Uno de los anuncios de esta temporada de Modern Family no deja indiferente a los espectadores. No porque se esté adelantando algo del contenido de la trama, sino porque se ve a Mitchell que se emocionando cantando Shallow con la nevera y luego es sorprendido por Cam. Es probable que esta escena defina cómo está entrando cada vez más de lleno la tecnología en el hogar.
Si antes se hablaba de la casa del futuro, el futuro ya es presente y la domótica ha venido para quedarse. Esto significa también que es uno de los sectores económicos que se encuentran más en auge en estos tiempos y muchos ingenieros, arquitectos, decoradores y otras profesiones, están optando por realizar cursos de domótica presenciales y online para poder también ofrecer esos conocimientos a los clientes.
La tecnología cambiará nuestra forma de relacionarnos en familia y con las tareas domésticas
Sí, porque la tecnología ya está desarrollada y es cuestión de tiempo que los hogares den un paso al frente y se transformen del todo. En los últimos años ya lo han hecho un poco y la constatación de ello son los asistentes de voz que encienden televisión, apagan y encienden las luces y miran por la ventana para saber qué tiempo hace.
Todo esto va a transformar la forma de relacionarnos dentro del hogar, tanto las relaciones personales de la familia como las relaciones que se tienen con el tiempo y las tareas domésticas, – basta pensar en los aspiradores que funcionan solos.
En este sentido, las nuevas profesiones vinculadas con la tecnología cada vez están más de manifiesto porque surgen nuevos perfiles y nuevas formaciones que se alejan más del consabido manitas y se acerca más al informático o el ingeniero.
Y esto, además, también implicará que las casas se diseñen de otra forma teniendo en consideración todos esos aspectos tecnológicos que antes o después se verán integrados.
La casa del futuro se tendrá que adaptar a los nuevos desarrollos
Un claro ejemplo es el auge de la movilidad eléctrica y que muchos garajes de comunidades de vecinos ya contemplan plazas donde los vehículos puedan ser cargados mientras están aparcados para tener la batería disponible al día siguiente. Esto hubiese sido impensable con los vehículos de gasolina, pero la tecnología hace que sea posible en lo que respecta a la movilidad eléctrica.
Esta es, sin duda, la clave del progreso: hacerlo posible y hacerlo fácil. Porque ningún usuario apostaría a cambiar la manera de entender y hacer las cosas si no llevara consigo una cierta ventaja.
Así pues, estas pequeñas transformaciones que han venido para quedarse revolucionan todo lo que las rodea. Es decir, su aplicación en el ámbito del hogar será capaz de influir en la forma de concebir las viviendas desde su diseño y su comercialización, hasta la contratación de seguro pasando por las comunicaciones con el entorno en el que se encuentra.
Si volvemos a la nevera con la que cantaba Mitchell, ya se están fabricando frigoríficos que son capaces de indicarnos qué alimentos nos faltan de los que consumimos habitualmente. Sí, las neveras serán inteligentes y se convertirán en pequeños ordenadores que estarán conectados con otros aparatos de la casa. Y, seguramente, también serán capaces de hacer la compra por sí solas, porque tendrán acceso a otros datos insertados también ese gran software en el que se convertirá el hogar.
Y lo mismo que la nevera, también la vitrocerámica será programable, como cualquier otro robot de cocina que se puede poner en marcha con total tranquilidad mientras que se está haciendo cualquier otra cosa.
Parece ciencia ficción, pero la realidad es que nos encontramos actualmente más cerca de eso que del hogar y la intendencia de nuestros abuelos, incluso, de nuestros padres.
Además, la domótica, sobre todo, se convierte en un gran aliado para personas que tienen alguna necesidad especial, porque estos sistemas tienen como objetivo, como se ha mencionado antes, facilitar la vida de las personas.
En una sociedad en la que el tiempo se ha convertido en el recurso más preciado, estas aplicaciones ayudan a ocuparse de tareas que pueden ser anodinas para que, sus dueños, puedan sentarse a descansar sin ninguna preocupación.
Que sea mucho o poco lo que suponga esta transformación, se verá en los próximos años. Claramente hay muchas personas que reniegan de estos cambios y prefieren seguir ocupándose de sus tareas personalmente y no delegarlas a ningún robot o aplicación.
En cualquier caso, sea como sea, esta revolución es imparable, como se podrá ver también esta Navidad con el tipo de regalos que se hagan o se reciban, y hay que saber adaptarse a ella. Tener expertos en algo que está en continuo crecimiento es fundamental para poder afrontar todos los retos que se pueden presentar en una determinada familia, una comunidad de vecinos o una ciudad entera, porque no hay que olvidar que no sólo será la nevera la que cante, sino que todo estará conectado y comunicado entre sí.