La Formación Profesional muestra su potencial en el programa FP Energía de Repsol

FP Energía Fundación Repsol

Los seis equipos finalistas del programa FP Energía de la Fundación Repsol han presentado sus proyectos tras un año de trabajo. Como aseguran desde la compañía, la Formación Profesional es uno de las tantos caminos que puede tener la innovación, y ahora, todas estas iniciativas han demostrado que se puede tener una buena salida al mercado laboral sin tener que pasar por la universidad.

El programa ha tenido, durante doce meses, dos fases de formación donde todos los participantes han recibido clases en temas de gestión empresarial, además de haber podido reunirse con tutores especializados (“seis profesores de los centros de formación profesional y doce tutores especializados en temas de innovación y desarrollo tecnológico, todos ellos voluntarios de la compañía”, subrayan desde la Fundación). Junto con el apoyo educativo, los participantes han tenido también un apoyo económico de 12.000 euros para desarrollar mejor el proyecto.

Así, los seis equipos que se eligieron hace un año ya son todas unas pequeñas startups. Por ejemplo, desde Centro de Formación Profesional Ursubil de Zubieta llega TAPI, una pulsera de teleasistencia a personas inconscientes con aviso a emergencias; o GAIZ, del IES Virgen de la Paloma de Madrid, quienes han creado un sistema portátil y autónomo de potabilización de agua. Básicamente, la tónica general de los trabajos han sido esas dos vertientes: abastecimiento (sobre todo de agua) o aplicaciones para personas con problemas de salud, cumpliendo todos con el objetivo principal, “proyectos de innovación energética aplicada”.

Hace dos años, Fundación Repsol, junto con el apoyo de Tknika (Centro de Investigación e Innovación Aplicada  para la Formación Profesional en el País Vasco) y el Ayuntamiento de Madrid, pensó que la FP también era “una opción educativa clave para el desarrollo del sistema productivo y la empleabilidad”, por lo que, para ellos, era necesario potenciar la innovación en este ámbito, y también poner en valor el papel de los centros de formación profesional como centros de desarrollo tecnológico.

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