Las vacaciones de verano despiertan en algunas madres y padres el temor al exceso de exposición a las pantallas. La relajación de las rutinas y disponer de mayor tiempo para el ocio pueden ser factores de riesgo ante los que Álvaro Pérez, pedagogo de la UNIR, recomienda «flexibilizar el tiempo, ofrecer alternativas, dar ejemplo y, sobre todo, regalar tiempo de calidad al niño».
Como una de estas alternativas, desde The British School of Barcelona (BSB), apuntan a los juegos de mesa como una propuesta de entretenimiento que permite reforzar el aprendizaje. Carol Coleman, directora de Soporte al Estudiante de BSB, explica que éstos “desempeñan una función educativa perfecta para el desarrollo de habilidades cognitivas, funcionales o sociales”.
Los juegos tradicionales ofrecen «múltiples ventajas» para mantener el cerebro activo y reforzar ciertas áreas de aprendizaje: desde la identificación de colores y números, hasta el respeto por los turnos y las normas del juego, pasando por el fomento del pensamiento creativo, el análisis de la información y la agilidad mental mientras se diseña una estrategia para poder ganar. Este tipo de juego colectivo constituye también una actividad social que fortalece vínculos y contribuye al bienestar emocionalJegos , ya que “pone el foco en la interacción entre los jugadores, fomenta la comunicación, promueve una competencia sana, y enseña a regular las emociones cuando se gana y se pierde”, añade Coleman.
Desplegar y ejercitar habilidades cognitivas y sociales
Desde el equipo de Soporte al Aprendizaje de BSB identifican varios ejemplos de juegos de mesa en base a sus principales ventajas:
- Pictureka. Perfecto para la identificación visual. Está diseñado para niños de 6 años en adelante y es clave para la agilidad mental y visual, y el reconocimiento o la discriminación de imágenes.
- Jenga: Se trata de un juego de habilidad física que permite a los jugadores poner en práctica la motricidad y la coordinación mano-ojo.
- ¿Quién es quién? Mediante este juego, los participantes hacen uso del pensamiento crítico y de vocabulario específico y gramática para formular preguntas que les permitan adivinar más rápidamente quién es el personaje escogido.
- Conecta 4 (versión tradicional). Idóneo para fomentar el pensamiento crítico, la capacidad estratégica y la paciencia, pero también para aprender a respetar los turnos
- Scrabble. Se trata de un recurso clave cuando se trata de poner en práctica el vocabulario y la ortografía. Jugando y viendo cómo juegan sus contrincantes, los más pequeños pueden aprender el significado de nuevas palabras y cómo estas se escriben correctamente.
- Memory. Permite desarrollar la memoria visual, la percepción y las habilidades para resolver problemas. Además, puede ser una fuente de contenidos didácticos y de ampliación de vocabulario.
- Tangram: Con este juego de mesa, los niños no solamente ponen en práctica su coordinación visomotora, sino también la orientación, la percepción, la memoria visual o bien la percepción figura-fondo.
- Scattergories. Especialmente diseñado para incentivar la agilidad mental y el vocabulario.
- Uno. Este juego de cartas es clave para fomentar las funciones ejecutivas, la memoria, la atención, la percepción visual y la concentración.
- Dominó. Este juego permite a los jugadores entrenar el pensamiento lógico, las habilidades psicomotoras, la percepción visual e identificación de números.
Asimismo, los expertos añaden que «probar a crear tu propio tablero y tus propias normas de juego también es un ejercicio divertido que fomenta la socialización, el uso del lenguaje, la imaginación, la creatividad y el pensamiento crítico»