El interés por la ciencia y la tecnología sigue siendo mayor en los jóvenes, pues un 23,1% se declara interesado por estos asuntos. Sin embargo, son los adultos de entre 45 y 65 años los que más han aumentado su seguimiento por la ciencia. Éstos son dos de los principales datos que se desprende de la VIII Encuesta de Percepción Social de la Ciencia, correspondiente a 2016, que elabora cada dos años la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT).
El informe, elaborado con más de 6000 entrevistas realizadas en toda España a finales del pasado año, ha sido presentado por la Secretaria de Estado de I+D+i, Carmen Vela, y el Director General de FECYT, José Ignacio Fernández Vera. También revela que, en líneas generales, los españoles que siguen con interés la actualidad de la ciencia y la tecnología han subido hasta el 16,3%, cuando en 2014 la cifra sólo rozaba el 9,9%. Unas cifras que suponen un incremento acumulado del 136%. Asimismo, se mantiene el apoyo a una participación más importante de la ciudadanía en las decisiones de ciencia y tecnología.
Ante estos datos, Carmen Vela ha afirmado que si bien “hemos mejorado”, es necesario “seguir trabajando y comunicar mejor” lo que hace la ciencia. En este sentido, ha resaltado que el objetivo pasa por construir una “sociedad cómplice” que ayude a concienciar de que “la ciencia trabaja para los ciudadanos”. En su opinión, la comunicación es "esencial para comprometer a la sociedad" y tan importante como liderar importantes investigaciones, es darlas a conocer porque "si no logramos romper esa barrera de la pared del laboratorio vamos a tener mayor dificultad".
Por su parte, José Ignacio Fernández ha declarado que el estudio refleja cómo “en nuestra sociedad se incrementa el interés por la ciencia paulatinamente", si bien este interés es mayor entre los titulados superiores. Asimismo ha puesto en valor que "hay una demanda de más información científica en la sociedad".
En cuanto al interés declarado por la ciencia y la tecnología, que es el manifestado cuando se pregunta expresamente sobre este tema, el índice se mantiene en un 3,12 en una escala del 1 al 5. Asimismo, un 40,22% de la población está muy o bastante interesada en la ciencia. Frente a ellos, un 29,6% de los encuestados reconocen estar poco o muy poco interesados, en parte porque admiten no entender la ciencia.
Otra de las principales conclusiones del informe se refiere al acusado descenso detectado en la brecha de género en la ciencia, que se ha reducido a la mitad con respecto al estudio anterior de 2014. En concreto, ha pasado del 10,5% al 4,8%, debido al significativo aumento del interés de las mujeres por la ciencia, que ahora está en el 13,7%, y al descenso del interés de los hombres, que ahora se sitúa en el 18,5%.
En cuanto a las profesiones más valoradas, los médicos están a la cabeza con una puntuación de 4,55 sobre 5, seguidos por científicos, profesores e ingenieros. Y otra constante que se mantiene, es el déficit de información científica percibido, siendo Internet la primera fuente de información científica para un 37,7% de los ciudadanos. En este sentido, las redes sociales se han convertido en la fuente de información científica más consultada en Internet (un 43,6%), con Facebook a la cabeza de todas ellas.
Internet y tecnologías móviles
En cuanto a la imagen que los ciudadanos tienen sobre este área, más de la mitad cree que la ciencia tiene más beneficios que perjuicios frente a un 5,8% que considera justo lo contrario. Según los encuestados, internet y las tecnologías móviles están entre los sectores considerados como más beneficiosos para la sociedad, junto con la investigación con células madre y los drones. Por el contrario, la energía nuclear y el cultivo de plantas modificadas genéticamente son las que más recelos despiertan. Por su parte, la energía nuclear, la clonación o el fracking son las más desconocidas.
Educación y políticas de apoyo
La formación científica sigue siendo uno de los grandes hándicaps para despertar el interés de los ciudadanos en la ciencia y tecnología. Así, un 44,2% considera que su educación científica es baja o muy baja. No obstante, el porcentaje es muy similar al de aquellos que la califican como normal (42,6%).
Finalmente, la ciencia y la tecnología quedan relegadas al sexto lugar entre las prioridades de gasto público de los españoles, al contar sólo con el respaldo del 19,2%. En opinión de los encuestados, éstas deben centrarse en sanidad (85%) y educación (73%) seguidas de pensiones (53,7%) y desempleo (47,2%).