La compañía JUMP Math ha presentado oficialmente su proyecto educativo para la materia de Matemáticas en Educación Infantil, Primaria y ESO. Este sistema incrementa la motivación de los alumnos y también la formación a los docentes a través de un programa de enseñanza-aprendizaje, basado en el método del “descubrimiento guiado”, con dinámicas participativas, evaluación continua y división de lecciones en pequeñas unidades, asumibles para todos los alumnos.
La mayoría de los materiales utilizados son digitales, para crear una comunidad en red que haga que estén conectados. Y a partir de ahí, realizar una serie de pasos para que los alumnos adopten las matemáticas poco a poco, sin forzar. Tienen muchos métodos, pero los principales son: reforzar la confianza de los chicos con ejercicios regulares, asegurar la comprensión de cada paso (hasta la saciedad) para favorecer la participación, proponer retos para los alumnos (adecuados a su nivel), utilizar juegos, construir conceptos complejos, reducir “al mínimo” el texto en un principio e ir introduciendo poco a poco el vocabulario matématico, ejercicios de cálculo mental, evaluación continua, etc.
“Los últimos datos [del Informe PISA] continúan indicando que muchos no consiguen el nivel mínimo para participar en una sociedad moderna como la nuestra y ser empleables, cuando la gran mayoría podría conseguirlo”, ha explicado Miquel de Paladella, director de JUMP Math España, en la presentación del proyecto, realizada el pasado jueves. Además, ha advertido que, cada año, los expertos alertan que el fracaso en matemáticas tiene consecuencias “muy negativas” en miles de niños y niñas: reduce su autoestima, genera desmotivación y alimenta el virus “no estoy hecho para las mates”.
Antes de dar el “gran salto”, JUMP Math ha sido probado en el Colegio Edith Stein, “con gran éxito”. Pero un colegio no puede ser el síntoma de todo un país. Por ello, De Paladella ha afirmado que “los países que mejores resultados obtienen en PISA dedican entre cuatro y cinco horas de matemáticas a la semana, y no entre tres y cuatro, como en España. Además, cabe la necesidad de implantar innovaciones pedagógicas probadas con éxito, experimentadas con rigor científico y basadas en la ciencia cognitiva, y promoverlas en la escuela pública”.