A veces las historias de éxito se inician gracias a una serie de eventos afortunados. La leyenda urbana cuenta que a Newton le cayó una manzana en la cabeza. Para Salvador Lora, el fruto que dio contra su mollera fue un viaje a Puerto Rico en 2016. Tuvo que alquilar una tienda de campaña, ya que no había habitaciones de hotel disponibles: “Claro, yo pensaba que la tenías que montar tú mismo. Mi sorpresa fue que me topé con una tienda ya montada, con colchones, sábanas y toallas”, cuenta. Cinco años después, el sevillano de 36 años vive un momento dulce con su startup Kampaoh, un servicio que busca reinventar la experiencia del campin.
Cuando Lora regresó a España supo que aquello era una mina de oro. No le importó no tener experiencia en el sector —trabajó en una sucursal bancaria hasta 2012 y luego creó una red social que después tuvo que cerrar—, tenía claro que se iba a vender como pan caliente. Él proveería de tiendas de campaña montadas, con servicios de un hotel pero sin que se pierda la esencia del campin. Algo sencillo pero diferente. Y, sobre todo, atractivo. El lema de Kampaoh podría ser el mejor resumen del modelo de negocio: “Fácil y bonito”.
Las tiendas —que pueden ser de hasta ocho personas— cuentan con colchones viscoelásticos, ropa de cama, almohadas, toallas, iluminación, enchufes, mosquitera, platos… Lora deja claro que no se trata de glampin (campin de lujo), un concepto del que siempre intenta diferenciarse. Es, más bien, un servicio dentro de los campamentos para que puedan ampliar su oferta de alojamientos.
Pero primero había que convencer a los gestores de algún campin. El año del lanzamiento, Lora logró un acuerdo en Tarifa (Cádiz). Era un pacto informal que tenía como objetivo hacer un reportaje fotográfico para promocionar su idea en las redes sociales. Aquello fue todo un pelotazo: un aluvión de llamadas a los gestores preguntando por precios y fechas. Lo querían, y lo querían ya. Esa idea, que se gestó casi como accidente en una playa puertorriqueña, había estallado en las costas gaditanas. La empresa pasó a tener presencia en 12 puntos diferentes en España. Y con vistas para expandirse a 20 en 2021 con un total de 400 tiendas.
Mayor demanda, pese a la pandemia
La mayor sorpresa ha sido el éxito de 2020. Lora confiesa que la pandemia le hizo sentir, como todos, mucha incertidumbre. No sabía qué esperar del verano cuando se declaró el primer estado de alarma el pasado marzo. Sin embargo, la suerte estaría en su favor: “En junio nos dimos cuenta de que teníamos más demanda. Hicimos casi lo mismo que en 2019”, cuenta el CEO de Kampaoh. Un resultado descomunal si se toma en cuenta que se dio en el peor año para el turismo en los últimos 50 años y que, incluso dentro del sector del campin, hubo una caída del 46,7 % según los datos del INE. Al ver los resultados, Lora concluye con optimismo: “El producto es un producto poscovid”.
Este año será para crecer, y aprovechar la estabilidad que brindó 2020. La empresa tiene preparada una campaña de cara al próximo verano con la idea de explotar al máximo el factor del aire libre y un mundo sin paredes, después de tantos encierros. “Normalmente, las campañas enfatizan el ‘déjate de líos’ [para hacer hincapié en que está todo listo en las tiendas para recibir a los visitantes]. Ahora, haremos un ‘déjate de virus’”, comenta el empresario sevillano sin poder contener la risa. Su humor no es para menos. Todo pinta bien para esta empresa que desafía la lógica del mercado.