José Sánchez Romero, CIO de Axpo Iberia

José Sánchez Romero, CIO de Axpo Iberia

Con más de 15 años de experiencia en el sector de la consultoría tecnológica de la mano de Accenture, José Sánchez Romero ha liderado diversos proyectos de transformación digital en compañías tan relevantes como Telefónica, Orange, Endesa o National Grid. El pasado mes de noviembre se ha incorporado a Axpo Iberia como nuevo responsable de Tecnología y Sistemas de Información.

Doctor en Ingeniería Electrónica y Física por la Universidad de Dundee (Reino Unido) así como Licenciado en Física y Electrónica por la Universidad Complutense de Madrid, cuenta además con más de 10 publicaciones en prestigiosas revistas internacionales. Ha trabajado de manera extensiva en las áreas de CRM, e-comerce, módulos de integración, sistemas web, sistemas analíticos y captura de datos en tiempo real en grandes organizaciones internacionales y con equipos deslocalizados a nivel mundial. Actualmente trabaja desarrollando iniciativas en el ámbito de la ingeniería social, gestión del talento y creación de estructuras de trabajo de alta competitividad.

1. A lo largo de su trayectoria profesional, ¿qué decisión ha tomado que haya tenido como consecuencia un mayor grado de innovación?

Realmente casi a diario me cuestiono si no existe una mejor forma de hacer las cosas, si no existe una pequeña innovación con potencial de mejorar nuestros procesos y servicios. Cuando trabajaba en la Universidad nos pasábamos el día esperando detectar una señal que nuestros modelos habían predicho; gran parte del trabajo era precisamente pensar y cambiar, probar nuevas cosas, pequeñas variaciones y pequeños ajustes que mejorasen en este caso la calidad de los materiales semiconductores. Un día, tras una larga serie de experimentos sin apenas resultados, decidimos cambiar el enfoque, diseñamos una nueva batería de experimentos, hicimos ajustes e inversiones en nuestros equipos y acertamos. No importa el ámbito de trabajo, lo que importa es la mentalidad, el tener siempre una actitud crítica positiva, el plantearse siempre si no existe un camino mejor.

A lo largo de mi carrera he tomado decisiones en diferentes ámbitos siempre enfocadas a mejorar los procesos de trabajo y la calidad y robustez de las soluciones. Innovar no es una tarea, es una actitud, son pequeñas decisiones en tu ámbito de trabajo que día a día consiguen que las cosas mejoren. Obviamente también hay que tener grandes planteamientos de base, como cuando decidimos apostar por las aplicaciones móviles, hace ya algunos años, para el canal indirecto de una gran comercializadora de energía, presentamos una solución muy moderna e innovadora que se implantó correctamente y que fue un éxito.

2. ¿Cuáles son las claves para culminar con éxito un proceso innovador?

No sé si existen algunas claves reproducibles; quizás sería más correcto hablar de algunas pautas a seguir que pueden ayudar, ya que el éxito nunca se puede asegurar. De hecho, la historia ha demostrado que no siempre un buen producto triunfa. No obstante, sin perseverancia, sin creer en uno mismo, sin tener un método, sin escuchar y estar abierto a la crítica, es muy probable que la idea no termine siendo fructífera. También es importante la financiación y la dedicación… en mi caso, por ejemplo, hace unos diez años pensé en crear una empresa dedicada a la videovigilancia a través de las aplicaciones móviles. La idea era crear una plataforma en internet para que, a un coste bajo, los clientes pudiesen tener un sistema de alarma en sus casas. En aquel momento, y sólo estamos hablando de diez años, la idea podría haber sido considerada como innovadora pero la falta de tiempo y financiación no me permitieron desarrollarla. El proyecto no salió por la falta de perseverancia, tiempo, comunicación, construcción de un verdadero proyecto en torno a una idea… innovar es construir proyectos viables alrededor de ideas.


3. Tres consejos para quienes estén dispuestos  a abordar cambios, acciones o procesos innovadores en su empresa o entorno

En primer lugar, no tener miedo a la crítica o al error. Sin equivocarse es imposible innovar y la innovación es en sí misma un proceso de prueba y error. Un excelente ejemplo es la invención del Autogiro de Juan de la Cierva, que muestra la evidencia de que todo desarrollo debe pasar por prolongadas fases experimentales.

En segundo lugar, ser ambicioso y humilde a la vez. Hay que medir bien las fuerzas pero, a la vez, hay que buscar metas importantes. La visión de largo plazo ayudará mucho a tomar el camino correcto.

Por último, una buena comunicación y contar con un buen equipo. Es muy importante contar con ayuda, hay que conseguir tener un buen equipo humano que crea en el proyecto.

4. ¿Cuál es, a su juicio, la mayor innovación que ha tenido lugar en los últimos 50 años en todos los ámbitos?

Si nos restringimos a esos últimos 50 años, no podríamos incorporar los trabajos realizados en los Bell Labs (en la década de los 50) sobre dispositivos semiconductores, cuyos trabajos desencadenaron la creación del transistor de silicio de estado sólido, un dispositivo totalmente clave en el desarrollo tecnológico actual. El mundo digital en el que vivimos gira en torno a estos dispositivos microscópicos que fueron desarrollados en los Bells Labs en lo que, sin duda, ha sido uno de las mayores innovaciones de la historia.

Ya dentro de la frontera marcada de los últimos 50 años, pienso que el proyecto ArpaNet del Ministerio de Defensa norteamericano ha sido quizás el proyecto innovador más importante, sin olvidar el desarrollo del HTML en el CERN o el desarrollo de los sistemas operativos Unix en los Bell Labs. Aunque lógicamente ha existido una evolución relevante sobre estas bases originales, el funcionamiento subyacente de internet y del software que lo sustenta sigue siendo esencialmente el mismo, lo que demuestra la robustez del proceso innovador aplicado en estos casos.

Pienso que el proyecto ArpaNet y todo lo que rodeaba a ese proyecto ha sido a la revolución digital lo que la máquina de vapor fue a la primera revolución industrial.

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