Investigadores de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Medellín han desarrollado un filtro para hogares que utiliza plantas y raíces en sustratos especiales para absorber compuestos dañinos para la salud, como dióxido de carbono, dióxido de azufre, óxido nitroso y material particulado –presentes en el humo expulsado por los tubos de escape de los coches–.
Para probar este dispositivo, se utilizaron diferentes plantas, como lengua de suegra, crisantemo, anturios, helecho y orégano, las cuales son conocidas por su rápido crecimiento y poca necesidad de luz, lo que las hace aptas para interiores.
El fitofiltro realiza su función mediante un sistema cerrado, con plantas que permiten medir cambios de concentración de los gases nocivos del aire en zonas interiores y los reduce en aproximadamente un 50 por ciento.
El sistema, que va conectado a un ordenador, se compone de un módulo en el que se ubica la planta y se inyecta el gas contaminante; una turbina, encargada de hacer circular el aire por todo el sistema, y una nariz electrónica. Este dispositivo tiene seis sensores controlados por un microchip que toma datos sobre gases, los procesa y los envía a un software desarrollado para el equipo.
El rol que desempeñan las plantas es fundamental, ya que “dejan pasar el aire sucio por la tierra hasta que llegan a las raíces, cuyos microorganismos asociados transforman gases contaminantes en compuestos más simples como hidrógeno, oxígeno y nitrógeno, comunes en el aire”, explica el profesor Juan Carlos Pérez, coordinador del Laboratorio de Microbiología del Suelo de la Facultad de Ciencias de la U.N. Sede Medellín.