Jesús Juárez, cofundador y CEO de Symborg: “Cuando una empresa crece tan rápido, liderar es el gran reto”

Symborg nació en el año 2009 gracias a la sinergia entre investigación y comercialización. La aportaron el doctor Félix Fernández, investigador en microbiología con más de 20 años de experiencia y Jesús Juárez, con notable recorrido en la venta de insumos agrícolas. Fruto de muchos años de investigación en el laboratorio fue descubierta una nueva especie de hongo, el Glomus iranicum var tenuihypharum con excelentes cualidades para mejorar la capacidad de las raíces a la hora de absorber nutrientes. “Ambos sabíamos de su enorme potencial para mejorar los cultivos y pensamos en crear la empresa y desarrollar y comercializar productos basados en el mismo”, explica Juárez, cofundador y CEO de Symborg.

¿Cuál fue el proceso hasta que el producto llegó al mercado?

Descubrir esta exclusiva variedad de Glomus no fue fácil pero, el verdadero reto fue conseguir desarrollar los productos que inocularan las plantas con los sistemas de producción intensivos y lo hicieran llegar a las raíces de los cultivos de forma rápida y eficiente y responder, así, a las necesidades de mercado agrícola global.

Conseguimos desarrollar varios productos que colonizan las raíces de las plantas con este hongo por distintas vías: disuelto en el agua de riego, microgranulado para distribuirlo en el momento de la siembra o a través del tratamiento previo de las semillas. Tras obtener la patente del Glomus, desarrollar los productos basados del mismo y completar otros trámites necesarios para su comercialización Symborg comenzó a caminar.

Una cronología que tendrá varios puntos clave

El descubrimiento de la variedad Glomus iranicum var tenuihypharum y el desarrollo del formulado de los distintos productos tuvo lugar en el año 2009. Después, en 2010, y tras obtener la autorización para comercializarlo en España, comenzamos a abrir mercado en la mitad sur a través de distribuidores asociados.

Conseguimos la patente del producto en el 2012 y en 2013 iniciamos la internacionalización. En 2015, nuestras filiales para México y EE.UU. estaban operativas y nuestros productos ya estaban presentes en 16 países. Poco después, en 2016 abrimos nuevas filiales en Turquía, China, Chile, Brasil y nuestro mercado internacional superaba ya la treintena de países.

Hemos continuado desarrollando soluciones biotecnológicas para la agricultura, siempre basadas en microorganismos seleccionados y selectivos. Hoy continuamos consolidando la actividad de nuestras filiales y de los países donde estamos presentes a la vez que trabajamos en el desarrollo de nuevos productos.

¿Cómo es la salud de esos mercados internacionales?

Además de los citados, estamos desarrollando y consolidando el trabajo de nuestras filiales a la vez que penetramos en varios países de Latinoamérica y de Asia estratégicos para nosotros. En estos momentos, nuestro principal reto en el exterior es la consolidación y la integración cultural del equipo, para poder trasmitir los valores de la compañía. Una empresa no funciona sin personas y las personas no pueden desarrollar su rol si no creen en la compañía. Cuando una empresa crece tan rápido liderar es el gran reto.

¿Con qué colaboraciones ha contado?

Nacimos dentro de CEEIM (Centro Europeo de Empresas e innovación de Murcia) y hemos contado con la ayuda de varias instituciones como el Instituto de Fomento de Murcia, el ICEX para la internacionalización, etc. Además conseguimos el Premio Emprendedor XXI promovido por La Caixa en 2013. También hemos tenido ayuda del CDTI, Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial y la colaboración de la Consejería de Empleo de Murcia para financiar nuestros proyectos de investigación.

¿Cuál fue su primer presupuesto y cuánto factura en la actualidad?

La empresa se fundó con un presupuesto inicial de 3.000 euros, y en 2017 hemos facturado más de 15 M€.

¿Cuántas patentes ha registrado?

En la actualidad Symborg dispone de 4 patentes globales defendidas en fases nacionales.

¿Cuál es su próximo paso?

Actualmente estamos trabajando mucho nuestra I+D para mejorar el conocimiento de los distintos microorganismos del suelo. Vemos la interacción de distintas cepas seleccionadas entre sí y con las plantas. Nuestro objetivo es lograr el desarrollo de nuevos productos y la evolución de nuestros productos actuales con nuevos complementos.

Desarrollamos también nuestra actividad en el negocio del tratamiento de semillas, introduciendo nuestra tecnología en la industria semillera a través de novedosos biotratamientos.

¿Y la competencia?

Existen productos sustitutivos, aunque todos nuestros productos son exclusivos y están patentados. En estos momentos no hay ninguna empresa que venda productos con un hongo de las características del de Symborg. El Glomus Iranicum var Tenuihypharum tiene unas particularidades que le hacen muy diferente de sus posibles competidores: su capacidad de asociarse a casi todos los tipos de cultivos, su facilidad de aplicación, su eficacia aumentando la productividad de las plantas, etc.

Además otra cualidad única de los productos de Symborg es que pueden seguir siendo utilizados junto con todos los demás productos que hasta la fecha viniera usando el agricultor: abonos químicos, fertilizantes, pesticidas, etc. Son características que le otorgan una gran ventaja frente a sus potenciales competidores.

Por tanto, aún hay margen para crecer

En estos momentos Symborg continúa consolidándose como una empresa global de biotecnología para la agricultura basada en la innovación con un especial conocimiento de la microbiología asociada a las plantas.

El crecimiento de la empresa está unido a nuestro centro de I+D+I y a la retroalimentación de nuestra actividad comercial y la experiencia adquirida a través del contacto directo con nuestros clientes, los agricultores, para seguir desarrollando soluciones biológicas exclusivas capaces de maximizar el rendimiento de las cosechas y a la vez que proteger el medioambiente.

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