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Javier Goyeneche y el 'story doing' de ECOALF

El CEO y fundador de la marca de moda reciclada, ha intervenido en la última edición de Greencities & S-Moving, celebrada en Málaga la semana pasada
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Javier Goyeneche, durante su intervención en Greencities & S-Moving.

Podemos caer en el error de pensar que nuestros mares y océanos están limpios, pero no es así. El 75 % de la basura que ‘alojan’ está en sus fondos. “Nuestros tataranietos verán montañas e islas de basura”. Javier Goyeneche, fundador y CEO de ECOALF, ha conducido varias horas por la India rodeado de toneladas de desperdicios a ambos lados de la carretera, ha visto la gran mancha de basura que navega a la deriva en el Pacífico y ha comprobado los restos que, cada día, quedan atrapados en las redes de los pescadores.

Goyeneche pasó por la última edición de Greencities & S-Moving, que se celebró FYCMA (Palacio de Ferias y Congresos de Málaga) la semana pasada. “Ya hay más plástico que peces en los océanos. Y no habrá tecnología, dinero ni manera de sacarlos de ahí. No rechazo el plástico. Me gusta cuando forma parte de una ventana que durará 300 años o de una prótesis de cadera, pero no le quitemos la piel a una mandarina para meterla en un envase que, probablemente, terminará en el mar”.

Matar océanos

El empresario se ha referido a esta problemática global culpable también de otra consecuencia: ríos intransitables donde van a parar desperdicios –“a muchas poblaciones les hemos dado el envase, pero no el camión de la basura”- y, en el caso del textil, montañas de toneladas de ropa, ya sea en el desierto chileno, en vertederos africanos o la costa de Mesina, donde la mafia gestiona la basura. “Estamos convirtiendo el océano en un vertedero donde nadie es responsable y todo el mundo puede hacer lo que le da la gana. El algún momento dirá basta. No sabemos cuándo, pero si seguimos arrojando al agua 10 camiones de basura por minuto, lo mataremos”.

Javier Goyeneche ha tratado de plasmar su visión de la circularidad en ECOALF. La marca comenzó a tomar forma en 2009 –“no salimos al mercado hasta 2013, con 4 chaquetas y un par de mochilas”- tratando de romper con las elevadas emisiones, el consumo de agua y la compleja gestión de recursos que imperan en el mundo de la moda.

“El problema de esta industria es que está basada en un modelo de compro-tiro-compro-tiro-descuento-promoción…”, asegura Goyeneche. “Está claro que no funciona. Ahora nos hablan de economía circular, de que entreguemos prendas en las tiendas y ellos se encargan de reciclarlas y meterlas de nuevo en circulación. Es un gran camelo. La mayoría de esta ropa acaba en vertederos”, apuntaba Goyeneche, que coincide con organizaciones como Greenpeace, que ha denunciado esta situación, especialmente grave en África, destino final de un alto porcentaje de este despropósito.

Desmontar paradigmas

La propuesta de ECOALF fue pionera. Se marcaron el objetivo de confeccionar prendas recicladas sin que el diseño y la calidad se vieran mermadas. “Cuando salimos al mercado, apenas existían buenos tejidos reciclados, materiales que con suerte rebasaban el 15 % de su composición”. Hoy, la firma es artífice de 693 tejidos reciclados (más de 200 proceden de botellas de plástico). “El 70 % de cada metro de tejido que fabricamos, ya es reciclado”.

Un dato importante es que el 86 % de la composición de los tejidos de la colección 2025 (el 76 % en la de 2024) será monofilamento. “Quiere decir que, por ejemplo, no mezclamos algodón o lana con poliéster”. La relevancia de este paso adelante rodeado de I+D es que sí permite entrar con más garantías en el camino de la economía circular.

“Cuando mezclas en el proceso habitual del reciclado químico, obtienes una mala fibra cuyo futuro, en el mejor de los casos, será actuar como aislante en la construcción”, afirma Javier Goyeneche. “En ECOALF, más de que de reciclaje hablamos de upcycling. Nos gusta hacer trajes de baño que duren 20 años y plumíferos que puedas ponerte 30 años. El gran drama es que el 99,5 % de las prendas que van al vertedero no pueden ser parte de la economía circular”.

