Por Zachary Hurwitz – Esta columna fue originalmente publicada en el blog Viva Sustainability del Banco Interamericano de Desarrollo BID.
Para obtener jugo de insecto, se necesitan:
- Cien (100) trampas para insecto
- Un millón (1.000.000+) de insectos
- Una (1) licuadora de alta velocidad
Licuar vigorosamente. Colocar el jugo de insecto resultante en un secuenciador de ADN y pulsar “encendido”. Los resultados deberían reflejar el grado de diferenciación genética entre los insectos capturados.
No es broma, es un proyecto científico real llevado a cabo por el biólogo Dr. Dan Janzen, parcialmente financiado por la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA). Probablemente no resulte muy sabroso, pero, de resultar exitoso, el jugo de insectos podría ilustrar qué tanta biodiversidad existe en los últimos bosques tropicales secos de Costa Rica, otorgando información sustancial que podría ayudar a dar forma a los esfuerzos de conservación.
Estoy ansioso no sólo por conocer los resultados del proyecto del Dr. Janzen, sino también por otro esfuerzo por proteger los bosques tropicales secos de Costa Rica, uno a menudo considerado extraño: utilizar energía geotérmica para conservar la biodiversidad.
Costa Rica posee un record único mundial: el 92 por ciento de la electricidad transmitida por la red proviene de energías renovables, en tanto que el 99,4 por ciento de su población goza del acceso a tal servicio. En manos de las energías geotérmica, hidroeléctrica, eólica y solar, Costa Rica continúa demostrándoles a los países de la región que se puede proveer electricidad a partir de sistemas eléctricos modernos de bajo costo a los usuarios, a la vez que evitan emitir los gases de efecto invernadero que producen el cambio climático.
Con el fin de lograr que la red eléctrica de Costa Rica se mantenga renovable y sea a la vez capaz de satisfacer la creciente demanda, las inversiones en energía geotérmica se encuentran en alza. Sin embargo, la mayoría de los recursos geotérmicos de Costa Rica se encuentran en los altiplanos volcánicos, protegidos por una serie de áreas de conservación nacionales. Por lo tanto, cómo impulsar la energía geotérmica para alcanzar la conservación de la biodiversidad constituye tanto un desafío como una oportunidad.
En 2015, el BID aprobó la financiación de Las Pailas II y Borinquen, dos proyectos geotérmicos de escala comercial, en el noroeste costarricense adyacentes al Parque Nacional Rincón de la Vieja, sitio de gran biodiversidad declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, que protege a las tierras circundantes al volcán homónimo ubicado en las cercanías. Los bosques tropicales secos dominan el paisaje en y alrededor del parque, ofreciendo un hábitat para el mono congo, tucanes, tapires, ranas, y, por supuesto, millones de insectos. Incluso se han observado jaguares, especie en peligro de extinción, merodeando la zona.
Si bien se encuentran ubicados en su periferia, los proyectos geotérmicos amenazan con fragmentar el hábitat y empobrecer la biodiversidad del parque, ya que el bosque seco se continúa tanto dentro como fuera de él. Los impactos y riesgos asociados a las plantas geotérmicas y su correspondiente infraestructura son menores cuando se los compara con los de otros proyectos eléctricos como diques. Sin embargo, si no son mitigados correctamente, pueden resultar irreversibles.
El BID está aprovechando su inversión en Las Pailas II y Borinquen para apoyar los esfuerzos de conservación del Parque Nacional Rincón de la Vieja. Mediante una alianza entre el Ministerio de Medio Ambiente y Energía; el Área de Conservación Guanacaste, a cargo de la gestión del parque; y el desarrollador del proyecto, el Instituto Costarricense de Energía (ICE), los proyectos geotérmicos incluirán el monitoreo de la biodiversidad y programas de gestión adaptativa, a fin de garantizar una ampliación de la cubierta forestal, y que ninguna especie o hábitat sea afectado negativamente en áreas aledañas al parque.
El ICE ya ha dado importantes pasos para reducir los impactos y riesgos de sus proyectos geotérmicos en el bosque seco. Ha ubicado la mayor parte de sus pozos en tierras degradadas por la agricultura y de fácil acceso mediante rutas ya existentes, optando por emplear perforaciones direccionales para minimizar la cantidad de pozos necesarios para alcanzar el recurso.
Es un acercamiento diferente hacia la conservación que el jugo de insectos. Esencialmente, en lugar de licuar especímenes para medir la biodiversidad del área, recurrimos a inversiones en infraestructura eléctrica para ayudar a conservar la biodiversidad ya conocida. Al hacerlo, protegemos también a aquellas especies que aún no hemos logrado identificar.
Esperemos que esta alianza continúe durante la vida útil de Las Pailas II y Borinquen, para formar una colaboración duradera entre el ICE y el ACG en Rincón de la Vieja. Ojalá al final podamos brindar todos juntos por la protección del bosque seco de Costa Rica y las especies que lo habitan, con una gran copa helada de jugo de insecto.
¿Me pasan el edulcorante, por favor?