“La pandemia en España se puede vivir desde los telediarios o a pie de calle. Yo lo vivo desde esta última”. Cuando José Andrés pronunció estas palabras el pasado viernes durante el evento ‘Alimentando el Cambio Juntos’ –organizado por Danone y el CEMAS (Centro Mundial de Valencia para la Alimentación Urbana Sostenible)–, su Asturias natal aún no había solicitado el confinamiento domiciliario, rechazado de momento por el Gobierno. Desde que el COVID-19 estalló en España, el chef ha estado combatiéndolo como mejor saber hacer: desde los fogones.
World Central Kitchen, la ONG que lidera el chef, activó su primera cocina en Madrid a comienzos de la pandemia para preparar comidas frescas a las familias necesitadas. Empleando a chefs locales que han tenido que cerrar sus restaurantes para dirigir las cocinas WCK, el equipo se expandió rápidamente a Barcelona y Valencia. Actualmente José Andrés y los suyos cocinan en diez ciudades de todo el país.
En este tiempo, #ChefsForSpain –lema de la iniciativa– de WCK ha servido más de un millón y medio de comidas. El equipo trabaja desde 15 cocinas diferentes con la ayuda de más de 100 chefs y 4.500 voluntarios. Gracias a la colaboración con Cruz Roja, bancos de alimentos locales y Ayuntamientos, WCK es capaz de identificar qué ciudades, barrios y comunidades están más necesitadas.
“Hay asociaciones de vecinos y pequeñas ONGs que nadie sabe que existen y que hacen diariamente una labor espectacular. Sin esas organizaciones los barrios serían mucho más pobres”, asegura José Andrés, que, como suele ser habitual en él, no le tiembla el pulso a la hora de pedir cuentas al poder. “Las instituciones democráticas son las que tendrían que cubrir esas necesidades de forma más eficiente. ¿Para qué sirve una democracia? Para estar al lado de los que no tienen voz y de los desfavorecidos”.
El chef tiene claro que se puede acabar con el hambre. Siempre y cuando haya compromiso político, de las grandes empresas y las organizaciones. “No podemos vencer a la pandemia mañana pero sí al hambre. Tenemos en nuestras manos las herramientas necesarias. Solo hace falta compromiso”, afirma.
Sus palabras no se basan exclusivamente en la virtud del optimismo, sino en las propias cifras de WCK. Diariamente, #ChefsForSpain distribuye comidas en más de 150 puntos de distribución además de miles de repartos puerta a puerta gracias a la colaboración con Correos, dotaciones locales de bomberos y empresas de reparto a domicilio como Glovo.
“El futuro de los países depende de cómo se alimenten sus ciudadanos, no del dinero o la economía. Y también de cómo alimentemos a los niños. Debemos cumplir la promesa de Naciones Unidas de acabar con la desnutrición infantil. Evidentemente no lo hemos conseguido todavía, pero está en nuestras manos”, concluye el chef.