Neumáticos en La Rioja, café en Taiwán

Las maneras de llegar a meta en la marca española son fruto de mantenerse pegados a la innovación sin desfallecer en su compromiso y abiertos a la colaboración. Así han sido capaces de reciclar redes de pesca, compuestas en su mayoría con nylon 6, el polímero más resistente, material protagonista de la línea deportiva de ECOALF. “Revestimos los filamentos con hidrógeno, lo que además impide que las microfibras se desprendan y vuelvan al agua desde la lavadora”.

Con la ayuda del Centro Tecnológico del Calzado de La Rioja (Arnedo) han convertido neumáticos desechados en polvo, origen de su famosas Flip-Flops. Su socio en Taiwán, recoge el sobrante del café que, una vez seco, y mezclado con polímeros de botellas de plástico recicladas, se convierte en un tejido con muchas propiedades.

Hay más. “El algodón es intensivo en agua. Comenzamos a reciclarlo en 2013, pero no es fácil, el resultado era un hilo muy inestable. Pese a todo, hace dos años lanzamos nuestra primera colección de algodón 100 % reciclado. Y seguimos investigando”. Javier Goyeneche ha recordado que ECOALF nunca mueve la basura con la que trabaja. “Si reciclo en China, fabrico en China; lo mismo sucede en Portugal o en España”.

Certificación exigente

La empresa sigue una estrategia multicanal, con 1.300 puntos de venta en Europa y algunas tiendas propias en Madrid, Tokio o Milán. Desde 2018, una compañía independiente audita cada prenda que fabrican en términos de consumo de agua, emisiones, etc. Bajo el lema Because there is not Planet B, ECOALF forma parte del reducido grupo (en moda solo les acompaña Patagonia) que integra el 5 % con mejor puntuación entre las certificadas por B Corp. “Todo lo que hacemos tiene trazabilidad, desde la basura hasta la prensa final”.  

El experto admitía que hay otras formas tanto o más sostenibles para cambiar la tendencia dentro de la moda. “La mejor de todas es la segunda mano. Que heredes una chaqueta de tu padre y la prenda aguante 50 años. En el otro extremo: comprar algo, usarlo poco y tirarlo”.

Para el fundador de ECOALF, en la firma están “lejos” de resolver definitivamente el problema. “Somos muy pequeños. Lo que sí hemos demostrado es que hacer las cosas de otra forma es posible. Si nosotros podemos, otros muchos pueden. Las grandes tienen una responsabilidad mucho mayor porque el cambio real está en sus manos”.

“Queremos ser parte de la solución”

¿Y las administraciones públicas? Javier Goyeneche percibe que tienen un rol, su cuota de responsabilidad y de promoción del cambio, pero “esto es cosa de todos”. El CEO de ECOALF asegura que el mensaje negativo alrededor del medioambiente y el futuro no funciona. “No queremos contar el problema del océano y quedarnos ahí, sino ser parte de la solución. Hay que pasar del story telling al story doing en la lucha contra la crisis medioambiental”.

Respecto a su mirada a largo plazo, opina que la situación en una fecha marcada en rojo, como 2050, depende de nosotros. “Podemos quemar bosques para cultivar algodón con el que fabricar camisetas de 4 euros que acabarán en un vertedero dentro de menos de dos años. Al final, no tendremos ni bosques ni agua ni vertederos suficientes. La otra posibilidad es reaccionar, actuar y que nos vaya mejor”.

Una vía para acelerar el cambio pasa, a su juicio, por invertir en educación. “En ECOALF nos hacemos la pregunta de qué planeta vamos a dejar a nuestros hijos, pero también qué hijos vamos a dejarle al planeta. Al final, la sostenibilidad no sirve de nada sin una componente social. Debemos ser coherentes: no queremos prendas, por buenas que sean, si han sido fabricadas en pésimas condiciones laborales. Debemos formar en un sentido amplio”.

Upcycling the Oceans

Javier Goyeneche dedica alrededor de un tercio de su tiempo a la Fundación ECOALF. Aquí se detiene en el proyecto del que asegura sentirse más orgulloso: Upcycling the Oceans, que empezó con la implicación altruista de tres pescadores de Villajoyosa (Alicante) para devolver a tierra la basura que quedara atrapada en sus redes. Hoy forman parte de la iniciativa (conócela a fondo en este reportaje) 6.700 pescadores en puertos de España, Italia, Grecia, Tailandia o Egipto. El objetivo es llegar a los 10.000 pescadores en 2025. “Separamos los materiales y la basura. El 68 % de lo que recuperan, vuelve al sistema”.