El pasado 25 de marzo, el Consejo de Gobierno del Principado de Asturias hizo oficial un camino iniciado hace varios años: la agilización de los trámites electrónicos relacionados con la administración autonómica. Un proceso compartido con casi la totalidad de comunidades que diferencia al caso asturiano en la denominación elegida – Factoría de Software – y en los mecanismos que caracterizan a este proyecto.
De hecho, apunta directamente a las bases de la digitalización en la administración. Desde la oficina de Seguridad y Estrategia Digital del Principado de Asturias, su director general, Javier Fernández Rodríguez, confiesa que echaron mano de “imaginación” para lanzar este proyecto de desarrollo de software mediante un acuerdo marco. De tal forma que las iniciativas se fuesen ajustando a partir de contratos a medida para permitir trámites más ágiles y cortos en el tiempo, con el fin de ponerlos “en pocos meses” en marcha.
“Somos todos conscientes de que tenemos serios problemas de tramitación”, refuerza Fernández. La pandemia fue el desencadenante definitivo para la forma final que adquirió la Factoría de Software asturiana. Su director general explica de manera muy gráfica este proyecto que consta de siete lotes distintos – seis de los cuales están íntimamente ligados a las nuevas tecnologías – pero que reinventarán los cimientos de la relación entre la ciudadanía y la administración electrónica: “nos tiene que permitir tener una especie de churrera para sacar proyectos de una manera muy ágil”.
Además, el modelo de contratación utilizado en esta ocasión cubre, explica Fernández, tanto la especialización de las empresas a los proyectos que se licitan, como la oportunidad para el tejido empresarial regional que “en macro contratos” quedan sin posibilidades respecto a grandes empresas capaces de abarcar todos los requisitos que se pueden exigir.
Por tanto, el desarrollo de software ahondará en la búsqueda y creación de aplicaciones basadas en Inteligencia Artificial (IA), Robotización Automática de Procesos (RPA), Internet of Things (IoT) o la mejora de la estructura y el uso de los portales web del gobierno regional, entre otras medidas. Como lo califica Fernández, “este es un mecanismo clave para abordar la transformación digital de la administración”. Bajo la premisa de alcanzar unos servicios públicos digitales “más ágiles” que respondan a las “necesidades de la sociedad”, se apostará por el uso de tecnología que aporte mayor eficiencia y cercanía a los ciudadanos.
“Creo en una administración que tenga la innovación por objetivo, no simplemente como medio”
La magnitud de datos era tal antes de la pandemia que, en la época previa a la transformación digital, un trámite ciudadano podía alargarse meses e incluso más de un año. Al decretarse el estado de alarma, en Asturias se comenzó la extensión de las gestiones digitales a través del uso de procesos de analítica de datos. Como resultado, se realizaban “decenas de miles de solicitudes” (de entre los más de mil procedimientos electrónicos disponibles) en apenas tres meses.
Lo que, para una población que supera el millón de habitantes, supone un valor añadido. Fernández sentencia que “una ayuda a la dependencia tiene que llegar en el momento adecuado”. Pero aún “queda mucho camino por recorrer”, y de ahí que gracias a la tecnología se apueste por desarrollar distintas soluciones de software para ofrecer servicios “de calidad” a los ciudadanos.
Por lo pronto, el Principado estrena este mismo verano su nueva identidad digital corporativa con un lavado profundo de cara de diseño, accesibilidad y eficiencia.
Una nueva era gracias a la Factoría
El proyecto consta de siete lotes. El primero, orientado a consultoría de definición de procesos de transformación digital, ayudará a “generar la contratación del resto de lotes”. Los cuales buscarán ideas relacionadas con el desarrollo de soluciones en análisis, desarrollo e implantación de aplicaciones de gestión (lote 2), de portales web (lote 3) y de aplicaciones (lote 4); automatización robótica de procesos o RPA (lote 5); Internet de las Cosas (lote 6) y diálogos virtuales e IA (lote 7).
En cada lote, excepto el primero, puede haber cuatro empresas homologadas. Una sola no se puede presentar a más de tres lotes distintos. “De tal manera que eso nos asegura una variedad de ofertas y una especialización” ya señaladas por Fernández. Por tanto, desde el Principado de Asturias calculan que “deberían ser unas 28 empresas” las que se postulen para dar vida a esta Factoría, de las cuales finalmente serán elegidas “entre diez y quince”.
En algunos casos, ciertos lotes mejorarán tecnologías ya existentes en la administración asturiana. En otros, se integrarán por primera vez. “Para IoT, RPA o IA no tenemos herramientas ni contratos que nos permitan hacer desarrollo sobre un contrato marco”. Es otro de los precedentes que marcará este proyecto.
Inyección de fondos para la estrategia digital
El departamento que dirige Fernández ha aumentado su presupuesto un 115% en apenas cuatro años. Solo en el último, este creció un 31%. Con gran parte de los planes en ejecución, parte de la financiación aprobada ha servido para renovar la infraestructura de los trabajadores públicos, pero también preparar otros proyectos como esta Factoría.
Sin olvidar que en este contexto se juegan importantes sumas de fondos europeos. Los Next Generation EU y el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de España buscan, entre otros objetivos, la transformación digital que permita situar a Europa en la vanguardia tecnológica mundial.
“Si quitas Sanidad o Educación, la gente no percibe que la administración preste un gran servicio”
La Factoría de Software se sustenta sobre una financiación mixta: por un lado, presupuestos autonómicos, y por otro, la parte adicional de los “mecanismos de recuperación y resiliencia” que ayudarán a incrementar la cifra de los presupuestos previstos por el Gobierno de Asturias para 2022.
En paralelo, representa la importancia de la innovación en lo público. Al menos así lo percibe Fernández: “yo creo en una administración que tenga la innovación por objetivo. No simplemente como medio”. O, en otras palabras, el impulso de procesos de compra pública innovadora “recurrentes” para que estén entrenados y acaben siendo procesos “ágiles, eficientes y que ayuden a innovar”.
Quizá uno de los retos que más trabajo llevará al equipo de Seguridad y Estrategia Digital sea el de familiarizar a empleados públicos y ciudadanía con estas tecnologías. Como dice Fernández, lo que se busca “al final es el servicio público”. No todas las aplicaciones serán de uso ciudadano; algunas serán de uso interno y afectarán de manera transversal a las distintas consejerías del gobierno asturiano.
El director general reconoce que ya se contempla una estrategia a diferentes niveles. Del interno se ocupará el instituto de formación regional, el Instituto Asturiano de Administración Pública ‘Adolfo Posada’, donde se elaboran diferentes planes de formación sobre herramientas tecnológicas y cursos funcionales sobre ellas para que el personal de administración cada vez tenga más habilidades y les saquen “el mayor jugo posible”.
Para la ciudadanía, la Dirección General prevé colaborar con la Consejería de Bienestar Social mediante proyectos como ‘Conecta’, que acerca la digitalización a grupos vulnerables afectados por la brecha digital. El programa prevé dar dicha formación a alrededor de 3.000 personas, que serán también un grupo de referencia para conocer “las dificultades que encuentra la ciudadanía en su relación con la administración”. “Lo que más y mejor debería funcionar en la sociedad son los servicios públicos, y eso es lo que tenemos que conseguir”, sentencia Fernández Rodríguez.