Enrique, Kike, García Cortés es un férreo defensor de la formación constante. Además de gamer consagrado e ingeniero informático, es técnico de tecnologías accesibles en la Dirección de Accesibilidad de Fundación ONCE. “Oficialmente soy técnico, pero, en función del proyecto, cambio de rol: programador, diseñador… Creo que nunca hay que dejar de formarse. Lo cierto es que algunas personas con discapacidad (aboga por suprimir la palabra minusválido) tendemos a pensar que, hagamos lo que hagamos, no vamos a ser suficiente para las empresas”, explica a Innovaspain durante la celebración de Expoelearning. El congreso que impulsa la innovación en las actividades formativas a todos los niveles concluyó ayer en el Teatro Goya de Madrid.
Uno de los proyectos que encabeza Kike García es Ga11y, Videojuegos Accesibles. “Se trata de la iniciativa de Fundación ONCE que fomenta la igualdad de oportunidades en la industria gaming”. Este apoyo se hace efectivo desde diferentes áreas como la formación y empleo, donde trabajan para que las personas con discapacidad jueguen un papel más relevante en la industria.
La accesibilidad es otra de las bases de Ga11y. “En este punto colaboramos codo con codo con publishers y empresas creadoras de producto, ya sean videojuegos o consolas”. Las acciones de sensibilización las enfocan a personas con o sin discapacidad, con los campamentos de primavera y verano para jóvenes de 14 a 20 años como una de las actividades de referencia. “En e-sports, la pata más competitiva de Ga11y, investigamos acerca del rol que puede desempeñar la discapacidad en este campo”.
Oportunidades
Ga11y está bajo el paraguas de Por Talento Digital, el programa de Fundación ONCE que forma a personas con discapacidad en competencias digitales y nuevas tecnologías. “De este modo, pueden orientar su carrera y tener una futura opción de empleabilidad”, indica Kike García.
¿Abren las nuevas tecnologías una nueva vía para que las personas con discapacidad puedan progresar profesionalmente? “Sin duda”, admite García. “Las tecnologías crecen exponencialmente en alcance técnico, desarrollo y también accesibilidad. Las personas con discapacidad pueden ser así más visibles en empresas y ante la sociedad en general. Ahora bien, la tecnología ya está preparada, pero lo importante es que las personas sean capaces de no juzgar a las personas por su discapacidad, y este cambio no depende de la tecnología”.
Ni sesgos ni barreras
Kike García también está implicado en el proyecto GOSSA, liderado por Fundación ONCE y con la colaboración tecnológica de Microsoft. La iniciativa hace posible que las personas con discapacidad visual, auditiva, física y cognitiva puedan acceder a pruebas de evaluación de habilidades blandas en los procesos de selección, en un entorno inclusivo, accesible, atractivo, divertido y personalizable. “Hemos incorporado inteligencia artificial y la gamificación contribuye a que estas personas completen el test. Los técnicos de empleo reciben el resultado libre de sesgos, ya que no saben si la persona tiene discapacidad, solo su capacitación en las citadas habilidades blandas”.
El ingeniero reconoce que quedan barreras “físicas y culturales” por derribar. Sin embargo, su mirada es optimista. “Fundación ONCE se preocupa por hacer llegar a la sociedad la información necesaria sobre la situación de la accesibilidad. Que las cosas mejoren es cuestión de tiempo. Esa información ya está ahí, ahora toca interiorizarla y aplicarla. Pienso que, efectivamente, hay mucho por hacer en todos los ámbitos, pero los avances son importantes. Sin dejar de pedir, hemos de valorar lo logrado. Estoy a punto de cumplir 30 años y en este tiempo el cambio es increíble. Cierto es que quedan personas que ven la discapacidad como algo lejano. El estigma sigue y tienden a ver solo los aspectos negativos. Por ello trabajamos duro en materia de sensibilización. El paso de los años traerá nuevas alegrías. Estoy convencido”.
El esfuerzo de hoy, el beneficio de mañana
García también percibe que algunas empresas son reticentes a la hora de abordar la accesibilidad. “Piensan que el esfuerzo económico es demasiado grande y solo favorece a un pequeño grupo de personas. Se equivocan. Según la OMS, en 2050, la mitad de la población sufrirá algún tipo de discapacidad, ya sea de nacimiento o sobrevenida. El mundo debe estar preparado no solo para las personas con discapacidad que lo habitan actualmente, sino para las que están por llegar. A los directivos les diría que se pongan las pilas, aunque solo sea por su propio beneficio”.
De nuevo con un mensaje de esperanza, Kike García cree que el giro definitivo depende de las nuevas generaciones; de inyectar en los niños los valores de respeto, diferencia y diversidad. “En los proyectos donde estoy involucrado, los usuarios son fundamentalmente jóvenes. No conozco un colectivo con la mirada más limpia. Aunque carezcan de determinados conocimientos, interiorizan y asumen las cosas tal y como se las cuentas. La educación es indispensable para que seamos aún mejores y que la sociedad cambie”.
