La biotecnología agrícola como una de las claves en la lucha contra el cambio climático

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La aplicación de la biotecnología en la agricultura y sus beneficios en la lucha contra el cambio climático han protagonizado la última jornada de Biospain 2016 con la sesión Biotecnología, Agricultura y Cambio Climático. Un día de cierre en el que también se ha desarrollado el III Foro de Formación y Empleo.

Actualmente, la población mundial es de más de 7.400 millones de personas pero en los próximos 34 años se espera que esta cifra sea de más de 9.600 millones de habitantes. Todo, en un contexto de cambio climático, en el que el gran reto pasa por un desarrollo sostenible agrícola, cuando la población es cada vez más numerosa y la demanda de alimentos se espera que será un 60% mayor en 2050.

Ante este panorama, las herramientas de la biotecnología agrícola emergen con fuerza, ya que permiten conseguir cultivos más resistentes al cambio climático y reducir la emisión de gases con efecto invernadero. Ésta es una de las conclusiones de la sesión Biotecnología, Agricultura y Cambio Climático, celebrada  en la tercera jornada de Biospain 2016, que ha sido moderada por Juan Quintana, director de asuntos públicos de Kreab, y que ha contado con la participación de Mª José Sanz, directora científica del Centro Vasco de Cambio Climático (BC3); el doctor Andy Challinor, profesor de la Universidad de Leed en Gran Bretaña; y Carlos Vicente, director de asuntos corporativos de Monsanto para España y Portugal.

"La biotecnología agrícola está contribuyendo a poder hacer frente a esos retos y de una manera sostenible, optimizando los recursos que tenemos y no hipotecándolos para las generaciones futuras. Hay que producir más grano por cada gota de agua que utilicemos”, ha sentenciado Carlos Vicente. De hecho, la FAO defiende que la agricultura climáticamente inteligente (CSA) ayuda a orientar las acciones necesarias para transformar y reorientar los sistemas agrícolas para apoyar de forma eficaz el desarrollo y garantizar la seguridad alimentaria en el contexto de un clima cambiante.

En esta línea, Vicente ha afirmado que “con esta tecnología se puede incrementar la estabilidad del rendimiento de los cultivos en unas condiciones de sequía y reducir el riesgo de su manejo en esas condiciones a través de unas semillas mejoradas genéticamente, y un paquete de características biotecnológicas que protegen el potencial de ese cultivo”. Una técnica que, si bien ya está en Norteamérica y países de África Oriental, aún no está a disposición de los agricultores de España ni del resto de Europa. Por eso, en opinión de Vicente, “ahora, el cambio pasa porque la UE aborde la biotecnología de plantas desde una perspectiva científica, ya que Europa está perdiendo el tren del desarrollo de la biotecnología de plantas, situándose a la cola del mundo, y los agricultores españoles van a perder oportunidades y más en un país seco como se trata de España”.

III Foro de Formación y Empleo

En paralelo, en esta última jornada de Biospain 2016, también se ha desarrollado en colaboración con FEBiotech el III Foro de Formación y Empleo, en el que se ha dado a conocer la oferta formativa y la oferta de empleo en el sector biotecnológico. En total, han participado 380 asistentes, 20 empresas y centros de formación y se han desarrollado medio centenar de entrevistas. Asimismo, el foro ha ha contado con un programa sobre salidas profesionales, perfiles más demandados y factores clave a la hora de la búsqueda de empleo.

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