La inteligencia artificial generativa supone un antes y un después en la experiencia de aprendizaje; un salto cualitativo en el que, según José Manuel de la Chica, CTO de Santander Universidades y Universia, todo ha sucedido “incluso más rápido de lo esperado”. El experto ha participado en una nueva edición de Expoelearning, el congreso celebrado ayer y hoy en el Teatro Goya de Madrid para tratar las últimas novedades que integran el gran salto digital de la formación.
El ritmo al que aludía De la Chica, es un factor positivo, “pero también cultiva una incertidumbre que hay que manejar”. Percibe que el impacto en la educación no procede tanto de esa velocidad de progresión como de la baja barrera de entrada de la IA respecto a otras tecnologías. “Las innovaciones precedentes estaban más lejos de la persona que aprende o que enseña. De pronto, nos encontramos con una tecnología accesible a golpe de click”.
“El cambio puede dar vértigo, pero bien gestionado resultará muy positivo”
Para el representante de Santander Universidades, la revolución tecnológica del aprendizaje inteligente, capitaneada por la IA, cambiará la forma en la que nos enfrentamos a los problemas. “A corto plazo, y como mínimo, nos sitúa frente al espejo y nos obliga a responder preguntas relevantes. Debemos replantearnos las cosas desde ahora mismo, sin dilatarlo más porque el cambio ya está aquí”. En lo que atañe específicamente a los procesos educativos, José Manuel de la Chica considera que ha llegado el momento de asumir un nuevo paradigma. “Cambian el rol del profesor, el de las instituciones educativas y el del alumno. Puede dar vértigo, pero, si lo gestionamos bien, resultará muy positivo”.
“Estamos al principio del viaje”, recordaba el tecnólogo, quien aboga por establecer una clara diferencia entre la IA clásica, ligada al machine learning, y la IA generativa. Todo ello a pesar de que las investigaciones focalizadas en comprender cómo aprenden las máquinas establecen cada vez más paralelismos con el aprendizaje humano. “Es algo que podemos aprovechar y extrapolar al entorno académico”.
Cultura IA
En este sentido, De la Chica apuesta por usar la IA habiendo creado previamente una cultura que facilite su comprensión. “Es imprescindible entender bien qué es y qué no es la IA. Tendemos a sobresimplificar los problemas: la IA no es la solución a todos los problemas ni el enemigo a batir. No es un tema tan binario. En todo caso, prohibirlo en el aula (como ya ocurre en algunas universidades) no tiene mucho sentido, aunque es verdad que se trata de una tecnología que produce cierta incomodidad”.
José Manuel de la Chica enumeraba algunas ventajas que la IA generativa traerá al ámbito educativo. “Favorecerá un aprendizaje más personalizado, un mayor tiempo con cada alumno, abrirá las posibilidades para investigar o para trabajar en varios idiomas”. En paralelo, opina que un férreo desarrollo del pensamiento crítico marcará cómo interactuaremos con la IA.
¿Hacia dónde vamos?
En los años venideros, el experto vislumbra la apertura de varios frentes. Uno estará vinculado a las máquinas –“dentro de no mucho tiempo hablaremos con agentes robóticos”- mientras la propia IA ayudará a mejorarse a sí misma y a acelerar el viaje. “Seremos capaces de crear interacciones muy complejas entre personas y máquinas, que estarán más integradas en el día a día”.
Otra línea, relacionada con el aprendizaje, es la multimodalidad. “Más allá del texto, al IA trabajará cada vez mejor con voz y vídeo en un proceso de aprendizaje inmersivo. Es la evolución del viejo aprendizaje multimedia, ya desaparecido. A su vez, la IA también interactuará con la realidad. En definitiva, nos dirigimos a un entorno colaborativo persona-máquina radicalmente distinto”.
Entender para actuar
“Pocas veces pensamos en el alumno o el profesor como creadores de IA generativa”. José Manuel de la Chica se refería de nuevo a la importancia de entender los porqués. “No hace falta profundizar demasiado en asuntos técnicos, pero sí comprender cómo funciona la ‘caja negra’ de la IA, una mezcla de grandes volúmenes de datos, algoritmia, estadística y matemáticas. El pensamiento critico se ve favorecido si entendemos este entramado. Nos ayuda a amueblar la cabeza y a tomar mejores decisiones”.
Por la parte que les toca, en Santander ponen a disposición de todos mucha formación abierta. Se trata de recursos cuyo origen está en el MIT o en distintas universidades. “Es importante acumular bagaje que refuerce el criterio. Los humanos tenemos que aprender a vivir en un mundo donde las máquinas tendrán mucho más peso”.