José Rodríguez llevaba en cinco años como director de Recursos Humanos y miembro del Comité de Dirección de Arvato, hasta que se le presentó la oportunidad de ser country lead de la compañía en España y Latinoamérica en 2015. Una oportunidad que pasó a ser una grandísima responsabilidad desde que, en el mismo año, nombraran como nuevo CEO mundial de Arvato al español Fernando Carro, que ha impuesto una nueva estrategia basada en una mayor internacionalización, mayor digitalización y un crecimiento más rápido.
“El nuevo marco estratégico del grupo, a nivel global, pasa por desarrollar servicios escalables, soluciones innovadoras y mantener unas relaciones más sólidas con los clientes. Ahora me toca a mí prestar atención al campo del comercio electrónico en España, en el que estamos en plena búsqueda de oportunidades de compra en la vertiente logística ya que somos fuertes en otros países, pero España necesita un mayor crecimiento. Además, estamos en varios frentes, como el de la salud, en el que recientemente hemos inaugurado un almacén logístico para medicamentos en Alcalá de Henares, o el del Big Data, en el que ya estamos dando un salto cualitativo en el tratamiento de la información”, explica sobre la expansión que está llevando a cabo en su zona de acción.
Y es que, para él, Arvato tiene una gran capacidad para adaptarse, escuchar y anticiparse a las necesidades de los clientes. “Nos esforzamos por encontrar las tecnologías más vanguardistas e incorporarlas a nuestras soluciones, como ahora con nuestros nuevos servicios logísticos especializados en ecommerce para retailers de moda y de cosmética”, apunta. Pero, según Rodríguez, España tiene “notables puntos débiles que pueden y deben corregirse”: escaso apoyo público a la I+D+i, reducido tamaño empresarial de sus compañías (abundan demasiado las pymes, a diferencia de lo que ocurre en Alemania), la lejanía entre el mundo de la universidad y el mundo de la empresa, los obstáculos al emprendimiento, la maraña de normas burocráticas y la falta de un plan de Estado en este campo.
Entonces, ¿cómo avanzar si la empresa en la que trabaja es puramente innovadora? Para entenderlo, hace falta saber de dónde viene Arvato: es una filial del grupo Bertelsmann, una megaempresa que está formada por tres grandes pilares (medios de comunicación, servicios y educación), que, a su vez, se estructuran en ocho divisiones. Aunque suele ser más conocido su trabajo en los medios de comunicación (la división audiovisual RTL, los libros a través de Penguin Random House, la música a través de BMG, etc.) lo cierto es que Arvato supone gran parte de la plantilla del grupo: 70.000 sobre 117.000 empleados. “La diferencia básica es que nosotros estamos centrados en el sector servicios. Pero es más lo que nos une que lo que nos diferencia: la cultura corporativa, el estilo de liderazgo, el proceso de toma de decisiones, el espíritu emprendedor… son rasgos comunes a toda la organización”, afirma.
Asimismo, el factor más relevante de la filial española es “nuestra privilegiada posición como puente al mundo iberoamericano, lo que nos da una vía de entrada a un mercado potencial de 500 millones de consumidores. Hoy en día ya disponemos de negocios destacados en Portugal, Colombia y Perú. También destacamos por su gran volumen de empleados, y además, somos el quinto mercado sobre los 40 en los que operamos”, explica este experto en innovación.
Por ello, antes que las desventajas que comenta, para Rodríguez son importantes varios puntos fuertes en el ámbito de la innovación española, como son la creatividad de sus gentes, la calidad del capital humano y educativo o las buenas infraestructuras. “En todo caso, en este país es necesaria una mejor defensa de la propiedad intelectual que permita a compañías como las del grupo Bertelsmann poder invertir e innovar en los sectores de los medios de comunicación y el entretenimiento. Si no, España tendrá una difícil transición al mundo digital. También es importante mejorar el sistema educativo, en especial potenciando la formación dual”, subraya.
De todos modos, para él “el futuro de nuestro sector pinta bien, pues el mercado del outsourcing mueve unos 175.000 millones de dólares al año, de los cuales 84.000 son parte relevante para nuestro negocio. El sector del outsourcing, que está creciendo al 5%, ha venido para quedarse en este mundo tan global. Las empresas crecen de forma horizontal y, por lo tanto, necesitan relacionarse con socios más potentes que les ayuden en su estrategia”. Del mismo modo, opina, sin asegurar demasiado, que, junto con la tecnología, el outsorcing es uno de los elementos determinantes de la actual estructura económica mundial”.