BARAKALDO- “Antes de informático, soy friki”. Javier Vicente siempre se ha sentido atraído por la tecnología más disruptiva e innovadora. “Es algo que va en mi ADN”. Después de unos años trabajando en el desarrollo de aplicaciones dentro de Lantik (sociedad de tecnología e innovación de la Diputación Foral de Bizkaia), surgió la oportunidad de moverse al área de innovación, comandada por Valentín García. “Me tiré a la piscina”, asegura Javier Vicente, quien recuerda que, en sus primeras conversaciones con García, éste ya le hablaba de la importancia de empezar a tener en consideración las tecnologías cuánticas desde la administración pública.
Esa voluntad se mantuvo firme. Tanto que, a día de hoy, Bizkaia se ha posicionado como un territorio de referencia en cuántica dentro de la UE. Charlamos con Javier Vicente durante la presentación en Barakaldo de la estrategia Bizkaia Quantum Advanced Industries (Biqain). Se trata del colofón a un trabajo iniciado hace tres años. Desde entonces, Lantik ha tejido un ecosistema cuántico integrado por universidades, centros tecnológicos y de investigación, grandes corporaciones tecnológicas, empresas, clústeres, startups y otras administraciones.
Aunque en 2021 numerosas incertidumbres rodeaban todavía el hipotético progreso de la cuántica, en Bizkaia demostraron que el tiro no fue errado. El Informe “El futuro de la competitividad de Europa”, de Mario Draghi, indica que la computación cuántica representará un mercado de 850.000 millones de euros en los próximos años 15-20 años. Las tecnologías cuánticas tendrán aplicación directa en todos los sectores, desde las finanzas, la energía o las telecomunicaciones, hasta la medicina, la movilidad, la química o la fabricación avanzada.
Segunda generación cuántica
“Me gustaba la física cuántica y profundizar en lo que no sé. Siento que este es el sitio adecuado. No paramos de estudiar. Somos un grupo pequeño obligado a la formación constante”, argumenta Vicente, antes de detallar por qué estamos ante una segunda generación de tecnologías cuánticas. “En la primera generación han sido importantes avances como los Rayos X, los Rayos Láser, progresos en la energía nuclear u otros inventos más mundanos, como la apertura de puertas automática en el supermercado, donde el sensor que nos detecta está gobernado por la cuántica”.
De manera sintética, Javier Vicente señala que la diferencia entre la primera y la segunda generación atiende a la cantidad de objetos cuánticos que son manejados. “En un rayo láser, trabajamos con miles de fotones para que actúen de un modo concreto. En la cuántica de segunda generación, donde los qbits son la unidad de medida, usamos un ion, un cristal, etc. La idea es manejar pocos objetos”.
En este momento, y pese a que no existe un consenso del todo claro, son tres las familias principales en el nuevo capítulo de la cuántica: computación y simulación; comunicaciones y seguridad; y sensórica y metrología. El experto pone un ejemplo con el que trata de ayudar a esclarecer la complejidad de lo que tienen entre manos. “Las comunicaciones cuánticas, aprovechan una propiedad de la física cuántica para proteger el canal de comunicación y ser más seguras: si alguien observa un experimento cuántico, éste colapsa. De igual forma, si detectamos una alteración en las comunicaciones, se debe a que alguien lo ha observado. Es un aviso”.
Dentro del terreno de la sensórica, también se valen de una característica de la computación cuántica. “Una supuesta debilidad, como es la ultra sensibilidad a las perturbaciones, es empleada como fortaleza. Desarrollamos componentes ultra sensibles a cambios de temperatura, modificaciones en la presión…Los sensores alcanzan niveles de precisión nunca vistos”.
Un cambio comparable a la irrupción de internet
“Va a suponer un cambio radical en nuestras vidas”, asegura Javier Vicente. “Con matices, será comprable a la irrupción de internet”. El investigador de Lantik especifica que la cuántica resultará clave para la investigación científica y el progreso tecnológico. “Sus capacidades de simulación son inimaginables. Será posible actuar sobre el medioambiente con más información y perspectiva, diseñar nuevos medicamentos, optimizar mejor la energía o desarrollar nuevos materiales”.
Todo ello gracias a modelos de gran complejidad que estructuran las mencionadas simulaciones teniendo en cuenta un sinfín de parámetros. “Todo lo que se nos ocurra, al margen de su dificultad, será simulable”, asegura Vicente. Más a largo plazo, las tecnologías cuánticas “abren definitivamente las puertas” a la medicina híper personalizada. “En función de lo que necesitemos, será construida una medicina a medida, al igual que conoceremos todos los aportes que precisamos para transitar el día en base a nuestro estado, también en el plano nutricional”.
"Suena a bilbainada, y quizá lo sea, pero hemos tomado la delantera"
Javier Vicente llama a la prudencia a la hora de dibujar predicciones. “Solo han pasado tres años desde que la estrategia echó a andar, pero todo ha cambiado mucho. Los indicadores de madurez alrededor de la cuántica han ido más rápido de lo previsto. Nadie quiere ser el que se equivoque y diga que esto va a estar listo en dos años, pero quién sabe”.
El investigador indica que los desafíos que tienen por delante están intrincados unos con otros, no es posible concebirlos individualmente. “Lo más importante es que la cuántica madure hasta un punto en el que podamos explotarla. En ese sentido, Bizkaia ha hecho los deberes. Ese día va a llegar en cualquier momento y no podemos permitirnos el lujo de que nos pille despistados. Somos un territorio pequeño, pero en todo lo que hacemos tenemos la vocación de llegar lejos, a España y Europa. No concebimos las cosas de otra manera que no sea a lo grande. Suena a bilbainada, y quizá lo sea, pero hemos tomado la delantera. Llegar hasta aquí lleva mucho trabajo, pero es muy satisfactorio. Y en esas vamos a seguir. No tendría sentido dejarlo ahora de lado”.
Vicente opina que la base para seguir dando pasos firmes es el talento. Ya es una opción cursar másteres y grados vinculados a la cuántica en las tres universidades con presencia en la región. “Ahora toca ofrecer condiciones de trabajo atractivas para retener talento local y atraer al del exterior. De nada sirven estas grandes apuestas desde la administración si la sociedad y las empresas no las comparten”.
Tiempos cuánticos
“Creo que no nos daremos cuenta de la llegada de la cuántica. Empezará como el sirimiri, hasta calarnos. Se trata de un proceso paulatino”, indica Javier Vicente. “Ahora no nos preguntamos cómo funcionan los Rayos X. Todo arrancará con algunos componentes integrados en el teléfono móvil o en el ordenador. Los dispositivos irán más rápido y no sabrás por qué”.
El experto añade que, “con suerte”, la cuántica vivirá una campaña de márketing similar a la de la IA. “La inteligencia artificial existe desde hace mucho tiempo, pero es ahora cuando la conoce el público en general”.
Para Vicente, con la cuántica tenemos la oportunidad de corregir errores cometidos en el desembarco de la IA. “Hemos rozado el pensamiento mágico. La IA no es un oráculo divino. En la cuántica existe un riesgo: la física cuántica no se puede expresar con palabras. Será un problema si divinizamos la tecnología hasta un punto en el que nadie la entienda. Me da pánico que, como sociedad, aceptemos que hay cosas que no somos capaces de comprender. Va en contra del conocimiento”.