Keybotic: los perros-robot más 'listos' para operar en entornos industriales

Hablamos con Irene Gómez, CEO y cofundadora de la empresa durante el último Mobile World Congress
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Irene Gómez, CEO y cofundadora de Keybotic. Imagen: ENISA.

BARCELONA. Cuando Irene Gómez, CEO de Keybotic, y su equipo, se presentaron a DARPA Robotic Challenge -un concurso promovido por el gobierno de Estados Unidos al que son convocadas las universidades punteras en robótica de todo el mundo- no sospechaban que se harían con el primer premio. “Ganamos contra todo pronostico”, explicaba Gómez a Innovaspain el pasado verano. Con aquel millón de dólares impulsaron en 2020 el desarrollo de Keyper, un perro-robot autónomo que se ha convertido en la joya de la corona de la empresa. 

Keyper viene a solventar una problema que Keybotic había detectado como oportunidad en 2019. La robotización ya había entrado en almacenes y otros espacios, pero en las plantas industriales, distribuidas en varias alturas, las cosas no eran tan sencillas. “Los robots debían tener patas y ser autónomos; sin la necesidad de que alguien operase con ellos constantemente”.  Irene Gómez explicaba que la robótica de ‘patas’ es la más compleja a nivel mundial. Sin embargo, Keyper es capaz de subir y bajar escaleras y pendientes, gatear en espacios reducidos y mantener el equilibrio en terrenos cambiantes, como la grava.  

Volvemos a hablar con la emprendedora en 4YFN, dentro del Mobile World Congress. En el espacio de la Empresa Nacional de Innovación (ENISA), Irene Gómez detalla que ya son diez los Keyper que están operando en distintas plantas químicas (trabajan con los segmentos oil, gas, minería y utilities). Los perros-robot pueden detectar fugas de gases y vapores, anomalías térmicas, llevar a cabo lecturas de instrumentación, manómetros o contadores, e incluso advertir si un trabajador ha sufrido un accidente o no lleva puesto el equipamiento reglamentario. Keyper envía alertas en función de la incidencia. 

Una propuesta única en el sector

Desde la última vez que charlamos con la CEO de Keybotic, la empresa ha duplicado el equipo. “Aún nos consideramos pequeños, pero tenemos en plantilla personas muy expertas en diferentes materias”. Su propuesta de valor es única en el mercado. “Diseñamos todo: electrónica, mecánica, software, robótica… Es algo que los clientes tienen muy en cuenta y que hace que tengamos el control de la cadena al completo”. 

Otra de las novedades más relevantes es que Keyper ha ampliado funciones. “Ahora es capaz de identificar 16 gases diferentes”. La empresa hace un mapeado 3D de los gases de cada planta. “El cliente puede verlo todo de un vistazo, hacer zoom. Es un avance brutal”, asegura Gómez, que destaca la entrada de Keybotic en plantas de clientes de primera línea, como Moeve (antigua Cepsa) . 

Inteligencia artificial

Este afinamiento innovador ha requerido esfuerzos en el terreno del hardware, con la integración de detectores, y del software, un capítulo más complejo. Los Keyper -fabricados en Barcelona, donde también llevan a cabo su mantenimiento- son ahora más listos. La inteligencia artificial entra en escena. En concreto, Keybotic empieza a despuntar en el campo del reinforcement learning, un algoritmo de aprendizaje automático que resuelve problemas mediante prueba y error. “Llevamos dos años haciendo simulaciones con 500 robots. Hemos conseguido que Keyper aprenda a andar solo y que no se caiga nunca, incluso en suelos deslizantes por aceite u otras causas”.

La progresión de Keyper no es baladí. “En IA de software aplicada a robótica, nos situamos en el top 5 a nivel mundial”. Buena parte de culpa del carácter deep tech de Keybotic la tiene Hilario Tomé, CTO y cofundador de la empresa. También que la compañía invierta en I+D el 75 % de su presupuesto. 

En el año 2025 el proyecto vivirá momentos importantes. “Saldemos de España”, avanza Irene Gómez. “En 2024 pusimos todo el foco en España. Pese a que tuvimos propuestas del exterior, preferimos conocer a fondo lo que teníamos entre manos: cómo utilizaban los clientes el perro-robot, los fallos, posibles mejoras... Hemos dedicado mucho tiempo a incrementar nuestra conexión con el cliente”. Los próximos destinos de Keybotic están en Alemania, México y Holanda. 

La emprendedora recuerda el plus de tranquilidad que les aportó el apoyo financiero de ENISA cuando el proyecto daba sus primeros pasos. “Es algo que recomiendo a otros emprendedores. Antes de comenzar la ronda de financiación, ENISA nos ayudó a tener un plan B y un plan C. Nos reunimos con otros inversores con la seguridad de poder decir no aquellos que nos ofrecían condiciones muy duras, incompatibles con nuestra filosofía”. 

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