Leonardo Bautista, científico computacional e investigador del Barcelona Supercomputing Center (BSC), ha creado una herramienta llamada Kumo: un rastreador del tipo araña (crawler) desarrollada por él y su equipo para recopilar información de los más diversos aspectos relacionados con la creación de las cadenas de bloques: la distribución geográfica de los diferentes nodos de la red, la latencia de los clientes o los comportamientos maliciosos de usuarios que intentan realizar acciones buscando beneficios económicos ilegítimos o dejar la cadena de bloques inoperante.
El proyecto está siendo financiado por el proyecto europeo Ontochain. En él también ayuda Barcelona Activa, que ayuda a tratar de ver posibles maneras de convertir este desarrollo tecnológico en una startup o spinoff en un futuro. Y, cómo no, el BSC. Además, colabora con la fundación Ethereum para poner en marcha, en 2022, un nuevo sistema de blockchain que permitirá aumentar hasta mil veces la capacidad de transacciones por segundo y al mismo tiempo reducirá hasta 500 veces el consumo energético actual.
A principios del 2018, Ethereum empezó a trabajar para mejorar la cadena de bloques de Ethereum 2.0. Este trabajo consistía en crear una nueva versión de la cadena de bloques para solucionar dos cosas: mejorar la sostenibilidad de la cadena de bloques, que no consuma tanta energía como los bitcoins, y aumentar la escalabilidad de la cadena de bloques.
“Cada vez que pagas haces una transacción y compañías bancarias grandes pueden ejecutar –es una estimación– 50.000 operaciones por segundo”, explica el creador de Kumo. Las cadenas de bloque como bitcoin y Ethereum pueden hacer 7,15 o 20 transacciones por segundo. Es mucho más lento y es por razones inherentes a la tecnología misma. Hacerlo descentralizado hace que sea mucho más difícil ir más rápido. Cuando hay una sola entidad es mas fácil y más rápido. “Es un problema de informática y de investigación y en eso nos basamos”.
La colaboración con Ethereum
La Fundación Ethereum ha financiado algunos proyectos del BSC y uno de ellos es la araña Kumo, un crawler que va vaciándose por la red de la cadena de bloques obteniendo datos y comprobando que todo va bien, que las velocidades son adecuadas, la distribución geográfica de los nodos en la red, su latencia… “Una serie de cuestiones que verifica que la cadena de bloques funciona de manera correcta. Nos ayuda a detectar nodos maliciosos que puedan ocurrir maliciosamente”, explica Bautista.
Este proyecto les va a permitir analizar constantemente el estado de la red de Ethereum 2.0. Es como una araña que se pasea por la red y va verificando todo. De hecho, Kumo es araña en japonés.
Blockchain: un mundo más descentralizado
El propio creador de la araña Kumo explica en que consiste exactamente el blockchain, una tecnología que hace unos tres años estaba en boga, luego decayó, y ahora vuelve a estar de moda. “Básicamente es una tecnología que permite establecer acuerdos de colaboración entre personas sin necesidad de tener una entidad intermediaria que maneje estas transacciones. De alguna manera, lo que nos permite es colaborar entre muchas personas, entre mucha gente, tratos, sin necesidad de pasar por un intermediario que tenga que aceptar validar el control entre transacciones”.
De alguna manera se dice que, por ejemplo, el Internet permitió descentralizar la información. El blockchain es lo que permitirá descentralizar las transacciones de valor en línea. "Cuando compras algo en línea eso está validado por el banco. Con el blockchain no es necesario, solo es necesario de persona a persona sin necesidad de pasar por una entidad intermediaria que tenga que aceptarla. La tecnología misma se encarga de validar de que todo es correcto. Entonces, se pierde este punto de poder centralizado de los sistemas que tenemos hoy en día”.
Vivimos en un mundo digital donde gigantes como Facebook tienen datos y los comercializan. Twitter puede cancelar tu cuenta si quiere. Está centralizado. “Nos dirigimos hacia un mundo más descentralizado. La intención es que las cosas puedan ser más justas. Ese es el objetivo”.
La burbuja del blockchain
Desde el auge del blockchain han ocurrido varias burbujas. Una de ellas es la que ocurrió a finales de 2017, con el boom de Ethereum, una época en la que se ganó muchas criptomonedas de manera muy fácil. “Recrearon proyectos muy ambiciosos, existió esa burbuja y nos dimos cuenta de que las tecnologías no estaban todavía al nivel para rendir todo lo prometido. La tecnología tiene cierta limitaciones todavía”.
Asimismo, la comunidad se dio cuenta de que había mucha especulación, que no estaba avanzado y se dejó de hablar del tema. "La tecnología sigue avanzando, pero nada de esto cambió para la gente que está metida en la investigación de blockchain. No nos sorprendió mucho que se pinchara esta burbuja, ni nos preocupó. Nada fundamental había cambiado, solo había que avanzar ciertas limitaciones”, asegura.
Últimamente han empezado a notarse ciertos patrones, como ciertas estrellas de pop o de otros ámbitos, con los tokens. Por lo que ha habido una subida en los precios –Elon Musk ha contribuido en gran medida–. “No hay que seguir tanto eso, sino la tecnología en sí, que sigue avanzando. Puede darnos muchas cosas que no tenemos hoy en día y nos puede llevar a una mejor sociedad. Seguiremos avanzando hacia ese objetivo".