos microorganismos increíblemente complejos que viven en los intestinos de las personas y los animales sanos. Aunque la mayoría de las variedades son inofensivas, existen algunas cepas peligrosas que pueden causar infecciones graves.
“Por primera vez tenemos una plataforma capaz de ensamblar de manera consistente todas estas piezas de conocimiento”, asegura Carrera, nominado como uno de los mejores investigadores menores de 35 hace tres años por la revista MIT Technology Review.
El artículo, cuyo autor principal es el investigador Markus Covert, de la Universidad de Stanford, está respaldado por Jerry Morrison, uno de los ingenieros clave de Google Maps, quien se sumó al proyecto en 2015.
Carrera es ingeniero mecánico por la Universidad Politécnica de Valencia. Antes de mudarse a Estados Unidos, donde sigue viviendo, estudió en la Universidad de Stanford donde terminó un postdoctorado en el Departamento de Bioingeniería.
Respecto a las aplicaciones que se abren con la plataforma, esta permite “simular millones de nuevos antibióticos y entender cuál puede ser más efectivo. Algo que antes solo se podía testear en un laboratorio”. “No existían modelos y motores de simulación que describieran la biología de esta bacteria a la resolución necesaria para diseñar antibióticos. Hay costes muy elevados para ejecutar los experimentos y entender si funcionan o no”, precisa el investigador.
Gracias a esta tecnología de simulación será posible ahorrar costes en experimentos ya que “uno no tendría que desarrollar millones de experimentos para saber al final cuál es el que funciona mejor”. Además, es accesible para cualquier persona desde GitHub.
Esta tecnología inaugura una nueva metodología para los laboratorios especializados en diseñar antibióticos.
Para Carrera, esta herramienta puede ser de gran utilidad para quienes están investigando el SARS-CoV-2 (el virus que causa la enfermedad COVID-19) para aprender rápidamente cómo este virus patogénico interactúa con seres humanos, en la medida en que “estamos experimentando una generación masiva de datos”. “En mi opinión, es uno de esos momentos en la historia donde deberíamos reconocer que es clave centralizar y coordinar la interrogación experimental”.
El científico español es crítico con respecto al mercado de antibióticos, ya que, en su opinión, “no ha sido sostenible”. “La mayoría de las grandes farmacéuticas cerraron divisiones de antimicrobianos hacia finales del 2018. Es un mercado con incentivos débiles: costes muy elevados para producir nuevos fármacos, fundamentalmente debido a fases de desarrollo y ensayos clínicos que sobrepasan los 10 años en muchos casos ”, explica.
Una situación que, hace que “nuevas tecnologías para acelerar el proceso efectivo de I+D sean necesarios con máxima urgencia”, concluye.