Las opiniones de Juan Riva de Aldama sobre los retos tecnológicos a los que se enfrenta España siempre están secundadas con números. No es de extrañar para alguien que viene del mundo de la banca de inversión –ha trabajado en firmas como Bankers Trust o Credit Suisse– y que es licenciado cum laude en Administración de Empresas por el European Business School. Si se le pregunta por cómo debe abordar España el complejo mercado laboral actual, responde que "hay 80.000 puestos de trabajo vacantes que no se cubren por falta de cualificación". Si se le plantea por qué cuesta tanto encontrar profesionales STEM, la causa está en que "tan solo el 26% de los estudiantes de bachillerato se decantan por estudiar carreras del ámbito de la tecnología".
Pero en tecnología los números no lo son todo. No al menos en Immune Technology Institute, una comunidad educativa que se define como "un sistema único de enseñanza en el que el aprendizaje se adquiere a través de la resolución de retos reales del mundo profesional". Todo de la mano de empresas líderes del sector tecnológico. Juan Riva de Aldama es su CEO y fundador y su propósito con este centro es formar a los mejores profesionales y emprendedores en tecnología.
Una de las principales diferencias respecto a las escuelas tradicionales es que los programas de Immune se desarrollan junto con empresas y viven en constante actualización. Durante el último año y medio, esta filosofía se ha acentuado aún más. "En este tiempo hemos podido ejecutar nuestro propósito: formar, asesorar y capacitar tanto a alumnos como a profesores y empresas privadas en habilidades digitales", valora Juan Riva de Aldama a este periódico.
La pandemia ha acelerado la digitalización y la transformación tecnológica de las empresas, lo que a su vez ha incrementado las necesidades de formación tanto de centros educativos como empresas para adaptarse a la nueva normalidad. "El principal reto de Immune es poder dar respuesta a las necesidades que están surgiendo a nivel formativo tanto en el sector educativo como a nivel corporativo en todos los sectores. El 6,4% de las ofertas de empleo en los últimos 12 meses corresponde al sector tecnológico; y, durante el año 2020, la demanda de empleo vinculado a este sector ha crecido en un 29,5%", subraya el CEO.
Derribar mitos y barreras sobre los miedos que genera todavía la formación tecnológica o en carreras STEM sigue siendo una asignatura pendiente en España. "Tenemos la obligación de enseñar a los jóvenes a innovar y a utilizar mejor la tecnología", reivindica Juan Riva de Aldama, que considera imprescindible la figura del CTO –responsable o director de tecnología– para la productividad de las empresas españolas.
Uno de los lemas de Immune es “humanizar la tecnología mediante la educación”. ¿Cómo se consigue eso y cuáles son las claves de su modelo educativo?
Efectivamente, la tecnología no es un fin en sí misma. Immune entiende la tecnología como una herramienta al servicio del desarrollo económico y competitivo de nuestras compañías. En este sentido, la humanización de la tecnología se traduce en formar y retar a nuestros alumnos a través de problemas y casos reales que se están enfrentando las empresas con las que colaboramos. Teniendo en cuenta que las compañías tienen cogido el pulso de la sociedad y sus necesidades, tenemos diferentes acuerdos de colaboración que nos permiten trabajar en proyectos reales que dan soluciones a problemas, también reales.
¿Qué empleos cree que van a predominar en el futuro?
La crisis sanitaria ha acelerado la transformación tecnológica y la digitalización de las empresas e instituciones, y ello ya ha generado una mayor demanda de ciertas figuras dentro de las compañías. Entre ellas, podríamos destacar a los especialistas en ciberseguridad, ciencia de los datos, inteligencia artificial y cloud.
¿Y estamos preparados?
La Unión Europea ha estimado que en Europa, para 2025, se precisarán alrededor de 46 millones de oportunidades laborales en el sector tecnológico. Estos datos nos deberían hacer repensar la educación que estamos ofreciendo a los jóvenes: ¿estamos formando a los niños en estas habilidades? ¿estamos haciendo esa transición hacia nuevos modelos de formación? No se trata solamente de incorporar tecnología a las aulas, sino de enseñar a utilizarlas.
¿Qué está fallando en nuestro sistema?
Un dispositivo, per se, no deja de ser una herramienta. La solución no solo pasa por la formación tecnológica, sino en los soft skills, como son la capacidad crítica, analítica y reflexiva que nos permitirá tener a profesionales que entienden la tecnología como un medio al servicio de la empresa y la sociedad y no como un fin en sí mismo.
España lidera el ranking de desempleo juvenil en Europa. ¿Es la tecnología la solución para revertir este drama?
Lo cierto es que liderar este ranking nos debería hacer reflexionar sobre el modelo educativo que actualmente tenemos Deberíamos fomentar y buscar alianzas entre el sector educativo y empresarial con el objetivo de formar a alumnos que realmente den soluciones a los problemas reales de nuestras compañías. Un modelo que apasione a nuestros estudiantes, algo que hoy en día no sucede, ya que dependiendo de la universidad entre el 42% y el 59% de los alumnos no acaban sus estudios de informática en España. Hablamos en numerosas ocasiones de que en España no hay talento y que las cifras de desempleo juvenil son dramáticas. Sin embargo, rara vez se menciona que dentro del panorama empresarial existen vacantes que no se cubren porque no encuentran a jóvenes preparados. No es un problema de los jóvenes, sino de un modelo educativo trasnochado que necesitamos cambiar con la colaboración de diferentes voces: desde instituciones públicas hasta el sector privado pasando por los centros educativos.
Ante este paisaje, ¿está España capacitada para afrontar los retos tecnológicos en un mercado laboral cada vez más complejo?
La pandemia ha obligado a digitalizarse a muchísimas empresas, sin embargo se ha hecho de forma precipitada y sin una reflexión previa. No cabe duda de que se ha hecho con un esfuerzo e inversiones titánicas. Sin embargo, tal y como venimos diciendo, no se trata de incorporar herramientas a las empresas (que también), sino de capacitar a los empleados para que las utilicen y saquen el máximo rendimiento a las mismas. Desde las empresas tenemos la obligación de formar mediante programas de upskilling/reskilling a los empleados. Necesitamos que se adapten a la nueva realidad para poder seguir siendo competitivos. Tenemos talento. Ahora toca que lo formemos.