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Jonathan Chacón (Cabify): «Los errores son éxitos parciales»

Jonathan Chacón

“Era el más pequeño de 17 primos; el último de la fila para poder tocar el único ordenador que había en casa de mi abuela. Sin embargo, sí podía leer el manual. A los 4 años descubrí que era posible hacer magia con solo dos líneas de código”. Así resume Jonathan Chacón, responsable de Accesibilidad en Cabify, el comienzo de su pasión por la informática. El programador nació ciego debido a un glaucoma. Después recuperó la visión, pero la perdió definitivamente a los 15 años.

Desde entonces, ha peleado para hacer más fácil la vida de las personas con discapacidad, “no solo ciegos”, a través de la tecnología y de la defensa de un cambio cultural. Admite que la brecha STEAM que afecta a personas con discapacidad sigue vigente. “Las cosas han mejorado, pero los métodos y los materiales pedagógicos aún no son accesibles, fundamentalmente en las carreras científico-técnicas”. ¿La razón? “El desconocimiento, ya sea en el ámbito educativo o en el laboral. Ni los profesores ni los formadores saben tratar a las personas con discapacidad y los sesgos están muy vivos, incluso entre los propios discapacitados”.

Acabar con la invisibilidad

Chacón añade a esta problemática la invisibilidad del colectivo de la discapacidad y reivindica sus ganas de hacerse notar. En Cabify impulsan la contratación de estas personas y mantienen abiertos diferentes programas para ello. Cuando reciben una candidatura de alguien con discapacidad, activan un protocolo específico que incluye un método de entrevistas inclusivo en la parcela técnica y humana.

“Contamos con un par de casos de éxito muy recientes de personas que empezaron con nosotros y ahora aportan mucho valor a la empresa, pero nos cuesta encontrar seniors con discapacidad”, afirma Jonathan Chacón. “Por lo general, la contratación de estos perfiles se ha llevado a cabo para completar porcentajes y no progresan en sus carreras. Además, el acceso a entornos formativos con los que comenzar como junior es una novedad. La Fundación ONCE y algunas iniciativas europeas han posibilitado cursos accesibles, pero muchos abandonan porque no se acaban de adaptar al método pedagógico”, asegura.

Innovar e investigar

“Cuando llegué a la universidad pasaba más tiempo discutiendo con los profesores que estudiando. No existía un marco legal del alumno con discapacidad, así que deserté”. Chacón completó su formación autodidacta como desarrollador con un ciclo. “En 20 años de trabajo solo he estado parado cuatro días, y fue porque decidí tomarme un breve descanso entre contrato y contrato”. Su caso es poco habitual: en Europa, tan solo el 10 % de las personas con discapacidad tiene trabajo.

Ha ejercido como consultor, ha trabajado en ILUNION Tecnología y para la Agencia Espacial Europea (ESA). Fundación Vodafone, Telefónica, Indra, Microsoft, IBM, Apple y Google han confiado en sus servicios. Chacón también tiene vocación investigadora, visible en proyectos como el que sirvió para guiar a personas ciegas y en silla de ruedas en el Metro, a 30 metros de profundidad, utilizando tecnología bluetooth.

El informático se detiene en este punto. “En España, llevar a buen puerto proyectos de I+D+i es una pesadilla. Faltan recursos, todo es urgente, y el investigador sufre”. Cuando llegó a Cabify, hace más de cuatro años, comprobó que las cosas podían hacerse de manera distinta. “Es muy de agradecer que respeten los tiempos. Han invertido más de 40 millones de dólares en investigación  en cinco años. Uno de los problemas de las empresas es que no comprenden que los errores son éxitos parciales. Del error también se aprende. En España parece que empiezan a cambiar las cosas, hay más apoyo a la ciencia y la innovación, pero seguimos con un problema de inversión, tanto pública como privada”.

Cabify

En Cabify, lo primero de lo que se encargó Chacón fue de completar una base de accesibilidad semántica para las interfaces de la aplicación móvil. Era el tercer trimestre de 2019. A partir de ahí, la estrategia de accesibilidad se ha basado en la mejora progresiva. “Una filosofía que impongo es la de progresar constantemente”.

Después de automatizar gran parte de las verificaciones del nivel de accesibilidad de las aplicaciones, ahora centran parte de los esfuerzos en hacer también accesibles las interfaces web. “En paralelo, pretendemos avanzar en la parte que no es tecnología”. Jonathan Chacón celebra que estén lejos los tiempos en los que, para pedir un taxi, un ciego tenía que portar un cartel y cruzar los dedos. “Al menú de accesibilidad que incluía las notificaciones por voz, hemos añadido una opción para las personas incapacitadas para llegar hasta el vehículo por sí solas. El conductor sigue un protocolo y les ayuda”.

La compañía también presta atención a las personas que no pueden atender una llamada de teléfono e hicieron el chat más accesible. “Experimentamos constantemente en la simplificación de la interfaz para que las personas mayores la encuentren más agradable y concreta”. Sobre este colectivo, Chacón indica que el cambio tecnológico puede derivar en que se comporten como personas con discapacidad cognitiva leve. “Nos dan un feed back muy valioso para saber por dónde seguir y que la accesibilidad crezca”.

La era de la disrupción

Cabify no es ajena al boom de la inteligencia artificial. La empresa usa la IA para hacer más sostenibles las ciudades, ya que la optimización de las rutas reduce el consumo de combustible. Las herramientas de predicción y anticipación contribuyen a reducir los tiempos de espera de aquellos usuarios con necesidades especiales así como su acceso a vehículos acondicionados para ellos.

“Estamos atentos al impacto disruptivo que se nos viene encima”, argumenta Jonathan Chacón. “Llegarán nuevas interfaces protagonizadas por la realidad aumentada y la realidad virtual, y trabajamos con las versiones BETA de iOS y Android para evitar problemas una vez los sistemas operativos son actualizados definitivamente. Nos obliga a una intensa actividad de experimentación e investigación”.

Errores y aciertos

Para terminar, volvemos al principio de nuestra charla. “A las empresas y a las administraciones les cuesta comprender que la accesibilidad es un punto de calidad sobre lo que están haciendo. Yo me propongo ‘contaminar’ la cultura empresarial. En Cabify, el comité de diversidad funciona bien, la sostenibilidad es uno de sus principios, y ahí está la inclusión”.

Jonathan Chacón lamenta que las actuales legislaciones en materia de accesibilidad sean articuladas sin contar con los principales afectados. “En Cabify, junto al área de User Research, preguntamos constantemente a los implicados, ya sean ciegos, sordos o personas mayores; contactamos con asociaciones. Desarrollamos cuando tenemos claro qué es lo que necesitan”.

Cabify opera en 7 países. “Cada uno tiene una legislación en accesibilidad y cuestiones corporativas. Nos tenemos que adaptar a ese marco legal y de empresa, pero también al marco social”. Chacón corrobora que están haciendo bien las cosas con algunas cifras. En solo dos años, Cabify ha pasado de 40.000 a 110.000 usuarios con alguna necesidad de accesibilidad reflejada en el menú de la app. El número asciende hasta los 2 millones si consideramos el conjunto de los mercados en los que trabajan.