Incluso en una situación tan dura como la actual, “no deberíamos olvidarnos de que la transición energética y la lucha contra el cambio climático no era solamente una exigencia de supervivencias, sino también un motor de crecimiento”.
Para Josep Borrell, vicepresidente de la Comisión Europea y alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, la “recuperación debería tener muy en cuenta” estos planteamientos porque, en su opinión, “lo que nos está ocurriendo es también una especie de advertencia de la naturaleza”, como una respuesta a “los desequilibrios de nuestra relación con el medio ambiente”.
El político español ha sido el encargado de inaugurar ayer la nueva plataforma online de Nueva Economía Fórum. Con este sistema se quiere dar continuidad, aunque sea de forma virtual, a los tradicionales desayunos informativos. En algunos momentos de la ponencia se registraron picos que superaron los 1300 participantes.
Resiliencia democrática
Borrel ha centrado gran parte de su intervención en analizar cómo va afectar la crisis del COVID-19 a la globalización, al menos a la forma en la que la hemos vivido hasta ahora. Repercutirá, ha puntualizado, en el neoliberalismo y en el papel que juegan los Gobiernos. Pero, sobre todos, “se pondrá a prueba la fortaleza de la democracia” ante un esperado auge de populismos, nacionalismos y autoritarismos.
El vicepresidente de la Comisión Europea asegura que es el momento de “la resiliencia de los sistemas políticos democráticos en Europa” porque nos encontramos en un “terreno abonado para soluciones autoritarias”. De hecho, se está produciendo una “batalla de narrativas” para ver qué sistema es más eficaz y algunos creen, por ejemplo, que posturas como la de China son más eficaces para lograr un confinamiento completo. Sin embargo, Borrell defiende que “la respuesta que se ha dado en países con mayor calidad democrática ha sido mejor”.
Rentas y liquidez empresarial
Ante la profunda crisis económica que nos tocará superar, también apuesta por ayudar a las empresas y a las personas, aportando capacidad financiera a las primeras y rentas a las segundas. De hecho, no descarta avanzar en el campo de las nacionalizaciones de algunas compañías. “En momentos como estos, el poder público tiene que venir en ayuda de agentes económicos que se pueden ver en una situación muy difícil”, ha señalado para defender la necesidad de que los gobiernos entren en algunas empresas.
Reconoce que en un primer momento respuesta de la UE ha podido ser divergente y con acciones “poco constructivas” contra España e Italia. “Pero ahora estamos en otra fase, de mayor cooperación, y las instituciones europeas están haciendo mucho”, asegura. De hecho, él se muestra convencido de que “estaríamos mucho peor si no tuviéramos nuestra UE”.
Diferencias entre países
También advierte de riesgo de aumentar las desigualdades existentes. “Al levantar las restricciones de las ayudas estatales, se puede generar una clara distorsión”, explica. Y es que la mayor fuerza financiera de algunos estados coloca a sus empresas en una mejor posición para sobrevivir.
“Unos estados pueden hacer más que otros, y por eso hemos de garantizar que todos los estados estén en igualdad de condiciones para ayudar a sus empresas”, ha añadido, asegurando que ya están “sobre la mesa” distintos “mecanismos de financiación adicionales”.